Gracias al buen amigo Tupi, damos otra versión sobre la comprensión del chavismo, distinta a la dada por Krauze y Manuel Caballero.
Chávez ¿fascista o comunista?
Anibal Romero
La izquierda venezolana, latinoamericana e internacional deben asumir lo que les toca y responder por la tragedia que significa Chávez. Hugo Chávez y su régimen son con frecuencia calificados de “fascistas” por sus opositores. Chávez reivindica a Fidel, no a Hitler; a Marx, no a Nietzsche; a Mao, no a Mussolini; al Che Guevara, no a Pinochet. Sin embargo, no pocos entre sus críticos se empeñan en llamarle “fascista”. ¿A qué se debe esto?
Así expresa Anibal Romero en su artículo ¿Fascista o comunista? y responde a su interrogante a continuación.
Por razones históricas, ideológicas y políticas, Chávez y su régimen deben ser categorizados como comunistas, y no como fascistas. El fascismo fue, y aún podría ser, una degeneración del capitalismo sometido a una crisis aguda, y enfrentó a la clase media empobrecida contra el proletariado organizado. Fue la izquierda internacional, en Europa y EEUU, la que otorgó al calificativo “fascista” toda la carga de pesadilla, de supuesto horror insuperable, que continúa teniendo en nuestros días.
Históricamente, el fascismo es una excrecencia del capitalismo y la democracia parlamentaria en momentos terminales, una reacción de derecha frente al radicalismo de izquierda. Lo fue en Italia bajo Mussolini y en Alemania bajo Hitler. El comunismo, por su parte, es de izquierda.
El fascismo no es anticapitalista. Por el contrario, Mussolini y Hitler se cuidaron bien de no perturbar la marcha de la economía, y su “socialismo” no pretendió otra cosa que quitarles a los marxistas una consigna y confundirles mediante una bien orquestada propaganda. Todavía peor es llamar a Chávez “nazi”, como hacen algunos. No sólo se banaliza a los nazis al compararles con Chávez, a pesar de todos los dislates de este último, sino que se pierde de vista la especificidad del nazismo, que le distinguió del fascismo mussoliniano. Me refiero al biologismo racista, a la idea de una raza superior y su misión de dominio. Algo muy distinto, por cierto, a la ficción chavista del “hombre nuevo”, que es marxista con raíces en Rousseau.
Pero es el en terreno político donde se ubica el peor error, cuando se procuraetiquetar a Chávez como fascista. Se olvida que ha sido precisamente laizquierda la que ha convertido el fascismo en el presunto peor de los males, porencima de las no menos terribles atrocidades comunistas, sino que se otorga aChávez y a toda la izquierda internacional, latinoamericana y venezolana, laoportunidad de encubrir sus responsabilidades y ocultar sus miserias, pues alfin y al cabo, si Chávez es “fascista”, la izquierda no tiene que ver con él.
Pero es el en terreno político donde se ubica el peor error, cuando se procuraetiquetar a Chávez como fascista. Se olvida que ha sido precisamente laizquierda la que ha convertido el fascismo en el presunto peor de los males, porencima de las no menos terribles atrocidades comunistas, sino que se otorga aChávez y a toda la izquierda internacional, latinoamericana y venezolana, laoportunidad de encubrir sus responsabilidades y ocultar sus miserias, pues alfin y al cabo, si Chávez es “fascista”, la izquierda no tiene que ver con él.
Pero no es cierto. La izquierda venezolana, latinoamericana e internacional, lacomunista y no-comunista, no puede desembarazarse de Chávez tanfácilmente. La izquierda venezolana, latinoamericana e internacional debenasumir lo que les toca y responder por la tragedia que significa Chávez. Lo queChávez piensa, expresa, hace e intenta, pertenece profundamente a la historiade la izquierda, a sus desvaríos, delirios y utopías.
Lo único bueno que podría resultar de la experiencia chavista para losvenezolanos, y más allá de Venezuela, es enterrar el socialismo, la izquierda ysus epígonos por mucho tiempo. Pero tal aprendizaje político creativo no tendrálugar si a Chávez se le termina viendo como un fascista, es decir, “de derecha”.Esta treta o maniobra ideológica, tan errada como perniciosa, se explica porquela mayor parte de la intelectualidad venezolana sigue siendo de izquierda.
Chávez averguenza a muchos entre ellos (no los culpo), y tratan de distanciarsedenominándole “fascista”. Pero se equivocan. Chávez no es fascista, escomunista, y nadie debería llamarle de otro modo. Lo que ocurre es que ennuestro extraño mundo, distraído y romántico, el anticomunismo pasó de moda.
Así expresa Anibal Romero en su artículo ¿Fascista o comunista? y responde a su interrogante a continuación.
Por razones históricas, ideológicas y políticas, Chávez y su régimen deben ser categorizados como comunistas, y no como fascistas. El fascismo fue, y aún podría ser, una degeneración del capitalismo sometido a una crisis aguda, y enfrentó a la clase media empobrecida contra el proletariado organizado. Fue la izquierda internacional, en Europa y EEUU, la que otorgó al calificativo “fascista” toda la carga de pesadilla, de supuesto horror insuperable, que continúa teniendo en nuestros días.
Históricamente, el fascismo es una excrecencia del capitalismo y la democracia parlamentaria en momentos terminales, una reacción de derecha frente al radicalismo de izquierda. Lo fue en Italia bajo Mussolini y en Alemania bajo Hitler. El comunismo, por su parte, es de izquierda.
El fascismo no es anticapitalista. Por el contrario, Mussolini y Hitler se cuidaron bien de no perturbar la marcha de la economía, y su “socialismo” no pretendió otra cosa que quitarles a los marxistas una consigna y confundirles mediante una bien orquestada propaganda. Todavía peor es llamar a Chávez “nazi”, como hacen algunos. No sólo se banaliza a los nazis al compararles con Chávez, a pesar de todos los dislates de este último, sino que se pierde de vista la especificidad del nazismo, que le distinguió del fascismo mussoliniano. Me refiero al biologismo racista, a la idea de una raza superior y su misión de dominio. Algo muy distinto, por cierto, a la ficción chavista del “hombre nuevo”, que es marxista con raíces en Rousseau.
Pero es el en terreno político donde se ubica el peor error, cuando se procuraetiquetar a Chávez como fascista. Se olvida que ha sido precisamente laizquierda la que ha convertido el fascismo en el presunto peor de los males, porencima de las no menos terribles atrocidades comunistas, sino que se otorga aChávez y a toda la izquierda internacional, latinoamericana y venezolana, laoportunidad de encubrir sus responsabilidades y ocultar sus miserias, pues alfin y al cabo, si Chávez es “fascista”, la izquierda no tiene que ver con él.
Pero es el en terreno político donde se ubica el peor error, cuando se procuraetiquetar a Chávez como fascista. Se olvida que ha sido precisamente laizquierda la que ha convertido el fascismo en el presunto peor de los males, porencima de las no menos terribles atrocidades comunistas, sino que se otorga aChávez y a toda la izquierda internacional, latinoamericana y venezolana, laoportunidad de encubrir sus responsabilidades y ocultar sus miserias, pues alfin y al cabo, si Chávez es “fascista”, la izquierda no tiene que ver con él.
Pero no es cierto. La izquierda venezolana, latinoamericana e internacional, lacomunista y no-comunista, no puede desembarazarse de Chávez tanfácilmente. La izquierda venezolana, latinoamericana e internacional debenasumir lo que les toca y responder por la tragedia que significa Chávez. Lo queChávez piensa, expresa, hace e intenta, pertenece profundamente a la historiade la izquierda, a sus desvaríos, delirios y utopías.
Lo único bueno que podría resultar de la experiencia chavista para losvenezolanos, y más allá de Venezuela, es enterrar el socialismo, la izquierda ysus epígonos por mucho tiempo. Pero tal aprendizaje político creativo no tendrálugar si a Chávez se le termina viendo como un fascista, es decir, “de derecha”.Esta treta o maniobra ideológica, tan errada como perniciosa, se explica porquela mayor parte de la intelectualidad venezolana sigue siendo de izquierda.
Chávez averguenza a muchos entre ellos (no los culpo), y tratan de distanciarsedenominándole “fascista”. Pero se equivocan. Chávez no es fascista, escomunista, y nadie debería llamarle de otro modo. Lo que ocurre es que ennuestro extraño mundo, distraído y romántico, el anticomunismo pasó de moda.
http://anibalromero.net/Fascista.o.comunista.pdf
Viernes 15 de mayo de 2009.
5 comments:
¡Saludos! Bueno, Aníbal Romero, como siempre polémico. Aquí habla nuevamente el Político y no el Politólogo, pues es obvio que muchas de las cosas que dice, apoyandose en la Historia, son discutibles y hasta rebatibles. El Fascismo y el Nazismo fueron también profundamente anti capitalistas, baste recordar que ambas concepciones manejaban unas tesis centrales To-ta-li-ta-rias, en donde nada podía quedar fuera del control del Estado. Asimismo olvida Romero que Mussolini tuvo un pasado socialista muy fuerte, y si no es porque lo botan del Partido, en buena medida no se hubiera metido a fascista. Por su parte los miembros de la S.A. eran los más "izquierdistas" de los Nazis, y si bien Hitler los eliminó, no echó para atrás sus ideas: mantuvo a la banca y a los industriales bien vigilados y controlados a merced de lo que decidera el Estado. Ahora bien, ambas ideologias son conocidas por ser de "DERECHA" y tuvieron entonces sus actitudes Bien "Anti Capitalistas". Sorprende que Romero diga que fue la izquierda quién convirtió al fascismo como lo peor, el "horror insuperable" cuando fue CHURCHIL el que vió a ésa doctrina como algo así. Fue él, el único que se dió cuenta que el Fascismo germano era un peligro para la civilización occidental y en eso arrastro a Roosevelt y por ser tal el peligro aceptó pactar con su archi enemigo en las antipodas políticas: Stalin (el mismo diablo)Ciertamente no se niega el lenguaje, los símbolos, las actitudes y cierta "progrmación intelectual" de izquierda marxista-leninista en Chávez, pero sus rasgos autoritarios son siempre mixtos no se puede atribuir el "mondogo ideologico" que es el chavismo a una sola cosa. Nuestro Chavismo es como el Peronismo agentino: un caudillismo que bebe de muchas agua y realmente es más praxis que ideas. Así pues si hay una izquierda cómoda que se lava las manos con Chávez, pero la acusación de Romero también es gratuita, porque nadie era profeta ni vidente para saber qué iba a pasar después de 1998. Muchos creían que Chávez sería un nuevo Bucaram o a lo sumo un CAP del '70. Todo el mundo se equivocó. Quizás el único que estaba claro era Manuel Caballero, y él es el que precisamente dice que Chávez es FASCISTA. ¿Y eso Por qué? Porque Caballero, que además de Historiador es Dr. en Ciencias Políticas, sabe que el Fascismo NO ES ÚNICAMENTE UNA DOCTRINA, es también una forma de praxis política, ya que la actitud intolerante y violenta, el sectarismo, la uniformizacion del individuo, el culto a la muerte, el militarismo y la guerra, y por supuesto del líder único e indiscutible no es algo que es "exclusivo" de Hitler y Mussolini. Se vió también con Stalin, con Mao y cómo no: con Fidel. Por éso se pudo hablar de un "Fascimo rojo" como dijo una vez, creo que Betancourt. Y esa es una de las razones porque ciertos LIBERALES como Carlos Rangel, veían al Fascismo y el Comunismo como lo mismo, sólo que separados por los sustantivos "derecha-izquierda". Bueno, me disculpa lo largo, y nos estamos "escri-viendo". ¡Un abrazo!.
No par nada, muy esclarecedor. Estamos totlamente de acuerdo salvo en una partecita cuando dices:
"Así pues si hay una izquierda cómoda que se lava las manos con Chávez, pero la acusación de Romero también es gratuita, porque nadie era profeta ni vidente para saber qué iba a pasar después de 1998."
Yo creo que Romero se refiere a que la izquierda no puede dejar de reconocer que su siembra ideològico es la que permitiò sembrar las bases del chavismo. Es parte de la culpa, y parte de la soluciòn es superar una forma de ser de izquierda.
En conclusiòn:
1) Se podrìa decir por su anticapitalismo que el fascismo es hijo y reacciòn del socialismo a la vez;
2) Los totalitarismos y neototalitarismo, o "mondongos ideològicos" con pretensiones totalitarias como el chavismo, se parecen. Ya eso lo dijo Arendt y tantos otros.
Muchas gracias, està excelente!
un abrazo amigo!
Siempre se aprende leyèndolo y escuchàndolo.
Queridos amigos...
El objetivo del prof. Romero no es indagar politológicamente el tema (sería anacrónico colocar al bolivarianismo revolucionario en un excaparate fascista o comunista). Precisamente se trata de una denuncia política, como dice DANTESOL: mucho del liberalismo y el antitotalitarismo contemporáneo deplora hoy que nunca haya habido un Nuremberg para los líderes del "socialismo real", que salvo unos pocos, murieron en sus camas. Incluso hoy gobiernan en algunas de las ex-repúblicas de la URSS. Además, el prof. Romero teme que la oposición venezolana esté dominada ideológicamente hoy por hoy por elementos de la izquierda democrática, que eventualmente serían muy comprensivos con el actual régimen y sus figuras.
Sin embargo, lo clave es que el comunismo parte de una premisa simpática -si cabe-: la igualdad absoluta. Como todos somos unos desajustados, esa idea atrae más que "la nación" o "la superioridad racial"; así, que al decir que el gobierno de Chávez es comunista se corre el riesgo de decirle al mundo que en última instancia nuestro presidente será un incompetente, un tirano, etc., pero que parte de una intención admirable y hasta respetable para muchas personas influyentes que aún no saben qué pasó en 1989. Vaya, es hasta glamoroso: muchos pueden tener un pin de Mao, una camisa del Che o un afiche soviético, y eso se ve como algo retro, chic, y en el mejor de los casos, como un homenaje irónico.
En cambio, si decimos que la RevBol es fascista, la enmarcamos en un mundo maligno, pero tan increíblemente malo que no podemos ser considerados serios (como dicen, "si mencionas a Hitler, perdiste la discusión").
Ah, es un dilema. Por eso, cuando me toca dar la clase sobre pensamiento chavista, opto por zanjar este problema yéndome hacia un engendro marxismo (esa es la tradición principal a la que la RevBol pertenece entre nosotros), pero advirtiendo que, digan lo que digan, se puede confundir a la RevBol con todo, menos con las ideas demócrata-liberales.
Guillermo Tell.-
Por cierto, Daniel, en 1998 no sólo Caballero sino algunos otros denunciaban las potencialidades totalitarias del chavismo. Y no sólo opiniones fuera de los márgenes como las del Movimiento Laboral Venezolano, sino personas como Luis Castro Leiva, Carlos Blanco, Diego Urbaneja y, por qué no, mi padre.
Gracias por tus comentarios y primera visita amigo guillermo Tell.
Me ha encantado tu aclaratoria: "engendro marxista" y fenòmeno totalmente contrario a la democracia-liberal. Creo que mucha gente, esto no lo tiene nada claro.
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