Padre nuestro que estás en el cielo, en la prensa, en los espacios públicos, en todas las vallas publicitarias, en la televisión y la radio nacional; en los pensa de estudio de las universidades, en el miedo de todos los que guardan silencio.Santificado sea tu Nombre. Que en todos los espacios públicos aparezca tu imagen; que todo tenga que ver contigo; que se te invoque y se te den vivas por siempre jamás. Que luego, cuando ya no estés, un mausoleo nos lo recuerde, para no olvidarte nunca. Venga a nosotros tu reino. Ese reino que tienes en la cabeza y que impide que otro modelo de reino más plural y abierto se abra paso para que la sociedad se transforme con ideas nocivas como las de pluralismo y libertad.
Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Sí, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Que toda voluntad diferente sea reducida, por la fuerza si es necesario o por el miedo.
Que tu voluntad perdure por el tiempo que sea, por el que tú creas conveniente y cuando ya no estés entre nosotros que perviva en tus herederos.
Que tu voluntad perdure por el tiempo que sea, por el que tú creas conveniente y cuando ya no estés entre nosotros que perviva en tus herederos.
Danos hoy nuestro pan de cada día. Eso, que todo alimento que recibamos venga de ti, de tu poder, que consideremos que el derecho a la alimentación proviene fundamentalmente de tu generosidad y nos parezca que hacer colas durante medio día para conseguir un kilo de azúcar es algo normal y justo. Pon en el pan, además, tu retrato, para que nos quede claro, cada vez que lo recibamos, que proviene de ti, del sudor de tu frente.
Perdona nuestras ofensas –que no son otra cosa que creer que tenemos derecho a autodeterminarnos más allá de tu voluntad omnímoda y omnipresente–, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden diciéndonos que tú cometes arbitrariedades, violaciones a los derechos humanos y otras mentiras con las que te denigran.
No nos dejes caer en la tentación de querer tener pensamiento autónomo y libre, para no incurrir en el error de contradecirte ni examinar las cosas más allá de los límites por ti impuestos. Y líbranos del mal: la prensa plural, las votaciones universales directas y secretas, los partidos políticos de ideología diferente al tuyo, la libertad de expresión y todas esas debilidades burguesas.
Y que a tu infinita voluntad digamos todos…
Amén
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