En mi anterior post pedía ayuda haciéndome varias preguntas sobre el contenido de un curso de Historia de Occidente, entre ellas: ¿qué se puede decir de Mesopotamia y Egipto en tres horas de clases, teniendo presente que nuestro tema fundamental será Grecia y Roma?. Mi respuesta es que el Cercano Oriente representa a las primeras civilizaciones que se enfrentaron con el problema de superar la organización ciudadana y unificar múltiples ciudades bajo una sola organización política. El dominio de una geografía con grandes potencialidades, pero que requerirá de la organización y obediencia de grandes masas humanas, llevará a la innovación política generando una peculiar forma de gobierno, definida desde Occidente (muchos siglos después) como el “despotismo oriental”. Este concepto que ha sido tratado por diversos teóricos de la política desde Aristóteles pasando por Montesquieu, es asumido por Karl A. Wittfogel (1957, Oriental despotism); el cual lo relaciona con las que el llama: “sociedades hidráulicas” (pueblos que deben generar obras de ingeniería para lograr el control de grandes ríos que tienen como fin el aprovechamiento agrícola); y que me parece una buena idea “guía” para no dejar de hablar de la historia de Mesopotamia y Egipto en un curso sobre Occidente.
El uso del concepto de “despotismo oriental” (régimen donde el rey posee un poder personalista sin control alguno por lo general, y los súbditos están sujetos al soberano incluso en lo relativo a sus propiedades; está fuertemente relacionado con la teocracia) permite: comparar las civilizaciones que se desarrollan en Mesopotamia con las de Egipto, y diferenciarlas con Occidente (República romana, gobiernos de las ciudades estados griegas, etc.).
La economía, la sociedad y la cultura, e incluso el Estado dependen del déspota, el cual representa la unidad suprema a la que están subordinados todos los individuos, incluyendo sus propiedades y familias. La propiedad privada existe en cuanto es permitida por el déspota, y gran parte de la producción está al servicio de este. Cuando la propiedad privada especialmente la inmueble empiece a lograr autonomía frente al déspota, este sistema entrará en crisis. Un buen ejemplo son los procesos de autonomía de los nomarcas en Egipto frente al faraón, lo cual genera la crisis en el Imperio Antiguo.
El uso del concepto de “despotismo oriental” (régimen donde el rey posee un poder personalista sin control alguno por lo general, y los súbditos están sujetos al soberano incluso en lo relativo a sus propiedades; está fuertemente relacionado con la teocracia) permite: comparar las civilizaciones que se desarrollan en Mesopotamia con las de Egipto, y diferenciarlas con Occidente (República romana, gobiernos de las ciudades estados griegas, etc.).
La economía, la sociedad y la cultura, e incluso el Estado dependen del déspota, el cual representa la unidad suprema a la que están subordinados todos los individuos, incluyendo sus propiedades y familias. La propiedad privada existe en cuanto es permitida por el déspota, y gran parte de la producción está al servicio de este. Cuando la propiedad privada especialmente la inmueble empiece a lograr autonomía frente al déspota, este sistema entrará en crisis. Un buen ejemplo son los procesos de autonomía de los nomarcas en Egipto frente al faraón, lo cual genera la crisis en el Imperio Antiguo.
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