Patria y lengua de
Angelina Pollak-Eltz
El 1° de julio de
2016, a los 84 años, falleció en Viena, en su Austria natal, Angelina
Pollak-Eltz, una prolija investigadora venezolana por adopción. La Dra. Pollak
llegó a Venezuela en la década de 1950. Poco después ingresaría a la
Universidad Católica Andrés Bello, donde desarrolló una ingente labor
investigativa y docente. Fue profesora de seminarios y cursos de pre y
postgrado en la Escuela de Letras y en las maestrías en Historia.
En estas últimas,
por más de dos décadas, estuvo al frente de un curso obligatorio denominado
“Antropología Cultural Venezolana y Latinoamericana” que perseguía familiarizar
a los estudiantes con el sustrato cultural de nuestra América y su larga
historia, desde tiempos precolombinos hasta el presente, así como con las
complejas realidades étnicas y sociales de nuestros países. Me tocó sucederla
en esa cátedra, en la que fui su alumno en 1985, llamada ahora “Etnohistoria”.
Siempre la recuerdo e invoco y les cuento a los estudiantes quién y cómo era la
maestra fundadora.
Esas realidades
complejas a las que prestaba atención la Dra. Pollak resultan, con mucha
frecuencia, invisibilizadas y poco perceptibles debido a las ideologías
homogeneizadoras, entre ellas, principalmente, la racionalización falaz del
mestizaje como idea encubridora de la sociodiversidad.
En la Escuela de
Letras los seminarios de la Dra. Pollak, muy populares entre los estudiantes
por los temas tratados y la amabilidad de la profesora, abordaban aspectos
concretos de esa problemática, especialmente los referidos a la religiosidad
popular y la presencia de una cultura afrovenezolana, hoy más conocida como
afrodescendiente. Eran momentos en los que la ideología dominante otorgaba
demasiado énfasis a las ideas del mestizaje y la unicidad u homogeneidad
cultural.
La Dra. Pollak,
además de los cursos regulares que ofrecía, dirigió a lo largo de los años
muchos trabajos de grado y participó como miembro de jurados evaluadores,
publicó gran número de investigaciones y durante más de una década ejerció la
dirección de Montalbán, el anuario más antiguo y reconocido de la UCAB. Estuvo
al frente asimismo del Centro de Religiones Comparadas, cuyo principal objetivo
era propiciar el estudio antropológico comparado de las religiones, en especial
las cultivadas en nuestro país, espacio de reflexión lamentablemente hoy en
estado de latencia al igual que el Centro de Lenguas Indígenas.
Participó en
diversas redes internacionales de investigación en sus áreas de especialización
y llegó a obtener un extenso y bien fundamentado reconocimiento internacional
entre estudiosos tanto de América y Europa como de África, continente al que
tuvo la oportunidad de visitar en diversas oportunidades. Era dada a compartir
de manera informal y cordial los resultados de sus viajes e investigaciones a
través de reuniones de amigos, colegas y estudiantes en su casa.
Dedicó gran parte
de sus esfuerzos a dos temas fundamentales: la presencia africana o
afrodescendiente en Venezuela y la religiosidad popular. Sobre este último
tema, a lo largo de su fecunda carrera, la Dra. Pollak se ocupó de fenómenos
como manifestaciones “folclóricas” y asociadas a creencias y rituales,
devociones populares, fenómenos como el espiritismo y más tarde la santería, el
culto a María Lionza y otros diversos, entre ellos a las ánimas, la umbanda y
el pentecostalismo en Venezuela así como muchas formas de piedad popular
asociadas a la Iglesia Católica. Le dio especial énfasis a creencias, ritos y
manifestaciones religiosas de grupos afrodescendientes y campesinos. De esa
manera la Dra. Pollak logró un acercamiento a la Venezuela profunda y retomó
abordajes iniciados en Venezuela por autores como Juan Pablo Sojo y Juan
Liscano en Barlovento. Siempre estuvo atenta a las manifestaciones de etnogénesis
que pudiera advertir entre poblaciones afrodescendientes, principalmente a
través de sobrevivencias y continuidades e innovaciones.
Sus publicaciones,
escritas principalmente en español pero también en inglés y alemán, dan cuenta
de un espíritu inquieto y de una sensibilidad sorprendida ante tantas
manifestaciones de diversidad sociocultural, difícilmente reductible a
categorías analíticas simplificadoras como mestizaje y sincretismo, aunque
obviamente ocurrieran tales fenómenos pero como expresión de otros más
complejos y a menudo invisibilizados y poco comprendidos que están en la raíz
misma de la conflictividad sociopolítica que hemos vivido en las últimas
décadas: un país muy diverso no asumido como tal por las elites dirigentes y
presentado por los ideologías dominantes como culturalmente homogéneo y
supuestamente carente de tensiones de carácter étnico o sociocultural.
Dos de sus últimos
libros merecen comentarse. Uno de ellos se titula Estudios antropológicos de
ayer y hoy (publicado por la UCAB en 2008) reúne varios de sus trabajos
anteriores. Como ella misma dice en la breve introducción: “En este libro
presento 16 ensayos antropológicos, fruto de 40 años de estudios científicos,
que fueron publicados, en parte, en inglés, alemán y castellano en otros
países. Se refieren a investigaciones en los campos principales de mi interés
académico: la cultura afroamericana, cultura popular y folklore, los indígenas,
etnomedicina y religiosidad-sincretismo, fundamentalismo y milenarismo”. Añade
un interesante estudio que ella define así: “Termino con una breve historia de
la antropología en Venezuela”, un recuento de la antropología, las
instituciones y los antropólogos que ella conoció o de quienes escuchó hablar a
lo largo de su dilatada y fecunda estancia en nuestro país.
El otro es el
libro, escrito en alemán, Geschenke des Schicksals. Reisen und Abenteuer einer
oesterreichischen Ethnologin auf vier Kontinenten, en español Regalos del
destino. Viajes y aventuras de un etnólogo austríaco en cuatro continentes
(publicado por la UCAB en 2010). Se trata de un volumen de memorias y recuerdos
sobre sus viajes y vivencias. Allí están consignadas sus impresiones sobre la
Caracas de mediados del siglo XX (para ella una metrópolis muy moderna) y,
especialmente, sobre la Venezuela interiorana, un país varias décadas después
profundamente transformado, al menos en su apariencia. Será un verdadero regalo
no ya del destino sino de la necesidad traducir íntegramente este libro al
español.
Cuando sus hijas
quisieron llevarla a Austria pocos años atrás y ella tuvo que vender el
apartamento donde vivía en Lomas de San Román en Caracas y la camioneta que
fielmente la había llevado por muchos caminos venezolanos, ella casi puso como
condición que en Austria las personas que la atendieran debían hablar español.
No quería vivir sus últimos años sin las palabras que habían moldeado su
percepción de la diversidad sociocultural ni que llegara la hora suprema lejos
de la patria espiritual de los hispanohablantes. Gracias por tanto, Angelina,
descansa y sigue soñando y haciéndonos soñar, descubriéndonos y haciéndonos
descubrir, autodescubrirnos.
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