1. Les voy a contar algo cursi basado en el
hecho que “lo cursi existe”, aunque siempre tratemos de evitar caer en ello. Me
gustaría celebrar en casa algunas efemérides de la historia de la humanidad, y
entre ellas está el día de hoy. ¿Cómo la celebraría? Haría comida del país
donde se dio el hecho y la comería como si fuera un cumpleaños o la Navidad, es
decir, valorando su importancia y brindaría por su significado. Hasta ahora
solo leo un libro y veo una película relativa a la efemérides. Para hoy he vuelto
a ver la magnífica miniserie que se hizo para el bicentenaria: La Revolución Francesa, y he estado
leyendo a Francois Furet, 1978, Pensar la
revolución y a Eric Hobsbwam, 1990, Los
ecos de la Marsellesa.
2. Dicha miniserie se divide en dos partes:
la primera llamada “Los años luminosos” donde se muestran la historia desde el dilema
de llamar o no a los Estados Generales en 1788 hasta el golpe de los jacobinos
el 10 de agosto de 1792, y después “los años del Terror” que concluyen en 1794
cuando son derrocados los jacobinos. En ella me parece reflejarse ese gran
dilema del discurso historiográfico sobre el tema (una vez superada la etapa de
discusión con los antirrevolucionarios que inauguró Edmund Burke en 1790), al
exaltar los logros de esos primeros 4 años para condenar los del Terror. La
miniserie logra transmitir la tensión entre el anhelo de cambio (la revolución)
y el peligro permanente de caer en la anarquía o en el utopismo asesino (el
Terror). Creo que lo ideal para el momento era la Monarquía constitucional que
estableció la Constitución de 1791 pero la radicalización de los actores, en
especial el Rey con sus vetos y los nobles, y los jacobinos, generaron el caos
y la violencia.
3. La identificación que tengo con las luchas
mostradas en la Revolución Francesa por los menos en “los años luminosos” y con
ciertos aspectos del republicanismo de “los años del Terror”, me hacen volver
una vez el año a estos acontecimientos. El mito establecido por la historia
oficial francesa del siglo XIX es un ideal en el cual creo: los pueblos oprimidos
tienen derecho a rebelarse, y establecer un régimen democrático en el cual se
respeten los derechos humanos. Es por ello que la columna derecha de mi blog,
en una parte que dice “Apoyamos” pusimos el tricolor francés con el año 1789 en
el medio (ver imagen).
4. ¿Por qué “todos somos franceses”? Creo que
ya esta pregunta está respondida con lo dicho anteriormente, en el sentido que
nuestro mundo no puede ser explicado sin la Revolución Francesa. ¿Por qué? porque
ella universalizó los principios ya establecidos por la Revolución Estadounidense que
hoy son aceptados discursiva y constitucionalmente por la mayoría de los
países, claro, otra cosa es que los respeten. Y con éste hecho, al cual se suma
la Revolución Industrial que estaba en proceso, se inició la modernización de
Occidente que después se trasladó buena parte del resto de las civilizaciones.
5. Cada vez que un pueblo es oprimido y éste
lucha por su liberación, recordamos los ideales y los peligros que se
desarrollaron en la Revolución Francesa.
Profeballa
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