Gustavo Vaamonde
se incorpora a la Academia Nacional de la Historia
Carlos Balladares
Castillo
Publicado en El Nacional.
El jueves pasado (26
de julio de 2018), Gustavo Vaamonde (1972) se incorporó formalmente comoIndividuo de Número de la Academia Nacional de la Historia (ANH) de nuestro país,
ocupando el sillón D que quedó vacante al fallecer Germán Cardozo Galué(1940-2017). Un evento que expresa la continuidad de una institución que cumplirá
130 años en octubre, y la vitalidad de un país en medio de una de sus peores
crisis. Es un gran motivo de alegría: por Venezuela y porque es reconocida la
labor de un amigo y colega que estimo y admiro.
El discurso del nuevo
numerario (“En concilio y en consenso para proveer los remedios que exijan la
paz y la seguridad general. Las juntas extraordinarias de defensa y gobierno en
Venezuela (siglos XVIII y XIX)”), al igual que la respuesta que le daría la
directora de la ANH: Inés Quintero, resaltan una “continuidad” en nuestra
historia que nos da motivos para la esperanza. No solo es el de algunas instituciones
sino el de un pueblo, porque como diría Vaamonde al referirse a la tradición
juntista hispana: en esta región existió “una cultura de decisiones colectivas
ante adversidades mayores, realidad que niega la tradicional visión absolutista
de nuestro pasado durante el siglo XVIII.” Para finalizar concluyendo que “de
nuestra tradición monárquica obtuvimos una transcultura participativa y
deliberativa que se refleja hoy en nuestra cotidianidad.”
El esfuerzo de
investigación de Vaamonde (con varias publicaciones reconocidas
internacionalmente) se ha centrado en los siglos XVIII y XIX, en especial en lo
relativo a la transición independentista, buscando identificar lo permanente y
la gradualidad de los cambios. De allí la atención en el fascinante tema del
juntismo (nota personal: lo disfruto cada vez que lo discuto en clases), que
muchos interpretaron como una innovación y un pretexto para el cambio político,
cuando la verdad – afirma en su Discurso - es que las mismas estaban en el
ordenamiento de hispanoamérica desde el siglo XVI: “para defender sus pueblos
de los peligros en casos excepcionales”. De esa forma ofreció tres ejemplos de
Juntas en Venezuela: las de San Felipe (1741), Maracaibo (1781) y Caracas
(1808). Sin duda aquellos 300 años no fueron de “calma” y mucho menos de
oscuridad.
Inés Quintero dio una
hermosa respuesta, la cual valoró inicialmente el papel de las mujeres en la
vida de Gustavo (y así lo llamó por su nombre, sin títulos, con un gran cariño),
las cuales lo apoyaron en su decisión de seguir el no muy reconocido camino de
estudiar, escribir y enseñar historia. Y si a esto agregamos que al mismo
tiempo formó y cuidó una bella familia que incluye no solo su esposa sino
también a dos hijos; el mérito es mucho mayor.
Agradecemos a Don Gustavo
su amistad, enseñanzas y apoyos; y que sea con su ejemplo y trabajo un baluarte
de esa Venezuela que representa lo mejor de nosotros. Esa Patria (“participativa
y deliberativa”) que no acaba de nacer, sino que como bien lo explicó tiene
siglos de permanencia. De manera que no se va a rendir y seguirá luchando hasta
que prevalezca.
Fotos: Tomadas de Contrapunto.com de Ernesto García.
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