Una de las metas que me propuse este año fue leer Guerra y paz. En
el pasado lo intenté en dos ocasiones, la primera en mi adolescencia y la
segunda cuando tenía poco más de 23 años. En ambas lo abandoné por el tamaño de
la tarea: ¡1400 páginas! Ahora, aunque con menos tiempo pero con mayor madurez
espero lograrlo.
Me enamoré de la historia y sus personajes, en especial el protagonista (Pierre Bezújov) con el
cual me siento identificado, al conocerla por primera vez cuando tenía 12 o
13 años a través de la serie que produjo la BBC (1972-73) protagonizada por
Anthony Hopkins. Recuerdo que la pasaban por el canal 5 en la noche a una hora
en que la TV era solo para mí, de manera que yo podía meterme totalmente dentro de la
historia. Siempre quería saber más y más, y la serie era muy larga ¡20
capítulos!
Ver la serie fue otro de los factores que ayudaron a la consolidación
de mi vocación por la historia y la política, de manera que disfruté mucho al
ir a las enciclopedias para conocer todo sobre las Guerra napoleónicas(1799-1815). Las batallas y en especial la resistencia del pueblo ruso contra
el invasor francés me llenaron de admiración, siendo mi héroe el general Mijail Kutúzov (1745-1813) que a pesar de tantas derrotas terminaría venciendo a Napoleón.
Algo que siempre me preguntaba era por qué en Rusia había tantos
príncipes en la nobleza, porque príncipe entendía solo hay uno en las monarquías
(el heredero al trono y su hermanos). Resulta ser que este fue el título que
asumieron los diferentes señores feudales boyardos que formaron el núcleo
originario del reino de Rusia hace mil años. Duques, varones, no eran títulos
originales de Rusia sino posteriores a Pedro I (1672-1725).
Más adelante vería la película, la cual no me gustó porque es
imposible resumir una historia tan larga en tan poco tiempo. Y cuando tenía la
oportunidad de ver una nueva serie la veía, y recordaba esa primera experiencia
que tanto me impactó por allá en mi adolescencia. La última fue una nueva versión de la BBC protagonizada por Paul Dano, la cual está muy bien.
Ahora el reto de la lectura (en la traducción de Lydia Kúper), para probar que las adaptaciones de
la literatura a la TV y al cine nos pueden llevar a los libros. Lo que llevo
leído me tiene atrapado, mi plan es lograr 20 páginas diarias como mínimo de
modo que para finales de septiembre debería estar terminándola.
Profeballa
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