Tuesday, December 31, 2013

Lista de libros publicados en el año 2013 sobre historia de Venezuela y/o de historiadores venezolanos y/o venezolanistas

El objetivo es enumerar los libros publicados en el año 2013 sobre historia de Venezuela y/o de historiadores venezolanos y/o venezolanistas.

Agradecemos que nos corrijan en caso que nos falte algún dato en lo relativo a la redacción de la bibliografía o cometamos algún error al citarla. o consideren que no es un libro de historia alguno de los que hemos señalado. De igual forma si nos ha faltado algún libro por incorporar a la lista. 

Agradecemos a la  editorial Alfa y a las editoriales de las universidades nacionales tanto públicas como privadas por el esfuerzo realizado.  

Obras colectivas:

AA. VV.,  Venezuela y sus orígenes republicanos: 19 de abril de 1810 - 5 de julio de 1811. Jornadas Reflexiones de la Venezuela Histórica, Caracas: Universidad Monteávila/Fundación Bancaribe. (EN LA QUE HAY UN TRABAJO MÍO). 

AA. VV., América Latina: identidad e integración.  Libro homenaje a Demetrio Boersner.  Memoria de las XII Jornadas de Historia y Religión, Caracas: Fundación Konrad Adenauer-Universidad Católica Andrés Bello.

José Balza y Ramón Piñango, Suma del pensar venezolana (3 volúmenes), Caracas: Fundación Polar.

Marcelino Bisbal (coordinador), Saldo en rojo. Comunicaciones y cultura en la era bolivariana, Caracas: UCAB/KAS.

Alejandro Cardozo y Luis Buttó  (coordinadores), Incesto Repúblicano. Relaciones civiles y militares en Venezuela: 1812-2012, Caracas: Nuevos aires.

Lucía Raynero (compiladora), Historia de la democracia. Ensayos, Caracas: Libros El Nacional.

Carlos Tablante y Marcos Tarre, Estado delincuente. Cómo actúa la delincuencia organizada en Venezuela, Caracas: La hoja del norte. 

Obras individuales:

Rafael Arráiz Lucca,  Venezuela: 1498-1728. Conquista y Urbanización, Caracas: Alfa (reedición).

                                     Historia política de Venezuela. 1498 a nuestros días, Bogotá: Universidad del Rosario (reedición).

                                      Empresas venezolanas. Nueve historias titánicas, Caracas: Alfa.

Germán Carrera Damas, Rómulo histórico: la personalidad histórica de Rómulo Betancourt vista en la instauración de la republica popular representativa y en la génesis de la democracia moderna en Venezuela, Caracas: Alfa. (EN LA QUE COLABORÉ EN ALGO CON EL AUTOR). 

Fernando Coronil Ímber, El estado mágico. Naturaleza, dinero y modernidad en Venezuela, Caracas: Alfa.

María Elena González Deluca, VENEZUELA: La Construcción de un país…una historia que continúa, Caracas: Cámara Venezolana de la Construcción.

David González, El Estado descomunal. Conversaciones con Margarita López Maya, Caracas: Libros El Nacional. 

Nelly J. Hernández Rangel, Unión Federal Republicana: un partido político merideño 1946-1948, Mérida: Ediciones El Lápiz.

Américo Martín, Ahora es cuando. Memorias. Vol. 1, Caracas: Libros marcados.  

     La terrible década. Memorias. Vol. 2, Caracas: Libros marcados.

Edgardo Mondolfi Gudat, EL DÍA DEL ATENTADO. El frustrado magnicidio contra Rómulo Betancourt, Caracas: Alfa.

María Teresa Romero, El enigma SAC. Travesía vital de Simón Alberto Consalvi, Caracas: Alfa.
Víctor Salmerón, Petróleo y desmadre. De la Gran Venezuela a la Revolución Bolivariana, Caracas: Alfa.

Milagros Socorro, Alfonso «Chico» Carrasquel. Con la V en el pecho, Caracas: Ediciones B.

Tomás Straka, Venezuela 1861-1936: la era de los gendarmes.  Caudillismo y liberalismo autocrático, Caracas: Fundación Rómulo Betancourt (Serie Antológica Historia Contemporánea de Venezuela, Nº 10).

William M. Sullivan, El despotismo de Cipriano Castro, Caracas: Hector Pérez Marchelli / Academia Nacional De La Historia

Diego Bautista Urbaneja, La renta y el reclamo. Ensayo sobre petróleo y economía política en Venezuela, Caracas: Alfa.


Ramón J. Velásquez, Caudillos, historiadores y pueblo, Caracas: Fundación Bancaribe.

OBRAS DE VENEZOLANISTAS Y/O IBEROAMERICANISTAS PUBLICADAS EN EL EXTRANJERO:

Marie Arana,  Bolívar. American Liberator, New York: Simon & Schuster

Manuel Chust Calero e Ivana Frasquet, Tiempos de revolución. Comprender las independencias iberoamericanas, Madrid: MAPFRE/TAURUS

Tardieu, Jean-PierreResistencia de los negros en la Venezuela colonial. Representaciones y planteamientos semiológicos, (España - Madrid / Frankfurt): Libro europeo


NOVELA HISTÓRICA

Leonel Vivas, Por los callejones del viento, Mérida: Universidad de Los Andes, Vicerrectorado Administrativo.

Ana Teresa Torres, La escribana del viento, Caracas: Alfa. 

OTROS LIBROS DE HISTORIA DE VENEZOLANOS

REVISTAS SOBRE HISTORIA 


Mañongo, Universidad de Carabobo julio-diciembre 2013, número especial dedicado a Historia Militar.

NOS FALTARON VARIAS.

PUBLICACIONES DEL ESTADO VENEZOLANO:


Me queda la duda de las publicaciones del gobierno sobre historia, pero hay que nombrar los libros de texto escolares tan polémicos de este año de la “Colección Bicentenario” http://www.me.gob.ve/coleccion_bicentenario/

Thursday, December 26, 2013

La historia que cuenta la "Colección Bicentenaria" que este año comenzó a repartir en las escuelas oficiales el gobierno de Venezuela



Noticia de El País de España. 

La Historia, según el chavismo

La Colección Bicentenario, una serie de libros escolares que el Estado reparte en las escuelas públicas, reinventa el modo en que niños y jóvenes estudian la historia reciente del país


En la contraportada está el manchón con los nombres que dieron vida a laColección Bicentenario, los libros de texto que el Gobierno de Venezuelaentrega de forma gratuita en las escuelas públicas. Arriba y a la izquierda el comandante supremo de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez Frías. A continuación su delfín y actual presidente de la República, Nicolás Maduro. Luego vienen los nombres de la ministra de Educación, de los viceministros y los encargados de proponer una lectura acorde con la cosmovisión chavista de la historia republicana de Venezuela. Esa donde la llamada revolución bolivariana rescata la obra de los padres fundadores después de los intentos de continuar con el proyecto independentista libertador Simón Bolívar.

En el libro Historia de Venezuela Contemporánea, una asignatura que se imparte en el cuarto año de bachillerato (el penúltimo año de la escuela secundaria), se lee en el primer capítulo de la primera unidad lo siguiente: “Cuando entramos a la segunda mitad del siglo XIX ya podemos ir hablando de una contemporaneidad venezolana, cuyas raíces las hemos encontrado en un estilo americano que llegaba de Estados Unidos de América desde 1824. Avanzamos este dato para que el lector esté pendiente de su reaparición más adelante en el marco de las relaciones comerciales de Venezuela con el exterior”.

Esa sentencia marca el tono del texto de 272 páginas, publicado por primera vez en 2011 y reeditado por tercera vez en 2013. Este libro es uno de los 70 encargados a los autores de la Colección Bicentenario, que abarcan desde la educación inicial hasta el último año de educación media. No solo Estados Unidos, al que en la página 169 se le compara con el III Reich, se convierte en la gran bestia negra que impidió la consolidación de una república libre. Los gobiernos anteriores al chavismo –el período de 40 años transcurrido entre 1958, cuando cayó la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, y la victoria de Hugo Chávez, en 1998- son a lo largo de la obra los principales responsables de la tragedia nacional, contenida apenas por la aparición del comandante Chávez.

Construida a base de manipulaciones históricas, de protagonistas desconocidos, la relectura de la historia que propone el Gobierno en las escuelas del Estado promueve la adoración del líder y la satanización de todo aquello que no comulgue con sus intereses. “Una primera observación es que los libros no están adecuados ni al programa del año 1997 de Educación Básica ni al currículum llamado bolivariano. En muchas oportunidades, las lecturas, los ejercicios o los ejemplos son manipulaciones para ensalzar al actual régimen o para hacer culto a la personalidad”, afirmó el profesor Mariano Herrera, coordinador del área de Educación de la Mesa de la Unidad, en un artículo publicado por el diario Tal Cual en octubre.
La observación de Herrera recoge una preocupación de padres y representantes que no comulgan con las interpretaciones del chavismo: la inminente reforma del Currículo Nacional Bolivariano propuesta por el Ministerio de Educación en noviembre, pero cuyo contenido aún es un misterio.

Del Gobierno de Rómulo Betancourt (1959-1964) se ha elegido contar como hecho principal la represión a la izquierda que eligió el camino de la lucha armada inspirada en el ejemplo castrista y algunas de sus causas: la traición que según esa cosmovisión significó la firma del Pacto de Punto Fijo –el acuerdo mediante el cual los partidos políticos Acción Democrática, Unión Republicana Democrática y socialcristiano Copei acordaron la estabilidad democrática participando en el gabinete del gobierno elegido en 1959, un pacto que dejó por fuera a un aliado en la lucha contra la dictadura como el Partido Comunista de Venezuela-, el apoyo de Venezuela a la expulsión de Cuba de la Organización de Estados Americanos en 1960 y las fricciones internas que esa decisión ocasionó en la coalición de Gobierno. “Desde el año 1959, cuando se producen manifestaciones en Ciudad Bolívar, con saldo de muertos y heridos, Betancourt había dado órdenes de ‘disparar primero y averiguar después’ contra cualquier intento de ‘desorden público’ contra la ‘democracia”.

Las comillas en la palabra democracia tienden un puente con las dudas que en vida expresaba Chávez sobre el carácter del proceso iniciado en 1958: una época según la cual se traicionó el espíritu unitario de la revuelta cívico-militar que culminó con el derrocamiento del último dictador del siglo XX, Marcos Pérez Jiménez. Todo el libro en realidad es un amplio ajuste de cuentas con los gobiernos de lo que el chavismo ha bautizado como “democracia representativa”. En sintonía con lo anterior, del período de Raúl Leoni (1964-1969) también sobresale la continuación del combate de la lucha guerrillera, su apego político a la Doctrina de Seguridad Nacional promovida por Estados Unidos, la agudización de la política de secuestros, torturas y desapariciones forzadas “cuya lista sería harto difícil citar aquí puesto que se trata de un evento”.

Las presidencias de Rafael Caldera (1969-1974), Carlos Andrés Pérez (1974-1979), Luis Herrera Campins (1979-1984) y Jaime Lusinchi (1984-1989) son despachadas con un prejuicio común: la idea de que encabezaron gobiernos entreguistas que profundizaron la dependencia de Venezuela en todos los órdenes y los manejos corruptos que derivaron en una impagable deuda externa y una crónica crisis económica. De las segundas presidencias de Carlos Andrés Pérez (1989-1993) y Rafael Caldera (1994-1999) destaca su presunta subordinación a las ideas expresadas en el Consenso de Washington y la lectura del Caracazo de 1989 como el antecedente de los golpes de estado de febrero y noviembre de 1992, consagrados como rebeliones e insurrecciones que respondieron “a la apertura económica, al desmantelamiento del Estado, al modelo privatizador y a la corrupción como sistema”.

En realidad el texto de Historia de Venezuela Contemporánea es un memorial de los errores que cometieron y la deliberada omisión de los logros. Toda la obra de esos gobiernos, como, por ejemplo, la nacionalización de la industria petrolera y la creación de la estatal Petróleos de Venezuela en 1976, es analizada con una perspectiva crítica que parece ser el aperitivo que prepara la entrada al proscenio de Hugo Chávez, a cuyos tres primeros años en la presidencia (1999-2002) se dedican 60 páginas con un tono entre hagiográfico y panegírico.
En una entrevista concedida al diario oficialista Correo del Orinoco el pasado mes de octubre, la profesora América Bracho, coordinadora de los textos de ciencias sociales de la Colección Bicentenario, aseguró en una entrevista que no había nada que temer en los 35 millones de textos que distribuye gratuitamente el Gobierno. “Con los libros se busca la libertad de pensamiento”, asegura. Y más adelante afirma: “Aquí no impone nadie. Los puede usar cualquier niña, niño o adolescente, sea cual sea la posición política de su familia. Acá se dice lo que otros libros omiten: las verdades que no les convienen”.

Tuesday, December 10, 2013

La revista "Matria" de los Valles del Tuy (estado Miranda, Venezuela) llega a su cuarto número

Le deseamos mucho éxito. 

La revista Matria es un proyecto, un sueño convertido en realidad por jóvenes investigadores de los valles del Tuy, que se proponen no sólo elaborar una revista mas, sino argumentar en base a investiagaciones la importancia política-económica y social del Tuy para el país. A partir de dicha revista el colectivo de investigación Matria involucra en charlas y foros a la población activamente, que sean ellos los que digan su historia, sus saberes, sus tradiciones y sus necesidades, esto último de suma importancia para Matria, ya que, desde el conocimiento histórico construido entre todos se generan los posibles cambios en la región. Matria aspira llegar a todos y todas a través de de la web: www.revistamatria.wordpress.com


Prof. Arturo Lev Alvarez A.

Especialista en Geografía e Historia (UPEL-IPMJMSM-2012) Venezuela
Maestrando en Historia Contemporánea en la Universidad Nacional de General Sarmiento (Argentina)
Director-Editor de Revista MATRIA (www.revistamatria.wordpress.com)
Asociación Otras Memorias (Socio N° 162)http://www.otrasmemorias.com.ar/
Profesor e investigador. Columnista en el diario Últimas Noticias(edición Valles del Tuy), CRÓNICAS URBANAS
Facebook: Arturo Lev
Twitter: @Arthurbond
Programa de radio: FRECUENCIA ESTUDIANTIL, sábados de 12 a 1 pm por la Emisora Tuyera Comunitaria 107.7 Fm www.tuyerafm.com

Thursday, November 28, 2013

Academia de la Historia adjudica el Premio "FranciscoGonzález Guinán" a historiador dedicado a la cultura de origen africana



Para esta edición, el ganador resultó ser el historiador José Marcial Ramos Guédez, cuyos trabajos de investigación se orientan hacia la cultura de origen africana y la esclavitud.

El historiador José Marcial Ramos Guédez recibió el Premio Nacional de Historia Francisco González Guinán 2013, otorgado por la Academia Nacional de la Historia.

La información fue suministrada por el propio director de la institución, Ildefonso Leal, quien en comunicación dirigida al ganador, señala que el premio consiste en un diploma y la cantidad de cinco mil bolívares fuertes, "en reconocimiento a su valiosa obra en el campo de la historiografía nacional".

Agrega la comunicación que "la Academia se siente muy honrada de que un historiador de su valía intelectual haya sido distinguido con este galardón"; en tal sentido, el premio será entregado el próximo jueves 12 de diciembre, a las 11:30 a.m. en el salón de sesiones de la ANH, ubicada en el Palacio de las Academias.

Ramos Guédez nació en Caracas en 1950, y es licenciado y magister en Historia por la Universidad Central de Venezuela. En 1993, obtuvo el Doctorado en Historia de la Universidad Santa María. Es profesor universitario en varias instituciones nacionales, y actualmente es profesor en el Doctorado en Cultura Latinoamericana y Caribeña. Es autor de más de treinta libros y de un promedio de 300 artículos publicados en fuentes hemerográficas nacionales y del exterior. Su línea de investigación tiene que ver con la cultura de origen africana y la esclavitud.


Tuesday, November 12, 2013

Entrevista del amigo y comunicador Germán Suárez Flamerich al historiador Tomás Straka (me ha gustado por contar de su vida)





Tomás Straka, el historiador y su tiempoEntrevista aparecida originalmente en la revista Ojo (cultura universitaria) edición número 20 – año 2013


Tomás Straka, el historiador y su tiempo


Por Guillermo Ramos Flamerich


 «El romero se paró al pie de la ermita que se levanta a un lado del camino, en la colina desde donde se domina la villa de muros encalados y techos de tejas. El romero pidió agua y los monjes le ofrecieron el pan y el fuego.», así comienza el relato Eclipse, publicado en el Suplemento Cultural de Últimas Noticias el 21 de noviembre de 1993. El autor es un aspirante a profesor en el Instituto Pedagógico Nacional. Busca abrirse paso en la escritura y aunque esas líneas son solo ficción, su destino será investigar, analizar y plasmar con su prosa parte de la historia venezolana. Su nombre es Tomás Straka


Al mostrarle la página del periódico donde aparece publicado, amarilla y con dos décadas a cuestas, Tomás se impresiona y todo lo encierra en una frase: «Te has convertido en un arqueólogo». Él también lo ha sido.


El sitio más cómodo para comenzar esta conversación es una biblioteca, la del Instituto de Investigaciones Históricas de la UCAB. Esa atmósfera húmeda, el sabor a libro mojado, los bombillos fluorescentes y el historiador sentado, dan pie a cualquier tema que tenga que ver con el ser humano, la memoria y el país. No todo es análisis y academia, también existe una vida que contar. Pero el tema político en estos tiempos siempre será el primer plato.


–Vivimos una etapa donde la mediocridad parece superar eso que se ha llamado el  «bien del intelecto».


–Creo que estamos comenzando a dejar atrás lo más grueso de la mediocridad. A lo mejor somos muy optimistas con el pasado, tal vez le hubieras preguntado a algún constituyente de 1946  sobre este tema y te respondiera: «aquí si hay mediocridad”. En un congreso de Juan Vicente Gómez había mucho talento, pero hicieron cosas mediocres. Eso los hace más culpables. Pero en estos años también ha surgido una nueva cosa, en todos los ámbitos. Montones de escritores, que hace apenas una década eran unos muchachos y la gente no los conocía, han aparecido. Así como el liderazgo de la oposición. Los que están en la cabeza, salvo Ramón Guillermo Aveledo, los tres fundamentales, hace quince años eran desconocidos.

Tomás tranquilamente puede ser etiquetado en función a esa generación intelectual emergente. Aunque le ha tocado entrar al «boom» que ha permitido a parte de sus colegas, no tan jóvenes y con trayectorias más largas, vender libros sobre la historia nacional con un éxito inusitado y los ha fortalecido como líderes de opinión. Tal es el caso de: Inés Quintero, Elías Pino Iturrieta o el fallecido Manuel Caballero. Tomás se integra a ellos y con mayor frecuencia los medios de comunicación buscan su opinión, sus deseos y hasta predicciones. Muchos intentan encontrar en el pasado algún mapa que ayude a transitar un presente complejo.


–¿Los comienzos se dieron con la escritura o la lectura?


–Yo creo que empecé escribiendo. Desde muy niño. Mi primer concurso de cuentos lo gané a los siete años. Con el cual recibí una beca que me duró hasta que estuve en el Pedagógico. Fue un cuento sobre mi familia, sobre sus características. La premiación se dio en el parque Los Caobos, estaba la primera dama Betty de Herrera. Recuerdo que el primer premio de la beca eran 120 Bs mensuales y el segundo una bicicleta. Desde mi mirada de niño quedé bastante decepcionado, hubiera preferido la bicicleta. Pero me gustaba escribir, mi papá era un hombre de libros. Se jubiló cuando yo estaba pequeño y leía mucho y escribía. Mi abuelo también escribía. Ya somos tres generaciones de Straka que hemos publicado cosas.


Alguna vez escuché que Tomás era el «historiador más grande que tenía Venezuela» y en parte, de manera literal, lo es. Dos metros de altura, quizás unos centímetros más, forman su figura. En él, los rasgos de la mezcla. Su padre, Hellmuth Straka, antropólogo, espeleólogo e investigador de origen checo. Por parte materna, con ascendencia de El Callao y Barlovento. Tomás caracteriza a buena parte de los venezolanos nacidos a partir de la segunda mitad del siglo XX, al convertirse el país en un receptor de culturas, y formador de nuevas maneras de sentirse venezolano. Él es de 1972.


–Eres parte de una generación que se le acusa no querer involucrarse o saber de política, ¿cómo afectó la política tus inquietudes juveniles?


–En bachillerato fui miembro de centros de estudiantes. Nuestra vocación era más cercana a la izquierda, pero la caída del Muro de Berlín nos afectó. Fue un hecho trascendental en nuestras vidas, un punto de no retorno. Entrar al Pedagógico era otro mundo, la burocratización de la protesta, y un grupo representante de los restos de una izquierda a la cual yo veía muy corrompida, que habían perdido todo miramiento ideológico y se habían enquistado allí.

Su etapa de estudios en el Pedagógico la vive en un país con una creciente crisis política e institucional. Pero estos años también sirven para mejorar la técnica de escritura, conocer las teorías de Federico Brito Figueroa, formar parte de la revista Tierra Firme, dar clases en liceos y colegios privados. Así como descubrir su corriente de investigación y mostrarse consecuente con Marc Bloch cuando definió la historia como «el hombre en el tiempo».


–¿Qué entiendes de lo que ha ocurrido en Venezuela en los últimos meses?


–Una cosa muy hermosa, que la libertad humana se impone. Por eso quienes creen encontrar leyes históricas para predecir el futuro, suelen equivocarse. Se ha demostrado que en última instancia la humanidad puede tomar decisiones que no están previstas. Sin embargo esa libertad, esas decisiones, puedes conectarlas con otros procesos. Esto que ha ocurrido en los últimos meses lo que ha hecho es acelerar un curso que ha venido desarrollándose desde el 2007 para acá. El cambio se está dando, lo que no sabemos es para qué. Uno ve una tendencia, hay una propuesta que está en declive, otra en ascenso. Pero no está escrita la última palabra.


–¿Tu obra fundamental está por llegar?


–Ojalá. Porque si mi obra fundamental es cualquier cosa de las que he escrito, iría al cielo o al infierno con muy poca satisfacción.

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