Soy un fiel lector de El Nacional, desde muy niño, y estoy enormemente agradecido.
Acá su editorial de hoy.
Editorial
Retos no imaginados
Cuando El Nacional fue fundado el 3 de agosto de 1943, el mundo estaba en plena guerra mundial contra el nazi-fascismo y las ambiciones de dominación mundial de Adolfo Hitler. Venezuela vivía uno de los momentos afortunados de su historia, con vigencia a plenitud de los derechos humanos, y el disfrute de una libertad de expresión sin sombras. Aún cuando apenas nos separaba poco más de siete años de la desaparición de la última dictadura, el país había avanzado en medio de las turbulencias de la transición a formas de convivencia que se fueron afirmando con las décadas.
A través de 66 años de historia hemos registrado grandes momentos y grandes crisis, en Venezuela y en el mundo. Pero, fundamentalmente, nuestras páginas preservan el avance impresionante de la humanidad en su búsqueda de equidad, de justicia y de libertad. El Nacional se consagró aquel 3 de agosto como el periódico donde tendrían cabida todas las voces de la nación. Nuestro signo fue el pluralismo. Desde entonces el pluralismo y la diversidad forman parte imprescindible de nuestra identidad.
De modo que nuestras páginas no expresan visiones parciales, muestran los diversos ángulos de opinión, y reflejan con fidelidad los incontables apremios del ciudadano. En una época de antagonismos como la que atravesamos, el equilibrio y la ponderación son cualidades que contribuyen a preservar nuestra credibilidad y nuestra idoneidad como el gran periódico que hemos sido, somos y seremos. Un gran periódico que vivió la gran época del papel. La expansión de la prensa escrita, la transformación tecnológica del siglo XX, que mira con expectativas y confianza los desafíos de cambios tecnológicos difícilmente imaginados.
Después de 66 años en el camino, buscando la excelencia y la calidad de cada día -porque para el periodista la meta es el camino-, al prepararnos para los grandes saltos nos asiste la confianza de que con el legado de seis décadas y la voluntad de superación (asumidas las nuevas formas y las nuevas tecnologías) El Nacional seguirá siendo el periódico en cuyas páginas todos los venezolanos se encuentran. Lo que hemos sido hasta ahora tiene raíces muy profundas. Son esas raíces y esa savia las que nos darán fuerza para enfrentar los desafíos por venir.
Cuando Henrique Otero Vizcarrondo y Miguel Otero Silva se lanzaron a la aventura extraordinaria de fundar un diario en medio de la guerra, de precarias condiciones en la economía venezolana, sabían perfectamente que los problemas por vencer, desde el papel hasta la tinta, no serían fáciles. Nada detuvo a los fundadores en ese empeño.
Esa inspiración sobrevive en nosotros. De ella obtenemos la fuerza para reforzar el compromiso contraído con los venezolanos de seguir siendo el gran periódico que contribuye al afianzamiento de una democracia pluralista. Finalmente, unas palabras de gratitud para los lectores que, a lo largo de 66 años, nos han acompañado en la marcha de las generaciones y en los cambios de los tiempos.
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