La discusión esta semana que pasó en la Asamblea Nacional, la persecución del periódico Sexto Poder, y las declaraciones de libreto de todos los poderes del Estado venezolano es una de las tantas demostraciones de la desigualdad en nuestro país y de que el gobierno y el oficialismo en general no discute sino que insulta. Tal cual como lo describió Vargas Llosa hace unos cuantos añitos al visitarnos (ver acá). Desde hace días están repite que repite el argumento que las críticas de la oposición son un plan desestabilizador. No dialogan, ofenden; porque no tienen argumentos, porque discutir es hablar de un tema en el cual están claramente equivocados o no han hecho nada para resolver el problema.
Además, el oficialismo tiene impunidad para insultar, encarcelar, perseguir; al igual que los delincuentes tienen para asesinar y robar. Porque las instituciones que deben velar por lo que señalamos en nuestra última crónica como el gran logro de las revoluciones estadounidense e iberoamericana: la defensa de los derechos humanos (en especial: la vida, la igualdad ante la ley, la búsqueda de la felicidad), es privilegio de los altas jerarcas del régimen que nos desgobierna. Ellos pueden insultar, como lo hace Mario Silva todas las noches, y no serán castigados. En cambio cuando el periódico Sexto Poder hace un fotomontaje con las poderosas del régimen, pasan solo minutos para que todo el poder del Estado les caiga encima. Prueba de que tienen la fuerza, pero que solo lo usan para su beneficio y no para garantizarnos la vida. Ayer mismo, mientras los órganos de seguridad perseguían a un periódico, muchas madres venezolanas perdían un hijo por los asesinatos de todos los días. Ya sabemos cuál es la prioridad de este gobierno, evidentemente no es la vida de los venezolanos; sino acumular todo el poder y demostrar que nadie con influencia puede opinar en su contra.
Profeballa
Razón y sentido de las crónicas politológicas son fundamentalmente la redacción de la historia inmediata venezolana, pero para una explicación más amplia de dicha crónica leer acá.
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