(Conclusión de la entrevista).
La próxima semana tendremos a Lorena Puerta, ganadora de la IV Bienal del Premio Rafael María Baralt de la ANH.
Foto: el entrevistado en la Casa de Augusto Comte, padre del Positivismo, y una de las sedes de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales (EHESS) en Paris-Francia.
Foto: el entrevistado en la Casa de Augusto Comte, padre del Positivismo, y una de las sedes de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales (EHESS) en Paris-Francia.
7.
En torno a los debates historiográficos: ¿Cuáles han atrapado su
atención y/o cuáles ha estudiado? ¿Cuáles considera que deben ser divulgados?
¿Cuál es su posición ante ellos?
Recientemente
participé con mucha curiosidad en los planteamientos de Carlos Barros y su
propuesta de la Historia Actual y a Debate, pero reitero, no me quedo
petrificado con ninguna propuesta. Soy un explorador modesto y con mucha
impericia de distintas propuestas. Creo que la enseñanza de la historia debe
incorporar al cine, la buena literatura, el internet, los viajes, la poesía, y
hasta la misma práctica del ajedrez como medios para alcanzar un estudio
integral y profundo de la naturaleza humana, objetivo esencial, de la
disciplina histórica. Mi gran empresa como historiador es la de contribuir a la
desmitificación de nuestro pasado heroico y militar, poner en perspectiva unos
hechos devenidos en propaganda y manipulación ideológica por parte de los
poderes fácticos.
8.
¿Cuál fue su primer escrito como historiador o cuál fue el que
más le gustó? ¿A quién se lo dedicó?
MI primer “gran escrito”, fue un escolar
comentario que elaboré sobre la Intempestiva sobre la Historia de Frederic
Nietzsche que ensalzaba el estudio de la historia desde una postura militante y
vitalista, que de paso, luego de veinte años, aún creo fervientemente en ella.
9.
¿Cuáles son sus ritos cuando se dedica a escribir sobre historia?
No tengo ningún ritual en concreto, es más, dilato en demasía el “acto creador”
manguareando o tonteando con el internet, las noticias, jugando ajedrez, es
decir: distraigo la gravedad del momento creativo, hasta que acabo trabajando
con la determinación del caso.
¿Escribes
de noche o de día, con música, te acompañas de objetos
especiales, lo haces en un lugar específico, etc.?
Escribir
es un acto mágico y poético, yo agregaría que hasta sagrado. Mis hábitos son
básicamente nocturnos porque necesito del silencio para obtener la mínima
concentración adecuada. Mi biblioteca es mi santuario, soy feliz, al igual que
Borges, dentro de una biblioteca y rodeado de libros con sus infinitos autores
y pensamientos.
10.
¿Qué tiempo diario o semanal le dedica a la historia? ¿Qué está leyendo
en este momento? ¿Qué lee por lo general?
El
trabajo intelectual no tiene horario. Es un proceso reflexivo permanente sujeto
a los vaivenes de las responsabilidades domesticas y cotidianas. No hay duda
que uno busca los espacios y las atmosferas más estimulantes para poder
estudiar con el mayor provecho posible. Antes pensaba que lo podía leer todo,
ahora que he descubierto mi horizonte finito, trato de ir por los clásicos en
cada área, es decir, los autores fundamentales.
11.
¿En qué proyectos sobre historia está ahora?
Publicar
en Venezuela un libro de historia es un acto quimérico a menos que uno tenga la
fama de una Inés Quintero, Germán Carrera Damas, Tomás Straka, Manuel Caballero
o Elías Pino Iturrieta, todos ellos excelentes profesionales de la historia y a
quienes he tenido la suerte de conocer y tratar. La segunda parte de “Banderas
del Rey” me gustaría que diera a la luz algún día, así como un estudio de la
Pre-Independencia desde el punto de vista de los funcionarios hispánicos que se
encargaron de reprimir esos movimientos “patrióticos”. Para no frustrarme,
escribo semanalmente un ensayo de opinión que algunos portales digitales y periódicos
tienen a bien publicarme sobre una temática plural en donde me asumo como
ciudadano militante de una Venezuela moderna por construir, aunque sin
abandonar la reflexión de lo histórico.
12.
¿El historiador debe leer literatura? ¿Qué otras disciplinas debería
conocer el historiador?
Mientras
más literatura de la buena se pueda leer: mejor. Porque nos ayuda a desarrollar
una intuición e imaginación creativa necesaria para ahondar en las
circunstancias lejanas que nos tocará comprender, explicar y reconstruir.
Luego, hay que aprender a escribir con fluidez y de una forma adecuada. Un
historiador que no sepa expresarse con claridad y sencillez fracasará en sus
intentos por conectar con sus potenciales lectores. La historia es una forma de
literatura.
13.
Además de la Historia, ¿tiene otros gustos, placeres o vicios?
Vicios
muchos pero son impresentables. Me gusta el ajedrez, el hipismo, la natación,
el cine, las reuniones familiares y los viajes a países del primer mundo cuando
se pueden hacer.
14.
¿Cómo es su relación con las redes sociales e internet en general?
¿En qué puede ayudar el internet a la historiografía? (si tiene
twitter nos gustaría conocerlo y divulgarlo si le parece).
Mi
twitter es: @LOMBARDIBOSCAN y me mantengo muy activo por las redes sociales
como medio de divulgación cultural y educativa, además de practicar el combate
ciudadano en defensa de la democracia y el derecho que nos acude para aspirar a
vivir en una sociedad libre, plural, diversa, tolerante y prospera.
15.
¿Cómo sobrevive (en lo económico, en lo profesional y en lo espiritual)
siendo historiador? ¿Se puede ser historiador en Venezuela?
Los
sueldos de los trabajadores de la educación son una vergüenza hoy. Nadie puede
vivir sino sobrevivir. Los historiadores de ésta generación, habrá sus
excepciones, a diferencia de los positivistas de la etapa gomecista, nos hemos
atrincherado en nuestras universidades y hemos ejercido una crítica responsable
contra los abusos y las desviaciones del poder militar que hoy se nos ha
instalado en el país, igualmente hemos denunciado a la historia oficial que
manipula, tergiversa y miente, hemos hecho gala de nuestra autonomía y libertad
creativa con todos los riesgos que esto ha implicado en la hora actual. Asumir
la condición de historiador en Venezuela o en cualquier otra latitud es acto de
fe, un asunto vocacional que no se negocia.
16.
¿Qué profesión u oficio ejercería de no ser historiador? ¿Abandonaría
su profesión de historiador? ¿Por qué?
Vivir
vidas diferentes siempre es un atractivo. Explorador, campeón de ajedrez,
director de cine, dueño de un haras de caballos purasangres, viajero
empedernido, un gran escritor: son sólo juegos mentales.
17.
¿Para qué sirve la historia? ¿Tiene futuro el estudio de la historia
en general y en Venezuela?
La
historia puede servir para mucho y a la vez puede ser una completa inutilidad.
Todo depende de los usos y abusos que hagamos de la historia como
historiadores. El futuro de la historia en Venezuela está en mano de las
universidades del país y sus escuelas formadoras de historiadores y científicos
sociales. Ahora bien, esas universidades deben ser autónomas, libres y
democráticas para poder ejercer el pensamiento crítico y plural.
18.
Si cree que existe la venezolanidad o la identidad venezolana ¿cómo
la definiría?
La venezolanidad es acto de la responsabilidad como ciudadanos,
algo que hoy representa un pasmoso déficit. Tampoco puede haber venezolanidad
con pobreza y miseria, es un contrasentido.
19.
¿La historia de Venezuela ha sido un fracaso? ¿Qué piensa de nuestro
presente?
La historia de Venezuela es una especie de “marcha de la locura” bajo
la impronta de la irracionalidad. Carecemos de un proyecto de país basado en
continuidades y gradaciones, nos gusta más el “bochinche”, el estrepito y la
violencia en sus más diversas manifestaciones. Nuestra indisciplina social nos
delata y desnuda. El presente es hoy angustiante porque el proyecto civilista,
moderno y democrático está en proceso de ser aniquilado por la barbarie militarista,
un completo anacronismo en pleno siglo XXI.
20.
¿Qué debemos hacer con el culto a Bolívar y la Historia Patria?
Desmontarlo
y señalar sus consecuencias negativas proponiendo una explicación sobre
“verdades históricas” contrastables junto a los necesarios matices. Una
historia basada en la duda metódica y el pensamiento crítico es clave para
avanzar sobre contenidos abiertos. Estudiar una historia pertinente y que nos
ayude a comprender nuestra andadura hasta el presente es algo esencial.
21.
¿Qué recomendaría a los noveles historiadores?
Mucho
estudio y evitar los dogmas. Alianzas, encuentros e intercambios que nos
permita una colaboración útil e inteligente para ventilar los grandes temas de
nuestra historia sobre bases corteses.
22.
Recomiéndeme más de 2 historiadores noveles y/o jóvenes que deberíamos
entrevistar (no olvide darme sus emails, estos no se harán públicos)
Tomás
Straka, es el historiador “joven” más prometedor de la actual generación,
además, de amigo y buena persona. Hemos coincidido una o dos veces en algún
encuentro académico y debo reconocer sus virtudes profesionales y humanas. El
otro historiador “joven” prometedor es Gustavo Adolfo Vaamonde, ganador del
primer premio 2008-2009 “Rafael María Baralt”.
23.
Ahora invente una pregunta, la hace y se responde a sí mismo.
¿Seré
recordado, luego de mi desaparición física, como un gran historiador?
Quiero
pensar que sí aunque dudo mucho que esto vaya a ocurrir. Mi “obra” es sólo una
anécdota, un destello de la suerte.
24.
¿Qué otras preguntas deberíamos hacer en esta entrevista? ¿Cuáles consideran
que deberían eliminarse o modificarse?
Esta
en particular habría que eliminarla.
25.
Puede hacerle una pregunta al entrevistador
Al
entrevistador sólo le quiero agradecer por su amistad y generosidad. Fue uno de
los primeros en comentar “Banderas del Rey” de una forma amable permitiendo su
divulgación a través de su muy leído blog. Le estoy profundamente agradecido.
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