Hoy
es uno de esos días en que para mantener mi blog al ritmo de un post diario como
mínimo debería escribir una sola línea de alguna tontería, tal como planteé
hace unos posts atrás. Y debo escribir poco porque la docencia no me deja
tiempo para casi nada, ni siquiera para tener un domingo libre. Entonces
vayamos al grano.
Me
pregunto: ¿Tenemos derecho los profesores a tener días de descanso?
Evidentemente que si, pero si te pagan poco debes trabajar más horas y a
diferencia de muchos empleos el maestro no trabaja solo cuando da clases sino
que debe prepararlas y corregir, conclusión: no nos queda tiempo de nada y ya
van a ser las 10 de la noche del domingo y yo acabo de terminar de preparar
exámenes y clases. ¿Es justo? No ¿Qué hacemos los venezolanos para valorar a
los educadores de nuestros hijos? Un carajo. Perdónenme que este maestro haya
escrito una grosería, digo: dos, porque como buen educador conozco el papel “despertador” de
algunas palabras. Estas cosas seguirán pasando hasta que nos molestemos, y nos decidamos a exigirles a la sociedad que presione al
Estado para que los expertos en enseñanza vivamos con dignidad. Porque tenemos
derecho a tener un domingo de relax.
Mientras
tanto seguimos esforzándonos aunque nos quejamos al soñar con tiempo y tiempo para nuestras familias, libros y escrituras. No nos queda tiempo pero es porque no queremos piratear clases, porque queremos formar bien a nuestros alumnos y sentimos pasión por el conocimiento. Hay cansancio, hay protesta, pero es porque queremos hacerlo mejor y tener las condiciones para ello. Es un justo reclamo.
Profeballa
Razón y sentido de las crónicas docentes son fundamentalmente la
redacción de mis experiencias como profesor, pero para una explicación más
amplia de dicha crónica leer acá.
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