Desde hoy empezaremos a transcribir la columna semanal de esta excelente periodista y amiga (Milagros Socorro) que publica los domingo en El Nacional, y aunque no es historiadora está haciendo historia con cada entrega. Desde acá nuestro saludo con gran afecto.
Descarada
Al día siguiente de conocerse el informe anual de Amnistía Internacional, titulado "El estado de los derecho humanos en el mundo", que incluye un capítulo sobre Venezuela, la defensora del pueblo, Gabriela Ramírez, negó que en el país haya aumentado la inseguridad. Y, desde luego, arremetió contra la organización con sede en Londres.
Fundada en 1961, Amnistía Internacional es una organización no gubernamental humanitaria y global, creada para promover los derechos humanos en el marco de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, formulada por la ONU en 1948, y otros tratados internacionales. Con ese objetivo, lleva a cabo investigaciones orientadas a conocer los abusos contra diversos derechos y realizar acciones para tratar de evitarlos. Sus principios son: solidaridad internacional, actuación eficaz en favor de víctimas concretas, cobertura universal, universalidad e indivisibilidad de los derechos humanos, imparcialidad e independencia de poderes políticos, económicos y religiosos, y democracia y respeto mutuo. Por la aplicación de estas directrices, en 1977 recibió el Premio Nobel de la Paz.
De Gabriela del Mar Ramírez sabemos poco. No debe haber tenido una carrera muy destacada hasta el momento de ser escogida para el cargo de defensora del pueblo, puesto que lo único que se sabe de ella, al menos mediante una indagatoria somera, es que es trabajadora social egresada de la UCV; y que, según dice la página web de la Defensoría, su formación profesional incluye cursos de actualización entre los que cabe mencionar: Aprovechamiento de Desechos Sólidos, Relaciones Interpersonales y Organización de Cooperativas.
Desde luego, algunos saben que desde 2005 es diputada a la Asamblea Nacional, electa en representación de la agrupación política UVE del estado Miranda; y que, contraviniendo una de las condiciones para aspirar al cargo de Defensor o Defensora del Pueblo, (cual es la de "No poseer cargo o realizar actividades de carácter político partidista, sindical, gremial o asociativo"), la diputada Gabriela del Mar ejercía labores de activismo político, cierto que no demasiado visibles, dado que no se trata de un cuadro de especial relevancia o talento, pero, sin duda, practicante de actividades proselitistas para el PSUV en el momento de ser postulada para defender al pueblo, entre otros, de quienes lo asaltan, lo violan, lo secuestran y lo asesinan. En Youtube están varios videos de estas intervenciones, donde la defensora Ramírez aparece con franelas rojas y coreando consignas oficialistas.
Una de sus primeras iniciativas, al instalarse en el despacho dejado por Germán Mundaraín, -cuya mediocridad será insuperable por más esfuerzos que desplieguen sus sucesivos sustitutos-, fue asegurar que su desempeño no se caracterizaría "por la cantidad de declaraciones" que hiciera a la prensa, "sino por la actuaciones concretas, en la práctica junto a los ciudadanos". Pues bien, de esas acciones concretas no hemos tenido noticia. Pero las declaraciones que hizo el miércoles para desprestigiar a Amnistía Internacional, a la que acusa de manejar datos obsoletos, y restar importancia al drama de la inseguridad ciudadana en Venezuela demuestran una intolerable irresponsabilidad y una terrible insensibilidad frente a la tragedia de casi familia en Venezuela.
A este régimen se le tolerado una ineficiencia que carece de antecedentes, una corrupción obscena; casi fascinante de tan voluptuosa que se manifiesta; una insistencia en la mentira que tampoco reconoce linaje puesto que nadie ha llevado el embuste a los extremos alcanzados por la banda que ocupa el gobierno; se le ha permitido que viole la Constitución, que una vez derrotado en las urnas electorales aplique la reforma rechazada por medios tramposos e ilegales. Se le ha permitido que Chávez disponga de los recursos de Venezuela quitándoselos a sus ciudadanos. Hemos aguantado lo inaguantable. Pero no debemos soportar que la defensora del pueblo niegue el dolor de las madres que han perdido a sus hijos por mano de hampón.
Tenga un poco de piedad con esas mujeres que todos los días nublan las páginas de los periódicos con sus lágrimas y su desesperación. Tenga respeto por el luto de Venezuela. Cállese, como prometió. No nos ofenda por su descaro y su falta de sensibilidad.
1 comentario:
Excelente artículo. Soy un venezolano ni "alineado" ni "no alineadodo" pero me gusta leer las
verdades vengan del lado que vengan.
Publicar un comentario