¿Cómo llegó el
comunismo?
Carlos Balladares
Castillo
Publicado en El Nacional
Es
probable que la gente agobiada por las colas, la escasez, el terror de Estado y
la pobreza extrema; ya no piense en los orígenes del régimen que redujo sus
vidas a sobrevivir. No se conoce en la historia de la humanidad un país donde
el sistema político comunista o de socialismo real no hayan sometido a sus
gobernados a la condición de necesidad (solo pensar en cómo conseguir la forma
de comer) y a la más terrible sumisión al partido-Estado. Fue la realidad desde
que la Revolución bolchevique en 1917 asumió el poder en el país más extenso
del mundo (al cual llamaría Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas: URSS),
y que posteriormente lograría extender su modelo a muchas naciones, en especial
las que ocupó militarmente en la Segunda Guerra Mundial (región de Europa
Oriental). Entre ellas hemos elegido una para responder a la pregunta que
titula este artículo, aprovechando la lectura de un testimonio sin igual en las
memorias de Heda Margolius Kovály, 2013, Bajo
una estrella cruel. Una vida en Praga (1941-1968), editada en Barcelona por
Libros del Asteroide. Nos referimos claro está a ese país que ya no existe:
Checoeslovaquia.
Checoeslovaquia,
país que nació en 1918 después de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) gracias
al liderazgo del checo Thomas Masaryk (1850-1937), quien logró el apoyo de los
Aliados para la independencia de su patria del Imperio Austro-húngaro; fue la
democracia más duradera en el período entreguerras (1919-1939). Y esto gracias
a que era el décimo país más industrializado, junto al hecho de ser una
sociedad con importantes grupos obreros, clases medias y élite empresarial. Pero
Hitler ambicionaba estas tierras y presionó a Occidente para su anexión, la
cual fue lograda en 1939 desde del Pacto de Munich de unos meses antes. Después
padecerían todas las consecuencias del totalitarismo nazi y la Segunda Guerra
Mundial. Aunque dieron muestras de coraje al organizar el único atentado
exitoso a un jerarca nazi: Reinhard Heydrich (1904-1942), que llevó al castigo
de varios pueblos siendo el más famoso el de Lídice donde asesinaron a todos
sus habitantes incluyendo mujeres y niños (varios países dieron este nombre a
algunos de sus pueblos o barrios para que nunca se olvidara su martirio).
Al
finalizar la Segunda Guerra, el pueblo checoeslovaco reabrió sus partidos
políticos y al parecer iba a renacer su democracia, pero no fue así, y en
febrero de 1948 el Partido Comunista (que era parte de la coalición gobernante)
daría un golpe de Estado, comenzando la pesadilla que padecen todas las
sociedades sometidas por el comunismo al perder su libertad y las
posibilidades de prosperidad. ¿Por qué ocurrió esta tragedia? Heda Margolius
nos ofrece una respuesta distinta a la que la que sostienen que fue por la
presencia de los tanques soviéticos, los cuales terminaron por establecer que
Checoeslovaquia era parte de la zona de influencia de la potencia liderizada
por Josef Stalin.
A
diferencia de los otros partidos comunistas de los países de Europa Oriental,
el checoeslovaco era importante antes de la guerra, pero posterior a esta lo
fue aún más, logrando ser el más votado en las primeras elecciones; aunque por
ser un sistema parlamentario no obtuvo el poder sino que formó una coalición
siendo el Presidente Edvard Benes (1884-1948) que había dirigido el gobierno en
el exilio. ¿Por qué los comunistas lograron tal apoyo popular? Heda Margolius
explica que la gente se acercó a ellos “no por rechazo (a la democracia) sino
por pura desesperación, al ver la naturaleza humana mostrar su peor cara tras
la guerra” (p. 54). La intensidad de la tragedia fue tal que esta “había
eliminado sus deseos de bienes materiales y encerrados tras alambradas,
desposeídos de todos los derechos, habíamos dejado de considerar la libertad
como algo natural” (p. 59). En medio de esta depresión, los comunistas dieron
ejemplo de sacrificio al ser partisanos, y su propaganda “ofrecía respuestas (y
soluciones) tan claras a las cuestiones más complicadas (…) y mucha gente fue
hasta sus filas por la intensidad y bondad de sus sentimientos, (…) junto a la
disciplina y capacidad de resistencia” (pp. 56, 59 y 61). Y por último: muchos
colaboracionistas se refugiaron en el partido comunista para ocultar sus
acciones durante la guerra (p. 71) al igual que “ladrones, burócratas
corruptos, incompetentes, holgazanes” porque “en una organización basada en la
disciplina estricta y mecánica, la mediocridad y la incapacidad de pensar con
independencia se convertirían en las mayores virtudes” (p. 72).
Los
comunistas sometieron a su pueblo por medio de un sistema totalitario que
dedicó sus primeros diez años a asesinar, torturar y convertir a las mayorías
en delatores y espías de sus compatriotas. Bajo la propaganda y el sistema
policial, y desviando la industria de las metas que el mercado le establecía a
las que le imponían los burócratas y la URSS; los checoeslovacos optaron por
refugiarse en la vida privada o emigrar. La democracia nunca murió en sus
corazones, y fue así como el pueblo presionó al sector menos conservador del
Partido Comunista y se inició un proceso de liberalización que en estos meses
están cumpliendo 50 años y que fue llamada: la Primavera de Praga. Sobre la
misma escribiremos otro artículo, Dios mediante, en poco más de un mes.
2 comments:
Buen día. Sigo con mucho atención e interés las publicaciones de este blog. Soy venezolano y vivo desde hace más de 10 años en el exterior. Yo cuando estudié en Venezuela pude leer a Kundera, a Bohumil Hrabal y les comentaba a mis compañeros de universidad sobre los peligros que se venía, sobre todo, luego de mi viaje a Praga, conociendo toda su historia de resistencia. Los venezolanos, pecamos de ingenuidad, de no querer aceptar nuestra realidad, de no afrontarla e ignorarla. Estos temas me atraen pero al mismo tiempo me preocupan porque tengo mi familia en Venezuela y todo es incertidumbre. Sinceramente, aplaudo el trabajo de nuestros historiadores que hoy en día, continúan dando lecciones a los interesados sobre estos temas en las universidades. Creo que debe mantenerse ese espíritu porque al régimen, como sucede con todos, no les conviene que otros escriban la contrahistoria. Lo que ellos hacen es puro adoctrinamiento y una reescritura a favor de sus intereses.
un abrazo cordial desde Argentina.
Alejandro Sepúlveda.
¡Mil gracias por leerme y comentarme! Este artículo es una parte de uno más extenso que espero salga en una revista de investigación historiográfica del país, dicho artículo analiza el origen de la Primavera de Praga y los hechos de la misma, a través de tres fuentes entre las cuales está "La insoportable levedad del ser" de Milán Kundera y el ensayo de Teodoro Petkoff "Checoeslovaquia. El socialismo como problema".
Hacemos lo que se puede en medio de tantas dificultades, nuestro espíritu y voluntad siguen firmes ante la bondad de los principios en los que creemos: la búsqueda de la verdad, la conservación de la memoria y el estudio de la historia, y especialmente el anhelo que Venezuela sea una República moderna.
Estamos a su disposición por acá, anhelando que sus padres estén bien y usted prospere por allá.
Gracias por no olvidarnos.
Un gran abrazo desde Caracas.
Post a Comment