Les dejo las palabras de Luis Pedro España del "Proyecto pobreza"de la UCAB en el diario El Nacional:
En 2007 se cumplieron 10 años de la encuesta con que iniciamos el proyecto de investigación sobre la pobreza en Venezuela. Ya para entonces las políticas públicas del país comenzaron a tomar una dirección distinta y claramente retadora de lo que comúnmente son los principios que, y aunque seguramente incompletos, forman parte de las certezas y las nociones básicas del desarrollo.
Ese cambio de rumbo, que podría sintetizarse en una mezcla entre estatización de la economía por un lado, monopolización y estandarización de la política social y control político de la sociedad, por el otro, al menos como hipótesis de trabajo podía sostenerse que ello había tenido algún efecto en el venezolano.
El equipo de trabajo que participó en la investigación de 1997, nos preguntábamos ¿este cambio de orientación del Estado venezolano junto a los eventos sociopolíticos y económicos ocurridos en el decenio, han transformado las creencias y las percepciones que medimos en los venezolanos antes de que todo esto comenzará? La tentación de aprovechar el disponer de un punto de observación (una suerte de línea basal), un antes y un después, de lo que el Gobierno llama la Revolución Bolivariana, para hacer un balance de estos últimos años desde los aspectos que ya habíamos medido, era demasiado grande.
De esta forma, contamos con el apoyo de la Asociación Civil para la Promoción de Estudios Sociales (Acpes) para volver a salir al campo y medir, para comparar, la situación socioeconómica de los venezolanos y los valores a partir de los cuales calibramos el grado de modernidad de la sociedad venezolana con una muestra más modesta que la utilizada en 1997, pero garantizando la comparabilidad de ambos estudios, no sólo desde el número y tipo de dominios de la muestra, sino también por los indicadores y variables medidas por los instrumentos.
¿Qué nos encontramos?
En primer lugar, que en los últimos años ha ocurrido un proceso de ascenso social que ha favorecido más a los sectores populares no pobres que a la población en pobreza extrema.
Segundo, que hay menos pobreza en términos relativos (8 puntos porcentuales), mas en términos absolutos (600 mil) y que los que están en pobreza extrema viven en viviendas más precarias y con peores servicios.
Tercero, que los venezolanos aprecian hoy más que ayer el valor del trabajo y la evaluación por desempeño, producto del ascenso social reportado, lo que los hace más modernos, pero que viven en una sociedad más desinstitucionalizada, lo que les hace perder certidumbre y control sobre su propia realidad.
Cuarto, que los promedios nacionales que muestran nuestra realidad social y económica cada vez dicen menos, si ellos no se desagregan en atención a los distintos ejes de segmentación que den cuenta de los distintos países. Desde el urbano y moderno que compra este periódico hasta el que ni sabe que existe.
Quinto, que es bastante cierto eso de que el pueblo se siente protagonista y, como tal, ha incrementado su nivel de participación social en áreas reivindicativas y de lucha por obtener del Estado servicios públicos elementales y además vitales para la vida en ciudades, todo lo cual hace que esta participación, lejos de ser político ideológica, tiende a ser bastante pragmática.
Sexto, que este país se fastidia a horrores. Que la oferta cultural no sólo es pequeña, sino que además está concentrada, lo cual complementa el hecho de que la pobreza sea de mala para las personas, escasa de todo y, también aburrida.
Por último, por supuesto que tenemos salida como país, pero para ello hay que hacer primero un esfuerzo de inclusión que, al momento, nadie está haciendo.
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