El concepto de “Caudillo” en Simón Rodríguez a través de su obra: Defensa de Bolívar (1830). (Segunda parte, ver la primera parte aquí)
Autor: Carlos Balladares
La idea de caudillo en Simón Rodríguez
Es difícil identificar el concepto de “caudillo” en Defensa de Bolívar, porque sólo en tres ocasiones usa esta palabra; en cambio usa frecuentemente la palabra “Jefe” (con mayúscula). En su Introducción a la defensa se refiere por primera vez a la palabra “caudillo”, habla de “el mérito de los caudillos…”[1] para luego pasar a señalar lo que correspondería a dichos méritos, nombrando siempre a Bolívar como el ejemplo fundamental, pero también el hombre de armas y los “jefes”, porque estos tres son sinónimos para Rodríguez en esta primera parte. Es así como señala:
En Europa pelean soldados contra soldados, y los Jenerales, fuera del campo de batalla, van en coche: en América, el ejército ha combatido contra los elementos y contra los imposibles (…) ¡los Jefes padeciendo como el último soldado, trazaban los planes en la arena, y al ejecutarlos, les faltaba pertrechos y, a veces, subordinación. Pero, todo los vencía la presencia de Bolívar en el combate, y de lejos, su nombre reunía todos los ánimos, y conciliaba todos los intereses[2].
Generales, Jefes, Bolívar; usados todos en una misma frase; porque para Rodríguez el caudillo es aquel que emprende campañas militares pero también, en íntima relación con los pueblos, los guía en la construcción de repúblicas: “todos los militares de talento envainan la espada para abrir los libros, desde el momento en que el enemigo les abandona el campo”[3] y además, señala al referirse en especial a Bolívar: “su vida política se confunde con su vida militar: en un estado de cosas enteramente nuevo, los progresos de sus armas eran los de su gobierno”[4]. Los guía logrando la unidad entre todos, el caudillo es aglutinador, y este es otro de sus méritos; es así como dice: “(…) atrajo todos los partidos al suyo… concentró una acción… y regularizó el plan de operaciones que ha desarmado a sus adversarios[5]. La defensa de Bolívar es la defensa de los jefes, que son sus “compañeros”; y por ellos es que Rodríguez ha decidido debatir contra los que ofenden el modelaje de virtudes que representan.
En el segundo momento (frase) que usa la palabra caudillo, vuelve a relacionarla con la palabra “Jefe” usándola en mayúscula, como queriendo enfatizar su importancia y su alcance como autoridad, e incluso, en su íntima relación con el pueblo y la república como podemos ver en la frase que incluye la palabra caudillo:
Plugiese el cielo, por el bien de los Pueblos Americanos, que en cada región de América se levantase un hombre con las virtudes de Bolívar (…). Reflexionen bien, los caudillos de los Pueblos, 1° sobre las cosas, 2° sobre el estado en que las cosas los ponen. Vean que están cercados de realistas europeos y de Colonos Realistas, que son peores: que todos ellos trabajan, de acuerdo y sin cesar, acreditando la Monarquía Española, y que el medio más seguro de conseguirlo es desacreditar a los Jefes Republicanos[6].
Finalmente, en el tercer momento (frase) que usa la palabra caudillo, la vuelve a relacionar con la idea de pueblo y la causa republicana e independentista.
Entre los límites de la Monarquía y los de la República – entre la expiración de un sistema, y la creación de otro, no ha habido intervalo de tiempo: los Caudillos del pueblo, al proclamar la Independencia, dijeron como los monarquistas al ver morir a su rey: el rey es muerto = viva el rey! Esto es, viva la República![7].
Para Rodríguez; el concepto de caudillo no se diferencia de sus fines y acciones; es por ello que el fundamento de su defensa (de Bolívar como caudillo, y del resto de los Jefes) está en haber logrado un cambio radical en América. En adelante demostraremos como la argumentación de Rodríguez resalta más los fines que las acciones de los caudillos, y como dichas acciones deben ser juzgadas a partir del mérito e importancia de sus logros.
El problema de la definición de caudillo en Rodríguez está en el uso limitado de dicha palabra, sólo se refiere a ella en estas tres ocasiones, las cuales están íntimamente ligadas a Bolívar. El caudillo, parece ser entonces, un Jefe Supremo que une política y armas en un momento fundacional, pero jamás lo que entendemos hoy por caudillo como jefe que posee un ejército privado y que tiene el dominio de una región o localidad. La idea de caudillo como jefe militar será examinada seguidamente, con la intención de conocer el concepto que tiene Rodríguez de los jefes de armas; y si dicho concepto es parte inseparable de la definición de caudillo.
Finalmente, en el tercer momento (frase) que usa la palabra caudillo, la vuelve a relacionar con la idea de pueblo y la causa republicana e independentista.
Entre los límites de la Monarquía y los de la República – entre la expiración de un sistema, y la creación de otro, no ha habido intervalo de tiempo: los Caudillos del pueblo, al proclamar la Independencia, dijeron como los monarquistas al ver morir a su rey: el rey es muerto = viva el rey! Esto es, viva la República![7].
Para Rodríguez; el concepto de caudillo no se diferencia de sus fines y acciones; es por ello que el fundamento de su defensa (de Bolívar como caudillo, y del resto de los Jefes) está en haber logrado un cambio radical en América. En adelante demostraremos como la argumentación de Rodríguez resalta más los fines que las acciones de los caudillos, y como dichas acciones deben ser juzgadas a partir del mérito e importancia de sus logros.
El problema de la definición de caudillo en Rodríguez está en el uso limitado de dicha palabra, sólo se refiere a ella en estas tres ocasiones, las cuales están íntimamente ligadas a Bolívar. El caudillo, parece ser entonces, un Jefe Supremo que une política y armas en un momento fundacional, pero jamás lo que entendemos hoy por caudillo como jefe que posee un ejército privado y que tiene el dominio de una región o localidad. La idea de caudillo como jefe militar será examinada seguidamente, con la intención de conocer el concepto que tiene Rodríguez de los jefes de armas; y si dicho concepto es parte inseparable de la definición de caudillo.
Referencias bibliográficas:
2 comments:
Es paradójico que todo lo que ha avasallado la dignidad del ser humano en épocas en que el más poderoso mandaba, continúe hoy obteniendo igual, o más beneficios que en otrora...
www.nicolasespositochedel.com
GRacias por su viista y comentario. Es una triste realidad, pareciera que por màs avances tècnicos y en la razòn en general, esto no influye sobre nuestra naturaleza.
Terrible realidad.
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