miércoles, junio 29, 2022

La ofensiva de verano de 1942 ("Operación Azul") que Hitler cambió por la "magia" de un nombre: Stalingrado

Stalingrado: el invierno que comenzó en verano

Publicado el 29 de junio de 2022

Qué efecto tan desastroso debe de haber producido en los rusos el anuncio de la destrucción del fuerte Stalin en Sebastopol! (Adolf Hitler).

En nuestro artículo sobre el avance del Afrika korps del mariscal Erwin Rommel, publicado hace dos semanas, explicamos el plan de Adolf Hitler para “ganar” la Segunda Guerra Mundial (SGM) en 1942. La clave estaría en capturar los pozos petroleros que abastecían al Reino Unido y la Unión Soviética (URSS). El “Zorro del Desierto” ya había iniciado su avance en dirección a los primeros, y para el 28 de junio la ofensiva de verano u “Operación Fall Blau” (caso azul, Directiva N° 41 del 5 de abril) iba por los segundos. El Cáucaso era la lejana y gran meta donde se pretendía el control del 92 % del combustible de Rusia (según los informes que manejaba el Führer), pero también detener el tránsito a través del Volga. Dos objetivos estratégicos se lograrían: obtener el combustible que tanto necesitaban las armas del Reich e impedir el acceso del mismo a la URSS, junto a los recursos de los Aliados que le llegaban desde Irán.

La primera vez que escuché sobre este plan fue de manera indirecta, y creo que es la experiencia de la inmensa mayoría de las personas. La memoria de la humanidad, acostumbrada a los records, sabe el nombre de la ciudad donde ocurrió la mayor batalla de la historia (si usamos el criterio de número de bajas) pero no la ofensiva que le dio origen. Yo me había propuesto al comenzar la adolescencia el conocer mejor lo que había visto de manera segmentada en diversas películas y series de la SGM. La oportunidad me la ofreció la serie The World at war (Jeremy Isaacs, 1973-74) con 26 capítulos de 40 minutos cada uno y transmitida con gran regularidad a lo largo de más de 20 años por Venezolana de Televisión (canal 8). La esperaba todos los días con la misma emoción que sentía en mi niñez por cada nuevo capítulo de mis Anime favoritos. Es en el noveno episodio titulado “Stalingrado (junio 1942 – febrero 1943)” se explica Fall Blau pero la mayor atención está en la gran batalla a las orillas del Volga, de allí su título. No es la única excepción porque en youtube se puede ver cómo este esquema se repite en los documentales clásicos pero también en los nuevos que han elaborado los numerosos youtubers sobre la SGM o historia militar.

Es muy probable que la perspectiva de explicar la ofensiva de verano dando mayor importancia a Stalingrado fue iniciada por sir Winston Churchill - ¡una vez más estableciendo las líneas historiográficas de la SGM! -, en su obra La Segunda Guerra Mundial (1948-56). Dedica buena parte de los capítulos que comprenden el año 1942 a los contactos y encuentros con las máximas autoridades de los Estados Unidos y la Unión Soviética, junto a los Frentes del Desierto y el Pacífico, dejando para febrero de 1943 el análisis de la campaña que terminaría con la Batalla de Stalingrado. Al comenzar reconoce la demora y dice “ha llegado el momento de narrar la magnífica y decisiva lucha de los ejércitos rusos”, para después afirmar que “al principio todo salió bastante de acuerdo con el plan, aunque no al ritmo que estaba previsto”, logrando bordear el Don pero alcanzar un solo campo petrolero: Maikop (que estaba destruido). Hitler ante la resistencia de Stalingrado desviaría tropas del Cáucaso que era el objetivo central de Fall Blau, generando el desastre (“Capítulo XXI. Turquía, Stalingrado y Túnez” del “Libro III. La Gran Alianza”).

Al comenzar la ofensiva en julio Los soviéticos fueron sorprendidos una vez más, porque Stalin la esperaba en dirección a Moscú; a pesar de ello no cayeron en la trampa de ser cercados como les ocurrió al inicio de la “Operación Barbarroja” el año anterior. Al no poder detener a los alemanes huían siguiendo la política de tierra arrasada evitando el cierre de “las pinzas” de las divisiones Panzer. La lección fue aprendida, pero a finales de julio algo cambió para ambos jefes totalitarios. Una vez más Hitler modificaba los planes a medida que se desarrollaban, sin importar las advertencias del Alto Mando.

El 23 de julio establece la Directiva N° 45 que cambiaría la historia. En la N° 41 los Ejércitos que tenían como objetivo el Volga no consideraban la captura de Stalingrado sino proteger el flanco izquierdo de la operación principal: la toma del petróleo en el Cáucaso; ahora en la N° 45 era: “aplastar las fuerzas enemigas concentradas en Stalingrado y ocupar la ciudad”. Stalin por su parte con la Orden N° 227 abandona la táctica de ceder terreno y ordena “ni un paso atrás”, y si alguno se atreve a rendirse sería tratado como traidor y por tanto fusilado. Para el Führer la toma de dicha ciudad generaría un efecto moral devastador (“4 de julio de 1941” en: H. R. Trevor-Roper, 2008, Hitler´s Table Talk 1941-44. His Private Conversations).

La lógica inicial del plan parecía perfecta salvo por unos cuantos detalles muy importantes: las distancias y los obstáculos geográficos agravarían los problemas logísticos; y la recuperación de la producción de armamentos soviéticos era ya un hecho, por no hablar del apoyo de los Aliados angloestadounidenses y el coraje del pueblo ruso. El Frente Oriental lo retomaremos a principios de agosto, aunque la semana que viene trataremos los convoyes de ayuda que recorrían el Ártico.

Antes de finalizar no podemos dejar de recordar que el 29 de junio de 1942 el gobierno venezolano del Presidente Isaías Medina Angarita promulgó la reforma a la ley sobre actividades de extranjeros en el territorio (Gaceta Oficial N° 20.835), la cual estaba íntimamente relacionada con la SGM. La idea era prevenir, tal como había recomendado el gobierno de los Estados Unidos, la acción de los ciudadanos del Eje en pro de sus Estados. Con este fin la misma señalaba que estos no tenían derechos políticos en Venezuela (artículo 2) y “El Ejecutivo Federal podrá crear Campos Nacionales de Concentración” (artículo 20) y “Los naturales de países con los cuales Venezuela haya roto las relaciones diplomáticas o se encuentre en guerra, y cualesquiera otros extranjeros, a quienes se considere peligrosos para la seguridad nacional, podrán ser internados en campos nacionales de concentración o confinados a poblaciones del interior de la República, o lugares fronterizos siempre que así lo juzgue necesario el Ejecutivo Federal” (artículo 21). Más adelante dedicaremos una de nuestras entregas a la aplicación de esta ley, pero sobre el tema le recomendamos la obra El Tercer Reich en Venezuela (2020) del estimado amigo y joven colega: Vicente Quintero.


miércoles, junio 22, 2022

El Alamein: los primeros pasos de una leyenda (la Segunda Guerra Mundial y el Norte de África en julio de 1942)

El Alamein: los primeros pasos de una leyenda

Now this is not the end, it is not even the beginning of the end. (Winston Churchill).

En The Rommel Papers (1954) (informes y especie de memorias ordenados por sir Basil Liddell Hart) el “Zorro del Desierto” se queja reiteradamente de la poca importancia que le daba el Alto Estado Mayor de la Wehrmacht al Frente africano en la Segunda Guerra Mundial (SGM). Una clara contradicción con lo que explicamos la semana pasada sobre los nuevos planes de Adolf Hitler para terminar de obligar a los Aliados a un armisticio, controlando el Canal de Suez y los pozos petroleros del Medio Oriente. La realidad para el nuevo mariscal – ¡el más joven a sus cincuenta años! – es la descrita a su esposa: “Hitler me ha nombrado mariscal, hubiera preferido que me hubiese dado una división más”. A pesar de sus limitaciones se arriesga y sigue adelante para lograr su gran objetivo, pero la diosa Fortuna decidiría otra cosa en lo que se ha llamado “La Primera Batalla de El Alamein” (01-27 de julio de 1942).

La memoria colectiva alimentada por las películas y los documentales, entre otros, relaciona el nombre de El Alamein con la última batalla (que es la segunda o tercera para algunos, como por ejemplo: Ken Ford, 2008, Rommel en retirada) que se inicia el 23 de octubre y en la que resultaron vencedores los Aliados. En ella el nombre del comandante del VIII Ejército Británico: el general Bernard Law Montgomery (“Monty”) se alza como el gran vencedor de Rommel. Al hacer un repaso de los documentales más conocidos, entre ellos los que se pueden ver en Netflix: Greatest events of World War Two in colour  (2019) y WWII in Color: Road to Victory (2021); en el primero no le dedican nada a la Guerra en el Desierto salvo una referencia a la “Operación Torch” al hablar de los antecedentes del Día D; y el segundo sí posee un capítulo entero pero siempre con predominio de “Torch” y por ello lo titulan: “La invasión de África del Norte”. Otros (Battleline, 1962-65; World at war, 1972-73; World War II in Colour, 2009; Apocalypse: La 2ème guerre mondiale, 2009; y las siguientes sobre batallas de la SGM y otras guerras: Line of Fire; 2002 y Commanders at War, 2009) poseen esta tendencia a concentrar todas las batallas de Noráfrica que van de 1940 a 1943 en un capítulo incluyendo muchas veces lo relativo al Mediterráneo (Grecia, pero sobretodo Malta). Al tratar El Alamein la mayor atención está en el momento de la victoria final, incluso en los que la tienen como tema central. 

Rommel estaba en lo cierto al afirmar que el enemigo daba la mayor importancia al Frente del Desierto. Pero una razón de peso es que a diferencia de Alemania que tenía el gran Frente Oriental, era el único lugar donde podían atacarle por tierra. Sir Winston Churchill mantuvo siempre esta meta y buscará convencer a los Estados Unidos (EEUU) de apoyarle. Las dos ocasiones en que se perdió la oportunidad de vencer definitivamente al Eje (“Operación Compass” entre diciembre de 1940 y enero de 1941; y la “Operación Crusader” del 18 de noviembre al 30 de diciembre de 1941), se podría decir que fue por motivos fortuitos e incluso en contra de la opinión del Primer Ministro en especial en el segundo momento.

En el “Capítulo XIII. El Octavo Ejército acorralado” del “Libro III. La Gran Alianza” de la obra de Churchill: La Segunda Guerra Mundial (1948-56); éste se dedica a analizar los hechos desde la toma de Tobruk (20 de junio) hasta su viaje al Cairo a inicios de agosto de 1942. Nos explica cómo los alemanes cometieron el error de no escuchar a Benito Mussolini y al mariscal Albert Kesselring (comandante de la Lufflofte II) que insistían en la toma de Malta. El mito de Rommel se impuso, y confiados en los recursos que obtuvieron del puerto pensaron que llegarían hasta el canal de Suez del cual solo restaban menos de 400 kilómetros. Por el contrario, en el mismo momento de la Primera Batalla de El Alamein, Churchill logra convencer a EEUU de la que fue bautizada (primero la llamaron “Rodeo”) como “Operación Antorcha” debido a que era inviable un desembarco en Europa en 1942. Pero no fue fácil porque la US Navy ni pensaba en África y al descartar una acción en Europa propuso cambiar la prioridad al Pacífico. Los altos mandos de ambos países se reunieron en Londres, y los de EEUU recibieron el 16 de julio un Memorándum de su Comandante en Jefe con algunas recomendaciones. En este texto establecerá: “Debemos concentrar nuestros esfuerzos y evitar la dispersión” y advierte de la gravedad de la caída del Norte de África y el Medio Oriente (en futuros artículos retomaremos el análisis de este importante documento).

Antes de la Primera Batalla de El Alamein se dio la de Mersa Metruh  (del 26 al 29 de junio). La idea del comandante general Claude Auchinleck (que había destituido al jefe del VIII Ejército y asumido él mismo dicho cargo) era dar tiempo a sus tropas para la retirada a El Alamein; una estación de tren en la costa que permitía la defensa, porque poseía colinas donde se podía observar los movimientos del enemigo y al sur solo restaban 75 kilómetros hasta la Depresión de Qattara, espacio infranqueable para los tanques. Rommel no podría rodearlos. En Mersa Metruh los británicos serían derrotados por la rapidez, poder de fuego y táctica de “embolsamiento” del Eje con la pérdida de diez mil soldados y cuarenta tanques. Ante El Alamein se daría una batalla de desgaste en que los Aliados lograrían detener a Rommel porque las batallas previas habían consumido sus recursos y armas, y el problema de siempre: el abastecimiento que se agrava por la distancia y el acoso de la Royal Air Force. El VIII Ejército intentó hacer retroceder al Eje pero Rommel se atrincheró y comenzó un estancamiento hasta finales de agosto (en dicho momento retomaremos esta serie sobre la Guerra en el Desierto). La semana que viene comenzamos con la ofensiva alemana de verano en Rusia, que llevará a los soldados de Hitler hasta el Cáucaso y Stalingrado.

Publicado el 22 de junio de 2022 en El Nacional y el 23 en Opinión y Noticias.

lunes, junio 20, 2022

¿Qué tiene que decirle Ana Frank a los jóvenes venezolanos?


Primera carta a Ana Frank sobre su Diario en el año 1942 

Querida Annie:

El 12 de junio se cumplieron 80 años desde que comenzaste a llevar tu Diario el día de tu cumpleaños número trece. Siempre he pensado que escribirlo es expresión de un alma sensible que valora la trascendencia. Por ello afirmas: “No quiero haber vivido en vano como la mayoría de la gente. Quiero ser útil o llevar alegría a la gente, incluso a las que nunca conocí. Quiero seguir viviendo incluso tras mi muerte”. ¡y con alegría te cuento que lo lograste y cómo jamás lo pudiste imaginar! Al colocar en Google tu nombre aparecen 135 millones de entradas y al cambiar a “Anne” llegan hasta 204 millones. Si le agrego “Diary” son 12 millones. El famoso refugio es un museo que tuve la suerte de visitar y hay miles de referencias más sobre tu persona (tu rostro es un ícono de la cultura popular) junto a la experiencia que compartiste con todos nosotros. A cualquier persona que le pregunte: ¿cuál es el diario más famoso de la Segundo Guerra Mundial (SGM)? Dirán tu nombre sin dudarlo un instante.

¿Cuál es la diferencia con otros diarios? ¿Por qué no se cumplió aquello que dijiste a los pocos días de comenzar: “ni a mí ni ninguna otra persona le interesarán las confidencias de una colegiala de trece años” (20 de junio)? Son muchos los que coinciden en que precisamente por esto es que se convirtió en un clásico, porque logras hablar de lo universal en medio de la mayor tragedia de la humanidad (el Holocausto o Shoá). Pero también es porque cada vez que te leo, y ya perdí la cuenta de todas las veces que lo he hecho, es cómo si charláramos cómo viejos amigos. Sigues viva en tus escritos como anhelaste: “Quiero que algo de mí perdure después de la muerte”.

He tenido la suerte de leer vuestro Diario cuando era adolescente. Pero he vuelto a él una y otra vez, probablemente cada década de mi vida. Ahora lo leo en el contexto de un proyecto de estudio sobre la SGM (en esta primera carta solo me dedicaré a comentar tus entradas del año 1942), pero anhelaba decirte lo que he sentido en cada uno de esos momentos en que abrí sus páginas. La gente te lee porque trasmites esperanzas, porque eres ejemplo de alegría en medio de la época más triste. Soy profesor de jóvenes y no dudo en recomendar tu lectura, y sueño con que algún día pueda analizarlo con adolescentes tal cómo tú lo eras cuando lo escribiste.

No es comparable lo que ha vivido y vive Venezuela con la Europa ocupada por el Tercer Reich, pero también son tiempos oscuros y de fuerte crisis económica. La mayoría de los niños y jóvenes no tienen las libertades y oportunidades que se tuvieron en el pasado, por lo cual tu mundo limitado y rodeado de miedo tiene mucho que decirnos al nuestro. Al principio tu Diario parece una autobiografía que relata la historia de tus padres, tu familia, “los buenos tiempos”, de cómo se vinieron de Alemania huyendo de los nazis y cómo estos los alcanzaron al invadir Holanda en 1940 “y así comenzaron las desgracias para nosotros los judíos. Las medidas antijudías se sucedieron rápidamente y se nos privó de muchas libertades” (a continuación enumeras un montón de prohibiciones desde entrar a diversos lugares cómo circular a algunas horas, que llevan a que los judíos se mantengan encerrados en sus casas).

A pesar de ello tú vives las experiencias de toda niña de tu edad hasta que el cinco de julio tu padre te habla de la “clandestinidad” donde “será muy difícil vivir completamente separados del mundo” ¿Cuál debe ser nuestra actitud ante las grandes dificultades que la vida puede presentarnos de golpe y sin ninguna advertencia? Es admirable cómo tus padres prepararon todo a lo largo de un año para poder sobrevivir escondidos. De inmediato el 8 de julio ya cuentas que tus días están “patas arriba, pero aún estoy viva, y eso es lo principal, como dice papá”. Al llegar la citación de las SS para tu padre (fue enviada el 5 de julio y en realidad fue para tu hermana Margot) dices: “me asusté muchísimo. Todo el mundo sabe lo que eso significa. En mi mente se me aparecieron campos de concentración y celdas solitarias”. De inmediato se aceleraron los planes para ir al refugio “la casa de atrás” que es en el “edificio de las oficinas de papá” que se dedica al procesamiento de especias. Con la familia Van Daan sumaban siete personas en el “escondite” que tenía cuatro cuartos con cocina, baño, un espacio común y un desván con buhardilla (120 metros cuadrados).

Al principio lo tomas “como si estuviera pasando unas vacaciones en una pensión muy curiosa”, y reconocías las cosas buenas que tenían a diferencia de otros “refugios” tales como el espacio, la cocina, el baño, el agua y la radio, “suficientes cosas para leer” y no abandonaste tus estudios, entre otros (11 de julio). Pero fue inevitable que se desarrollaran fuertes tensiones con tu madre y los Van Daan, y en general todos “pelean tan fácilmente y por cosas pequeñas” (28 de septiembre). Lo peor siempre será el miedo “de que nos descubran y nos fusilen” (28 de septiembre), y ni siquiera estando escondidos dejaron de enterarse cómo en Holanda (al igual que el resto de la Europa ocupada) la persecución contra los judíos no dejaba de aumentar y a los hombres no judíos se los llevaban a Alemania como obreros. Y conoces perfectamente las condiciones en el campo holandés de tránsito: Westerbork, las cuales son inhumanas (sin casi comida ni agua, un baño para miles, todos duermen juntos y todos son rapados. Y la radio inglesa informó que los estaban asesinando en cámaras de gases (9 de octubre) ¡¿Cómo es posible que muchos dijeron posteriormente que no lo sabían?!

En medio de todo al menos no pasaste hambre ese primer año (aumentaste 8 kilos, aunque imagino también por el crecimiento) y hay buenas noticias a principios de noviembre con las victorias Aliadas en El Alamein y el desembarco en el Noroccidente de África (“Operación Torch”). Quiero dejar algunos comentarios sobre tus entradas de finales de año para mi segunda carta que espero escribirte a principios del 2023 cuando analizaré toda tu experiencia en 1943, siguiendo mi proyecto de revisión del 80 aniversario. El mes que viene tengo que escribir una carta a otra joven judía (Helene Berd) pero francesa, porque deseo que coincida con los 80 años de las redadas en su país y después otra holandesa y así. Dejo tu pensamiento cómo despedida, que es un llamado de esperanza para todos los que anhelan superar los tiempos en que no le es recocida su dignidad humana: “Llegará el día en que termine esta horrible guerra y volveremos a ser personas como los demás, y no solamente judíos”.

El 25 de junio de 2022 el doodle de Google fue sobre Ana Frank con una animación como comics en el que se contaba su Diario y vida. Era el día del 75 aniversario de la primera publicación de su Diario. 

miércoles, junio 15, 2022

Tobruk: la caída de un mito y el inicio de otro (cuando Hitler soñó con capturar el Medio Oriente)

Tobruk: la caída de un mito y el inicio de otro

Publicado en El Nacional y Opinión y Noticias

El 12 de junio de 1942 la United States Army Air Forces (USAAF: rama aérea del US Army y que sería una sección independiente desde 1947 cambiando su nombre al actual: US Air Force) realizó su primer bombardeo sobre Europa con tan solo 13 B-24D. El objetivo eran los campos petrolíferos de Ploesti (Rumanía), principal abastecedor de combustible de la máquina de guerra del Tercer Reich. A los ocho días siguientes, en la misma zona de la que habían salido los bombarderos (Noráfrica, pero desde un cercano aerodromo del Cairo) caía el puerto-fortaleza de Tobruk. En tan solo un día de combate, el general Erwin Rommel y su Afrika korps tomaban lo que no lograron capturar el año anterior después de siete meses bajo sitio. El “zorro del desierto” sería ascendido por Adolf Hitler a mariscal, y el Führer se convencía que su nuevo “plan maestro” para ganar la Segunda Guerra Mundial (SGM) comenzaba a funcionar. Su mariscal debía controlar el Canal de Suez y los pozos del Medio Oriente, mientras el grueso de la Wehrmacht llegaría a los del Cáucaso. Triunfales se encontrarían ambas fuerzas al cerrarse la “gigante pinza”.

Este plan, del cual solo la parte del Cáucaso se estableció en una clara Directiva y al que dedicaremos nuestro artículo de la última semana de junio; se lo contó Hitler al embajador del Japón en Berlín (Hiroshi Oshima) el 3 de enero de 1942 estableciendo con detalles que Rommel tomaría los campos de Irán e Irak (general Walter Warlimont,  1964, Inside Hitler's Headquarters 1939–1945). En torno a la victoria de Tobruk dicha idea se fortalecería en su mente, tal cómo puede desprenderse de las siguientes afirmaciones:

La toma de Tobruk constituye un éxito verdaderamente extraordinario. En la coyuntura actual debe considerarse como un feliz presagio para el pueblo alemán.

Es preciso, cueste lo que cueste que lleguemos hasta las llanuras de Mesopotamia y que arranquemos a los ingleses el petróleo de Mosul. Eso será el final de la guerra. Los ingleses no disponen hoy más que de Haifa para para su abastecimiento de petróleo. Y según las estadísticas los rusos extraían, hasta estos últimos tiempos, el 92 % de su petróleo del Cáucaso  (“27 de junio de 1942” y “5 de agosto de 1942” en: H. R. Trevor-Roper, 2008, Hitler´s Table Talk 1941-44. His Private Conversations).

A estos objetivos estratégicos se agregaba la acción de su fuerza de submarinos en el Caribe y en general el Atlántico desde principios de dicho año, para detener el abastecimiento de combustible que provenía de Canadá, Venezuela y México. Los Aliados eran conscientes de la gran importancia del petróleo, por ello esta primera incursión en Ploesti donde los campos petroleros y refinerías rumanas producían más de un millón de toneladas de petróleo mensual (combustible de alto octanaje y gran calidad) para la Luftwaffe y Panzers.  

Pero ¿por qué Tobruk cayó tan rápido e incluso teniendo ahora una vía férrea que lo unía con Egipto? En la tercera semana de mayo explicamos el inicio de la ofensiva de Rommel en Gazala. La misma facilitaría sitiar una vez más el puerto. Temerosos de este hecho los británicos poseían grandes reservas de alimentos, gasolinas, agua, camiones y armas; pero probablemente por la confianza ganada en el largo sitio de 1941 ablandaron sus defensas. Los australianos que lograron esta proeza fueron retirados y llegaron sudafricanos, indios, polacos y checos (sobre estos últimos hay una película checa del año 2008: Tobruk, dirigida por Václav Marhoul, aunque trata de la finalización del sitio en 1941 y es una adaptación de la novela de Stephen Crane: The red badge of courage, 1895).

Otras explicaciones están relacionadas con el alejamiento de buena parte del sistema defensivo a la línea Gazala a Bir Hakeim junto a las minas, minas que los Stukas eliminarían a bombazos desde el aire. En este último aspecto se encuentra la otra causa: el dominio de los cielos por parte de la Luftwaffe, la cual en palabras del propio Zorro del Desierto permitió concentrar todo el ataque en el punto de penetración y después la labor de los ingenieros al crear las estructuras para superar los fosos antitanques. Los análisis del coronel Carlos Javier Frías Sánchez, en su columna periódica de historia militar en el portal Global Strategy llamada “War Studies”, resaltan el ejercicio del mando, su rigidez organizativa y la dispersión de las fuerzas británicas a pesar de contar con más tanques y artillería. En lo que respecta a su representación cinematográfica ya las citamos en anteriores entregas, pero nos faltaba la de los checos. Lamentablemente no hay un film que le haga justicia a su gran importancia que incluso algunos llaman “la llave del Norte de África”.

Las consecuencias de la captura de Tobruk por parte del Eje llevó a un nuevo exceso de confianza, pero esta vez en los alemanes, que olvidó lo central: superar el problema logístico. De esta forma se retrasó la invasión de Malta (“Operación Hércules”), y una vez más Rommel optaba por la velocidad y consideraba que podía llegar a Alejandría. Los Aliados perdieron en la batalla Gazala-Tobruk: 80 mil soldados frente a los 32 mil del Eje, 540 tanques versus 114. Al enterarse de la caída de Tobruk, Winston Churchill (que estaba en Washington en el segundo encuentro con Franklin Delano Roosevelt hablando del peligro del programa atómico nazi y las metas de 1942 y 43) expresaría: “Fue una de las peores noticias que recuerdo durante la guerra, no solo por sus graves consecuencias militares sino porque afectó a la reputación de los ejércitos británicos. (…) Si esta era la moral del Ejército, podían ocurrir desastres”. De inmediato el Presidente de Estados Unidos le dijo: “¿Qué podemos hacer para ayudar?” y la petición fue inmediata: “enviar todos los tanques Sherman que pueda”. Para concluir: “no solo los mandaron sino que hicieron más de lo que prometieron” (1948-56, “Capítulo XI. Mi segunda visita a Washinton. Tobruk” del “Libro III. La Gran Alianza” en su obra: La Segunda Guerra Mundial). La semana que viene seguiremos en el Desierto con la Primera Batalla de El Alamein (01 al 27 de julio de 1942).

miércoles, junio 08, 2022

Sebastopol: el faro de Crimea (caída de la fortaleza en la Segunda Guerra Mundial)

Sebastopol: el faro de Crimea

08 de junio de 2022

En la actual invasión de Rusia a Ucrania se ha afirmado que Vladimir Putin pretende, entre otras metas, consolidar el dominio de la base naval que mantiene en Sebastopol en la península de Crimea. El mayor esfuerzo, después de su fracaso en la toma de la capital ucraniana, lo han dedicado tanto al área del Donbas cómo en torno a Crimea (ampliando el control de casi toda la costa). En el 2014 había ocupado militarmente la península de Crimea y desde ese entonces la considera parte integral de su territorio, a pesar de las protestas de Ucrania y la comunidad internacional (incluyendo Naciones Unidas). La historia de Sebastopol como base de la Flota del Mar Negro del Imperio Ruso comienza en 1783, pero su historia se remonta a la antigua Grecia en el siglo V antes de Cristo. Siempre en disputa por razones geoestratégicas durante la Segunda Guerra Mundial (SGM) sufriría un sitio de ocho meses por parte de los alemanes. El 7 de junio de 1942 comenzaría su ofensiva final que terminaría con la derrota soviética el 4 de julio, cuando ya solo quedaba menos de diez edificios en pie.

En el primer año de la invasión de la Wehrmacht a la Unión Soviética (URSS), esta descubrió tempranamente la feroz defensa que realizaban los “ivanes” (uno de los nombres que daba a los soldados soviéticos) de los fuertes o ciudades. Se enterraban en las ruinas y resistían hasta la última bala. El testimonio del periodista ruso (Boris Voyetekhov) que vivió los últimos días del Sitio lo describe perfectamente: “Sebastopol era una galería de túneles perforadas en la roca, donde la gente vivía y trabajaba en medio de un aire enrarecido y los nervios de punta. (…) Todos los días eran bombardeados y era tan intenso que las rocas se agrietaban y parecía que todo se desplomaría y sepultaría a aquellas gentes que luchaban sin descanso”.

La solución para vencerlos parecía estar en incrementar el poder de fuego a través de la artillería (mientras más pesada, mejor) y el bombardeo de los Stuka, pero al final la infantería tenía que actuar y los costos humanos eran altísimos. Adolf Hitler optó por ordenar el sitio de algunas ciudades-fortalezas creyendo que el tiempo, la artillería y el hambre harían el trabajo sucio. Los mejores ejemplos fueron Leningrado (¡900 días!) y Sebastopol, pero ¡jamás se rendían!

En el segundo año (1942) el Ejército alemán ya no tenía la fuerza para actuar a lo largo de todo el Frente Oriental, Hitler entonces eligió como objetivo de su ofensiva de verano (operación Fall Blau) los campos petroleros del Cáucaso. Pero consideró que no podía dejar en la retaguardia a Sebastopol por ello dio todo el apoyo al general Erich von Manstein con su 11° Ejército (era su comandante desde septiembre de 1941 cuando había pasado del Grupo de Ejércitos Norte al Sur). Dicho apoyo consistió en los 600 aviones la Luftflotte 4 bajo el comando del coronel general Wolfram Freiherr von Richthofen. Más de diez mil piezas de artillería entre ellas el “Dora” que es uno de los más grandes de la historia con 600 mm de ancho y un cañón de 47 metros de largo. También contaba con otros ejércitos aliados del Tercer Reich: rumanos, búlgaros e italianos (en especial en lo que respecta a lo naval).

Von Manstein había liderizado a sus soldados del 11° Ejército a la victoria en la Península de Kerch ¡en pleno invierno del 41 al 42 mientras en otros frentes los alemanes retrocedían! Kerch es el lado oriental de la Península de Crimea, de esa forma logró reducir el sitio en torno al puerto que queda en el lado occidental. Fue una larga batalla hasta mayo del 42 en el cual las bajas alemanas no pasaron de 24 mil a diferencia de las soviéticas que superaron las 300 mil. Aprendió a presionar con la artillería y los bombarderos, experiencia que le sirvió para la toma de Sebastopol donde se sirvió de varias operaciones de engaño. Primero tomó el “Fuerte Gorki”, luego el “Fuerte Stalin” y después pasó al puerto con un desembarco que el Ejército Rojo no se esperaba. En general fueron seis largas semanas donde cada puesto de ametralladoras debía ser tomado con morteros, lanzallamas e incluso se habla del uso de gases (no probado y sería la única vez que se usó en la SGM); hecho que le costaría al Eje cerca de 35 mil bajas. Pero lograron capturar 90 mil defensores aunque los soviéticos evacuaron a 25 mil (incluyendo oficiales y el comandante Ivan Petrov), y fallecieron en combate 18 mil. El escape del puerto se resalta en la película rusa: La Batalla de Sebastopol (Serguéi Mokritskiy, 2015).

A diferencia de otros hechos de la SGM conseguí poca bibliografía, documentales y películas. La editorial Osprey nunca decepciona y tiene su texto: Robert Forczyk, 2008, Sevastopol 1942.  Von Manstein’s Triumph. No se pueden dejar de mencionar las memorias del que lograría su ascenso a mariscal gracias a este triunfo: E. von Manstein, 1954, Victorias frustradas. En mi adolescencia conocí este hecho gracias a los capítulos respectivos de la Gran Crónica de la Segunda Guerra Mundial (1965) del Reader’s Digest: Boris Voyetekhov “El sitio de Sebastopol”. La película citada es un biopic de la más famosa francotiradora del Ejército Rojo: Lyudmila Pavlichenco, y solo la batalla que le da nombre comienza a la hora y da muy pocos detalles de la misma. Al menos muestra algunas famosas anécdotas del Sitio y la acción de la Luftwaffe.

El Sitio y Batalla de Sebastopol presagiaba de algún modo la larga y determinante Stalingrado (e incluso se advierte que demoró la ofensiva), pero también las terribles guerras del futuro en la Guerra Fría cuando ejércitos más débiles pero decididos se enfrentarían a fuerzas con mayor tecnología y poder de fuego. Los primeros se “enterrarían” y desarrollarían una guerra de desgaste que les daría la victoria final. El Frente Ruso con la ofensiva alemana de verano la retomaremos, Dios mediante, a finales de mes y las dos semanas que vienen nos centraremos en el análisis de los combates en el Norte de África con la toma por el general Rommel de Tobruk y su máxima expansión hasta llegar al Alamein.

miércoles, junio 01, 2022

Midway: el ocaso del Sol Naciente (Batalla de Midway)

Midway: el ocaso del Sol Naciente

Carlos Balladares Castillo

01 de junio de 2022

En los anales de la guerra en el mar no aparece ningún choque más intenso y conmovedor qué estas dos batallas, en que las cualidades de la Armada, la Fuerza Aérea estadounidense y las de todo su pueblo brillaron en su máximo esplendor. (…) El valor y la entrega de los pilotos y los marinos de Estados Unidos, junto al coraje y la habilidad de sus líderes fue la base de todo  (Winston Churchill, 1948-56, “Capítulo IX. Las victorias navales estadounidenses: El Mar del Coral y Las Islas de Midway” del “Libro III. La Gran Alianza” en su obra: La Segunda Guerra Mundial).

En la película Midway (Jack Smight, 1976) el almirante Chester Nimitz (representado por Henry Fonda) al saber los resultados se pregunta: “Yamamoto contaba con más armas, experiencia y confianza que nosotros. Al final: ¿Tuvimos más suerte o mayores destrezas que los japoneses?” A continuación finaliza el filme con el texto del Primer Ministro del Reino Unido que hemos trascrito al inicio. Es una manera elegante de mostrar el debate historiográfico que se generó en torno a la que se ha considerado como la batalla decisiva del Pacífico, y que incluso algunos llegan a afirmar que determinó el rumbo de toda la Segunda Guerra Mundial (SGM). Barrie Pitt en la “El mayor combate naval desde Trafalgar” (Introducción al libro de la Editorial San Martín: A. J. Barker, 1976, Midway: el momento crítico): señala:

Pocas veces en la historia han influido tanto los factores circunstanciales. Si un criptólogo norteamericano se equivocó o fracasó en la interpretación correcta de los innumerables mensajes japoneses codificados; si el piloto de un avión nipón de reconocimiento hubiese observado con mayor detenimiento [y así enumera unos cuantos posibles pequeños cambios]. Si cualquiera de estos componentes aparentemente triviales hubiera tenido lugar de forma diferente, el combate habría podido desarrollarse por otros cauces y las consecuencias habrían sido aterradoras.

(…) Una victoria japonesa generaría la captura de Midway y Hawai. El peligro sobre la costa oeste despertaría poco interés en los estadounidenses por la guerra en Europa (…). Y los rusos habrían derrotado solos a los alemanes y el telón de acero llegaría hasta Francia.

Es un contrafáctico bastante dudoso por la ventaja que significaba la gran capacidad industrial de los Estados Unidos (EEUU), pero lo inevitable era el cambio en la duración de la guerra con sus impredecibles consecuencias.

Los documentales han tendido a resaltar el tema de la suerte y un buen ejemplo es el de Netflix (2019): Greatest events of World War Two in colour en su capítulo respectivo. Una excepción es el documental que dirigió John Ford, que estaba en el lugar y sufrió heridas, y llegó a las salas de cine a los pocos meses de los hechos, ganando un Óscar al año siguiente. Todo lo contrario al cine que ha valorado el papel de la Inteligencia Naval (Station HYPO del comandante Joseph Rochefort que se le da gran protagonismo en la película de 1976) al conocer los códigos de comunicación japonesa y comenzar a sospechar de la frecuencia con que hablaban de un objetivo llamado “AF.” (posteriormente se logró confirmar con una treta que era Midway); y el coraje y sacrificio de los pilotos de los tres portaviones (Enterprise, Hornet y Yorktown, junto a los de la isla). Se destruyó el factor sorpresa del plan nipón diseñado por el almirante Isoroku Yamamoto. Lo extraño es que Hollywood solo ha hecho dos filmes: el de 1976 ya descrito y el homónimo de Roland Emmerich que se estrenó en el 2019. El cine japonés le dedica mucho más, por solo nombrar una: el biopic del máximo comandante titulada Isoroku (Izuru Narushima, 2011).

La Batalla del Mar del Coral (3 al 8 de mayo de 1942) y la de Midway (3 al 6 de junio de 1942) a pesar de su distancia temporal están enmarcadas en la estrategia de expansión del perímetro defensivo del Imperio del Japón, la primera en el Sur para aislar a Australia y la segunda en el Norte para aislar a Hawai ¡y en ambas fracasaron! Tal como analizamos a principios de mayo al hablar de la primera, ambas se fortalecieron en su acción por el raid del coronel James Doolitle (18 de abril) y un exceso de confianza debido a su racha de victorias ininterrumpidas con muy pocas pérdidas desde el ataque a Pearl Harbor (7 de diciembre de 1941).

El objetivo no era tan solo la expansión sino cumplir con un principio de la doctrina militar japonesa originado en la Batalla de Tsushima en 1905 (guerra Ruso-nipona, 1904-1905): las guerras se ganan con una batalla decisiva en la cual se quiebra tanto el grueso de los ejércitos como el deseo de seguir luchando ¡y lo peor de todo es que se cumplió en cierta forma en el primer factor, pero en su contra! La idea era distraer la atención de las fuerzas haciendo una primera invasión en las Aleutianas (cadenas de islas de Alaska) que obligaran a salir a la Flota de EEUU (en especial sus portaviones) de Pearl Harbor, mientras los más importantes portaviones (Akagi, Kaga, Soryu e Hiryu) comandados por el almirante Chuichi Nagumo destruiría los aviones, el aeródromo y las defensas de Midway para facilitar su invasión. Al aproximarse el enemigo éste sería sorprendido y hundido sus portaviones.

El comandante Rochefort y su equipo logran indicar hasta la fecha del ataque a Midway (entre el 4 y 5 de junio), de modo que cuando aparecen los bombarderos japoneses ya los estaban esperando y la pista estaba vacía. Dichos aviones atacan a la flota pero no logran causarles daños. Nagumo al ser informado toma una decisión que significará un error fatal: cambiar los torpedos y bombas de penetración a bombas contra los aeródromos y defensas para terminar la tarea comenzada, pero se entera que los portaviones enemigos pueden estar cerca y vuelve a dar una contraorden. Mientras se encuentra realizando el cambio aparecen los bombarderos y torpederos enemigos pero sus cazas Zero dan cuenta de ellos. Cuando los Zeros vuelven para repostar combustible y se están preparando el resto de los aviones con las bombas cerca, los atacan más SBD Dauntless (bombardero en picada) y TBD Devastators (torpederos). Con eficacia y coraje (“como samuráis”, dice Nagumo siguiendo una de las películas) los pilotos estadounidenses dan cuenta de tres portaviones. En la tarde caerá el último (el Hiryu), que sí pudo antes atacar y dejar tan dañado al Yorktown que terminará siendo hundido por un submarino japonés.

El resultado de la batalla fue el quiebre de la “columna vertebral” del Imperio del Sol Naciente. ¡Cuatro grandes portaviones hundidos! Yamamoto renunciará a la invasión por carecer de cobertura aérea y se mantendrá al pueblo totalmente ignorante de la gran tragedia. La mitad de la fuerza de portaviones desapareció en minutos con la mayoría de sus pilotos que poseían gran experticia (¡irremplazables!), y la otra mitad que quedaba eran naves de menor tamaño salvo el Zuikaku y el Shokaku que no participaron porque habían sido dañados en el Mar del Coral. La capacidad industrial de su país era incapaz de una rápida recuperación, a diferencia de EEUU que a finales de año comenzó a producir un nuevo portaviones cada dos meses.

La gran consecuencia de Midway es que el Japón más nunca retomaría la ofensiva en los mares, y solo confiaba en que la defensa fanática hiciera que los estadounidenses negociaran para evitar tan alto costo humano en sus filas. Solo intentaron seguir insistiendo en cortar las comunicaciones entre Australia y Estados Unidos para lo que construirían un aeródromo en Guadalcanal. En ese lugar se daría la primera ofensiva importante de los Aliados en el Pacífico y en agosto próximo cuando se cumple el 80 aniversario, Dios mediante, comenzaremos su análisis. Uno de los aprendizajes de la batalla decisiva que fue Midway y que se ha desarrollado en la historiografía, es la tesis que explica la derrota por el fuerte apego de los japoneses a los planes militares. El Ejército de EEUU poseía una mayor flexibilidad en los momentos de crisis. Decidir a partir de una percepción tergiversada por el dogmatismo y los mitos puede resultar fatal.

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