La falta de tiempo me lleva al abuso de las características del blog como archivo, cuando debería escribir aunque sea poco. Más que archivar (copy-paste) debo comentar esos artículos con los que me siento identificados, o que expresan mis ideas. Es un ejercicio que estimula la escritura, así sea el caer en cierta repetición.
Un párrafo diario es un excelente ejercicio de redacción; aunque se caiga más en el ensayo o lo opinático, que en lo académico.
En parte relacionado con el tema de la escritura, debo recordar a muchos que el historiador no es una especie de científico totalmente imparcial. El historiador busca la objetividad, cosa que hago al presentar en este blog la información sobre diversas historiografías y fuentes en torno a un mismo hecho, y mantener una actitud de escucha, siempre que no se caiga en el insulto. Pero a pesar de este esfuerzo, no podemos olvidar que la historia no es una ciencia sino una disciplina metódica, rigurosa, y con anhelos de cientificidad, pero que jamás lo logra por trabajar con personas libres: SUJETOS. Es un horizonte la imparcialidad; pero, repito, nunca olvidemos que el historiador es un ciudadano que cuando hace historia, especialmente la actual, se le hace imposible ser influenciado por los sesgos ideológicos. Es por ello que el buen historiador, advierte las doctrinas y teorías que inspiran su forma de escribir y pensar: cosa que siempre hacemos en Venezuela y su historia.
Un párrafo diario es un excelente ejercicio de redacción; aunque se caiga más en el ensayo o lo opinático, que en lo académico.
En parte relacionado con el tema de la escritura, debo recordar a muchos que el historiador no es una especie de científico totalmente imparcial. El historiador busca la objetividad, cosa que hago al presentar en este blog la información sobre diversas historiografías y fuentes en torno a un mismo hecho, y mantener una actitud de escucha, siempre que no se caiga en el insulto. Pero a pesar de este esfuerzo, no podemos olvidar que la historia no es una ciencia sino una disciplina metódica, rigurosa, y con anhelos de cientificidad, pero que jamás lo logra por trabajar con personas libres: SUJETOS. Es un horizonte la imparcialidad; pero, repito, nunca olvidemos que el historiador es un ciudadano que cuando hace historia, especialmente la actual, se le hace imposible ser influenciado por los sesgos ideológicos. Es por ello que el buen historiador, advierte las doctrinas y teorías que inspiran su forma de escribir y pensar: cosa que siempre hacemos en Venezuela y su historia.
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