miércoles, octubre 05, 2011

Biografía Nª 5: "Isaías Medina Angarita" por Antonio García Ponce

Publicado en: Noticiero Digital

Autor: Carlos Balladares Castillo

Medina Angarita: ¿El mejor Presidente? (BBV, 5)

En mis tiempos de bachillerato, cuando desperté conscientemente a la política, me hice la pregunta: ¿Quién ha sido el mejor Presidente de Venezuela?. Mis profesores de historia señalaban que después de Bolívar estaba Isaías Medina Angarita (1897-1953), pero como al Libertador siempre lo hemos tenido – lamentable y perjudicialmente - como un dios, el primer lugar quedaba para este tachirense de rostro amable. Estos docentes, que ya veían en los adecos el origen de nuestros males (todavía no aparecía públicamente Chávez), señalaban: “este Presidente era tan bueno que hasta los adecos le habían dado un golpe”.

Aunque rechazamos todo ejercicio de especulación: “¿Qué habría ocurrido si a Medina Angarita le dejan terminar su período presidencial?”. Se debe reconocer que el 18 de octubre de 1945, cuando los jóvenes militares buscaron derrocar violentamente al gobierno, Medina tomó una decisión que unos años después describirá con esta frase que ha quedado para nuestra historia: “Algún día, vivo o muerto, la conciencia de Venezuela habrá de decir que Isaías Medina, puesto en la tremenda disyuntiva de sacrificar su persona o ensangrentar su tierra, no vaciló en sacrificar su persona”. A casi 66 años de los hechos, y padeciendo uno de los peores personalismos políticos de nuestra transitar republicano, esta frase (y acción) hace de este Presidente uno de los más dignos y CIVILISTAS. Más aun, si evaluamos su gobierno en el contexto que se desarrolló: el ser heredero de la dictadura más autoritaria y sangrienta de nuestra historia (Juan Vicente Gómez: 1908-1935), los méritos de Medina se crecen inmensamente.

Las razones para valorar en alto grado, la presidencia de Medina, no las ofrece el médico e historiador Antonio García Ponce en la biografía número 5 de la colección “Biblioteca Biográfica Venezolana”. Me ha gustado que el autor realiza un análisis de su liderazgo político, detallando los conflictos con el viejo gomecismo, el lopecismo y con la generación del 28 representada en los nuevos partidos políticos. Y no oculta el uso que hizo de los recursos del Estado y su poder como Presidente para fortalecer su partido político: el Partido Democrático de Venezuela (PDV); ni que nunca llevó a cabo el desmontaje de la estructura fraudulenta del sistema electoral que heredó de Gómez y López Contreras; ni promovió una reforma constitucional que permitiera la aplicación del sufragio universal, a pesar de considerarse un gran demócrata.

Lo que si hizo Medina, y lo hace un gran gobernante: fue desarrollar un proceso de modernización en todos los ámbitos, en especial el político: al continuar y fortalecer la despersonalización política que había comenzado López Contreras, consolidar la institución de los partidos políticos como medio para la acción pública, libertad plena de expresión, permitir el voto de la mujer aunque sea para la elección de concejales, acercar la elección presidencial al permitir la elección directa del Congreso y; la derogación del “Inciso Sexto” (instrumento para que el Presidente reprimiera todo acto y opinión opositora al acusarla de comunista). En relación a nuestro petróleo, llevó a cabo la famosa Ley de Hidrocarburos de 1943 que fue un paso fundamental en el proceso de control por parte del Estado de nuestro principal recurso energético e ingreso fiscal, al “liquidar la irritante extraterritorialidad técnica y económica de las empresas extranjeras” (p. 54), y que sumado al Impuesto sobre la Renta (obra también suya), multiplicó los ingresos del Estado, con el cual se realizaron muchas obras públicas como la famosa urbanización de El Silencio. No se puede dejar de citar la reforma al Código Civil (los hijos naturales podrían ser reconocidos), la nacionalización de la justicia y la reforma agraria que se vio truncada por el golpe de Estado.

Por último, es el primer Presidente que inicia una política exterior caracterizada por las visitas personales a diversos países; en los que se convierte en el primer gobernante que visita los Estados Unidos y habla ante el Congreso de este país, respaldando al “mundo libre” frente a la amenaza fascista de Alemania, Italia y Japón durante la Segunda Guerra Mundial. En muchos de estos viajes lo acompañan líderes de la oposición, con los que mantuvo un trato de diálogo y respeto. No se puede olvidar, tampoco, la cantidad de intelectuales que le dieron su apoyo, y con los que compartió una visión de modernización centrada en la educación.

En tiempos oscuros, recordar la personalidad, el estilo y la obra de gobierno de Medina Angarita; no solo nos llena de esperanzas, sino que nos hace sentirnos orgullosos de ser venezolanos.

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