Existe un viejo adagio que dice: “la historia podrá ser aburrida pero nunca ingenua”, lo que quiere decir que su enseñanza puede ser tediosa pero posee en el fondo una intencionalidad: resaltar unos hechos por encima de otros, mirar el mundo desde una perspectiva, una ideología.
A partir de esta afirmación, podemos empezar a identificar cuáles han sido las ideas dominantes en el “programa” de historia de Venezuela en la educación media. En el inicio de la república y durante todo el siglo XIX el mismo estuvo “marcado” por la historiografía oficial, la cual buscó fortalecer la identidad nacional a través del culto de los héroes que lucharon en la Independencia. Es importante advertir que no es sino hasta finales del siglo XIX que la enseñanza de la historia se hace obligatoria, en todo caso los pocos colegios que existían la incluyeron siempre entre sus asignaturas con un contenido mínimo.
Los maestros del siglo XIX dictaron sus clases basados en los poquísimos libros que producía dicha historiografía (Bello, Baralt, Montenegro, Yanez, González, etc) los cuales a su vez fueron transformados por sus propios autores en manuales o “catecismos” para el uso de los colegios. La historiografía se dedicó a justificar la doble ruptura: con España y con Colombia, estableciendo con la primera una leyenda negra de opresión y atraso, y con la segunda la ilegalidad de tal unión, las diferencias de idiosincrasia y, el orgullo nacional.
La pedagogía era la del catecismo: preguntas y respuestas basadas en las dualidades: Venezuela-España, patriota-realista, república-monarquía, libertad-opresión, tradición-ilustración, héroe-antihéroe; una dualidad similar a la del bien y el mal como ocurre en toda ética, justificando la bondad del modelo republicano, venezolano e independentista. El contenido de los textos estaba dominado por el proceso de independencia y en especial por su visión heroica militar teniendo como máximo héroe a Bolívar
No resulta extraño que esta perspectiva estuviera sustentada en las necesidades del Estado venezolano por justificar su existencia en la promoción de la identidad nacional; se debe comprender el momento histórico. La enseñanza de la historia poseía por tanto una intención política: crear y consolidar la venezolanidad a través de tres principios ideológicos el nacionalismo, el militarismo y el bolivarianismo (entendiendo por tal a un culto a la persona, acciones e ideas de Simón Bolívar).
A partir de esta afirmación, podemos empezar a identificar cuáles han sido las ideas dominantes en el “programa” de historia de Venezuela en la educación media. En el inicio de la república y durante todo el siglo XIX el mismo estuvo “marcado” por la historiografía oficial, la cual buscó fortalecer la identidad nacional a través del culto de los héroes que lucharon en la Independencia. Es importante advertir que no es sino hasta finales del siglo XIX que la enseñanza de la historia se hace obligatoria, en todo caso los pocos colegios que existían la incluyeron siempre entre sus asignaturas con un contenido mínimo.
Los maestros del siglo XIX dictaron sus clases basados en los poquísimos libros que producía dicha historiografía (Bello, Baralt, Montenegro, Yanez, González, etc) los cuales a su vez fueron transformados por sus propios autores en manuales o “catecismos” para el uso de los colegios. La historiografía se dedicó a justificar la doble ruptura: con España y con Colombia, estableciendo con la primera una leyenda negra de opresión y atraso, y con la segunda la ilegalidad de tal unión, las diferencias de idiosincrasia y, el orgullo nacional.
La pedagogía era la del catecismo: preguntas y respuestas basadas en las dualidades: Venezuela-España, patriota-realista, república-monarquía, libertad-opresión, tradición-ilustración, héroe-antihéroe; una dualidad similar a la del bien y el mal como ocurre en toda ética, justificando la bondad del modelo republicano, venezolano e independentista. El contenido de los textos estaba dominado por el proceso de independencia y en especial por su visión heroica militar teniendo como máximo héroe a Bolívar
No resulta extraño que esta perspectiva estuviera sustentada en las necesidades del Estado venezolano por justificar su existencia en la promoción de la identidad nacional; se debe comprender el momento histórico. La enseñanza de la historia poseía por tanto una intención política: crear y consolidar la venezolanidad a través de tres principios ideológicos el nacionalismo, el militarismo y el bolivarianismo (entendiendo por tal a un culto a la persona, acciones e ideas de Simón Bolívar).
