Sunday, June 28, 2015

Entrevista al joven historiador venezolano (14) Ysrrael Camero (y segunda parte)



10. ¿En qué proyectos sobre historia está ahora?

Estoy trabajando en un artículo sobre los acuerdos fundacionales de la democracia venezolana, realizados entre 1958 y 1961, como parte de un proyecto colectivo de reflexión sobre grandes debates histórico historiográficos sobre el siglo XX venezolano. Asimismo estoy desarrollando un estudio comparativo entre algunos de los denominados regímenes híbridos, y las fuerzas que se le oponen a principios del siglo XXI.

11.  ¿El historiador debe leer literatura? ¿Qué otras disciplinas debería conocer el historiador?
Un historiador debe leer de todo, “nada humano nos es ajeno”, parafraseando a Terencio. En la Escuela de Historia nos formamos con la ambición, que se reflejaba en nuestro pensum, de la unificación de las ciencias sociales, por lo que todas ellas son nuestras compañeras en la comprensión de lo humano. Hemos de leer antropología y sociología, me parecen fascinantes autores como Norbert Elias y Zygmunt Bauman; así como economía, la perspectiva de Douglass North, Acemoglu o Robinson me es imprescindible para comprender la historia económica; también filosofía, política y politología, entre otras exploraciones. Todas estas disciplinas dialogan con la historia, y es bueno prestar atención a sus debates.
12. Además de la Historia, ¿tiene otros gustos, placeres o vicios?
Me siento comprometido con el presente y con el futuro, del proyecto moderno, de la República, de la democracia, por lo que tengo una actividad política permanente, eso permea mis gustos, placeres y vicios. En mi adolescencia jugué ajedrez en torneos y campeonatos, a pesar de tener años sin practicarlo está aún entre mis pasiones. Soy un fanático del cine y del teatro y también los sigo con regularidad.
13. ¿Cómo es su relación con las redes sociales e internet en general? ¿En qué puede ayudar el internet a la historiografía? (si tiene twitter nos gustaría conocerlo y divulgarlo si le parece).
Participo en las redes sociales y trató de estar conectado. Uso Facebook tanto en la mi actividad docente como en mi labor política. Soy activo en twitter a través de @ysrraelcamero, y ahora estoy incursionando en Instagram y Tumblr.

14. ¿Cómo sobrevive (en lo económico, en lo profesional y en lo
espiritual) siendo historiador? ¿Se puede ser historiador en
Venezuela?
Con los salarios que un historiador puede devengar en Venezuela, bien sea como investigador o como docente, es muy difícil tener una calidad de vida aceptable. Aparte de dar clases regularmente en la UCV también dicto asignaturas recurrentemente en otras universidades, como la UNIMET. Dedico el resto del tiempo a mi trabajo como Secretario Nacional de Políticas Públicas de Un Nuevo Tiempo y como Vicepresidente de la Fundación Democracia Social.
15. ¿Qué profesión u oficio ejercería de no ser historiador?
¿Abandonaría su profesión de historiador? ¿Por qué?
Soy historiador y político. Ser historiador va más allá del ejercicio de un oficio o profesión, es una perspectiva para comprender la realidad y para actuar sobre ella, es un acercamiento fundamental desde una conciencia de nuestra historicidad, por lo que no concibo “dejar de ser” historiador, ya que esto forma parte esencial de mi acción humana. De no ser historiador probablemente me dedicaría exclusivamente a la política.
16. ¿Para qué sirve la historia? ¿Tiene futuro el estudio de la
historia en general y en Venezuela?
Sin conciencia histórica la conciencia política es frágil y vulnerable. La conciencia histórica es fundamental para comprender el presente y para actuar en él, para darle forma al futuro. La comprensión de las rupturas y continuidades en el desarrollo de nuestra sociedad es vital para salir de la crisis presente y para construir la Venezuela republicana y democrática que tenemos dos siglos desarrollando. Hoy en día muchos sociólogos y comunicólogos insisten en que el cambio científico y tecnológico es tan drástico en los últimos años que genera una ruptura tan profunda que inutiliza a la historia, al disolver los tradicionales patrones de continuidad. Disiento de esta perspectiva, estoy seguro de que la comprensión de nuestra humanidad, la conciencia emergente de que compartimos un destino común, está vinculada con la necesidad de comprender nuestro pasado. La búsqueda de una conciencia histórica, como humanidad, será vital para enfrentar los retos civilizatorios del mundo actual y para darle forma al mundo futuro. Esa sed de comprensión de nuestra historicidad nos exigirá respuestas a los historiadores, de todo el mundo, para mostrar el tejido de nuestras conexiones, de nuestras interacciones humanas a lo largo del tiempo, más allá de las fronteras nacionales, pero comprendiendo a la humanidad en su diversidad, en sus particularidades y devenires. En la medida en que exista esa necesidad el oficio del historiador estará salvado, no sin obstáculos, pero pervivirá.
17. Si cree que existe la venezolanidad o la identidad venezolana
¿cómo la definiría?
Las comunidades humanas, naciones, pueblos, Estados, reinos, no tienen esencia, sino historia y conciencia histórica. Entonces, existe una comunidad histórica que se define a sí misma como venezolana, que comparte la conciencia de una continuidad común, que une simbólicamente su pasado-presente-futuro. Esa comunidad percibe que su continuidad está vinculada a una geografía específica, a un espacio, es en esa historia, en esa coexistencia de continuidad y ruptura, que podemos encontrar algo que podríamos definir como venezolanidad. Esa venezolanidad se puede expresar en diversas coyunturas, en símbolos, en rituales construidos colectivamente, otros impuestos y luego asimilados, pero esas formas no son la venezolanidad en sí, sino la expresión coyuntural de su historia, por ende, están sometidas al agotamiento y a la emergencia de nuevas sensibilidades. La venezolanidad solo puede encontrarse en la historia de esa comunidad y en su conciencia de pertenecer a una narrativa común.
18. ¿La historia de Venezuela ha sido un fracaso? ¿Qué piensa de
nuestro presente?
De ninguna manera considero nuestra historia un fracaso. En su proceso histórico la sociedad venezolana se ha planteado constituirse en nación, organizarse bajo un régimen republicano y convertirse en una sociedad democrática, integrarse internamente, fortalecer nuestra presencia en el espacio físico venezolano, insertarnos en la sociedad mundial. En todos estos aspectos el proyecto nacional venezolano ha tenido grandes avances. El siglo XX fue para nosotros un gran período de progreso en todos los sentidos, político, social, económico y culturalmente construimos una transformación importante de nuestra organización social. El proyecto nacional democrático constituye un gran triunfo para la sociedad venezolana. A partir de los años ochenta el sistema empezó a entrar en crisis, hubo un agotamiento del modelo económico, este agotamiento implicó un retroceso en el proceso de modernización, lo que tuvo consecuencias negativas en lo social y en lo político. Este retroceso en la modernización permitió el resurgimiento de las tendencias autoritarias, de los resabios monárquicos que sobrevivían en la construcción republicana. Entonces nos encontramos en un nuevo escenario de lucha entre el proyecto republicano democrático y las antiguallas de la mentalidad monárquica, caudillista, militarista. Lo que estamos viviendo es un proceso de crisis, pero hemos dado muestras de fortaleza, de resiliencia, en fin, de que el siglo XX no pasó en vano. Estoy convencido de que vamos a superar esta terrible coyuntura.
19. ¿Qué debemos hacer con el culto a Bolívar y la Historia Patria?
Debemos comprender lo que llegó a ser nuestro proceso de independencia, la emergencia de nuestro proyecto republicano, lo que implica dejar atrás el culto a los héroes y especialmente el culto a Bolívar. La Historia Patria, y el Culto a Bolívar es parte sustancial de ella, está construida para justificar y consolidar al poder, no para liberar a la ciudadanía. Debemos desnudar la construcción ideológica, desmontarla, para lograr avanzar en la creación de una conciencia histórica ciudadana, cívica, que comprenda nuestra historia integralmente, con sus continuidades y con sus rupturas, solo así podremos avanzar.
20. ¿Qué recomendaría a los noveles historiadores?
Que no tengan miedo de dudar, que no dejen de sentir sed y curiosidad por saber, que se atrevan a derribar las antiguas certezas, que lean de todo.
21. Recomiéndeme más de 2 historiadores noveles y/o jóvenes que
deberíamos entrevistar (no olvide darme sus emails, estos no se harán
públicos)
Recomiendo a tres historiadores de mi generación, a Carlos Pernalete Tua, quien se encuentra ahora en Barcelona, España, a Alejandro Gómez, residenciado ahora en París, y a José Luis Bifano.
22. ¿Cuáles verbos están siempre presentes en su acción diaria como historiador?
Hay tres que son claves, comprender, hacer comprender y transformar. Comprender el funcionamiento de la sociedad, el devenir de los humano en su complejidad, buscar las conexiones humanas y sus motores, comprender a Venezuela. En segundo lugar, compartir lo aprendido, enseñar, educar, promover la comprensión de lo que somos. En tercer lugar, transformar, movilizar recursos, construir alianzas para hacer de nuestro país y de nuestro mundo un lugar mejor.
23. Puede hacerle una pregunta al entrevistador: ¿A qué historiador del pasado te hubiera gustado entrevistar y por qué?
Son muchos pero sin duda me fascinaría saber todas las dificultades y alegrías que le generó a Marc Bloch escribir historiografía en los tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Sería una manera de animar a tantos que en Venezuela, cambiando lo cambiable, intentan escribir en medio de tantas carencias y odios.
Entre los historiadores venezolanos me habría encantando conocer y entrevistar a Mario Briceño Iragorry y Mariano Picón Salas, debido a que ellos buscaron hacer una historiografía adaptada a nuestras peculiaridades nacionales.

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