La colección del diario El Nacional: “Biblioteca Biográfica Venezolana”, la cual sale quincenalmente y ya va por el número 57, nos ha brindado una forma de conocer la historia de Venezuela. El estudio de la vida de los venezolanos nos acerca a la cotidianidad, a los angustias, y a los factores del contexto histórico que influyeron sobre un determinada biografía. No me las he leído todas, tarea que tengo pendiente; pero las que son escritas por historiadores son excelentes. Entre ellos me acabo de leer el N° 53 Antonio Guzmán Blanco de María Elena González Deluca, del cual hago este breve comentario.
La vida de Guzmán Blanco es un buen ejemplo de las formas de ascenso político del siglo XIX: origen familiar mantuano (por el lado de su madre está emparentado con las principales familias criollas: Bolívar, Blanco y Aristeguieta), talento político (heredado y aprendido al lado de su padre: Antonio Leocadio Guzmán, fundador del Partido Liberal en 1840; origen del principal grupo político de su siglo); experiencia militar (en la Guerra Federal: 1859-1863, guerra matriz de una nueva generación de caudillos, y para mantenerse en el poder después de su “revolución”: la Revolución de Abril), y fortuna personal (hecha por una mezcla de corrupción y aprovechamiento del poder, en sus viajes para solicitar empréstitos para la nación).
La biografía se apoya en su correspondencia, mostrándonos la personalidad patriarcal y tiránica de Guzmán Blanco, el cual debe controlarlo todo: desde cada decisión de Estado como los detalles más frívolos de la vida privada familiar. Paradojas de nuestra historia, fue el tercer caudillo más importante del siglo XIX después de Bolívar y Páez, y fue el que inició el proceso de consolidación del Estado moderno venezolano. Su tarea de gobierno no se puede negar que dejó una huella importante en nuestra historia.
Profeballa
La vida de Guzmán Blanco es un buen ejemplo de las formas de ascenso político del siglo XIX: origen familiar mantuano (por el lado de su madre está emparentado con las principales familias criollas: Bolívar, Blanco y Aristeguieta), talento político (heredado y aprendido al lado de su padre: Antonio Leocadio Guzmán, fundador del Partido Liberal en 1840; origen del principal grupo político de su siglo); experiencia militar (en la Guerra Federal: 1859-1863, guerra matriz de una nueva generación de caudillos, y para mantenerse en el poder después de su “revolución”: la Revolución de Abril), y fortuna personal (hecha por una mezcla de corrupción y aprovechamiento del poder, en sus viajes para solicitar empréstitos para la nación).
La biografía se apoya en su correspondencia, mostrándonos la personalidad patriarcal y tiránica de Guzmán Blanco, el cual debe controlarlo todo: desde cada decisión de Estado como los detalles más frívolos de la vida privada familiar. Paradojas de nuestra historia, fue el tercer caudillo más importante del siglo XIX después de Bolívar y Páez, y fue el que inició el proceso de consolidación del Estado moderno venezolano. Su tarea de gobierno no se puede negar que dejó una huella importante en nuestra historia.
Profeballa
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