Roberto
Romanelli | rromanelli@bloquedearmas.com
Aunque
otros gobiernos y mandatarios manipularon la figura de Simón Bolívar a través
de la historia, el chavismo lo usó como un factor de división de los
venezolanos, lo que “ha hecho que sectores importantes de venezolanos se estén
distanciando de Bolívar, sobretodo los más jóvenes, y gente que hasta le está
teniendo rabia a Bolívar”.
Así
lo expresa el historiador y profesor de la Universidad Católica Andrés Bello
(UCAB), Tomás Straka, en vísperas de un nuevo aniversario del natalicio del
Libertador.
El
investigador añadió que por esta “identificación en una bandería política"
de la imagen de Bolívar, “la connotación bolivariana en Venezuela que era de
por si positiva, se ha diluido en términos de la sociedad”.
“Muchos
se han dado cuenta de lo peor que puede haber en el culto a Bolívar, asi como
había cosas positivas, podía tener consecuencias negativas, entonces, la gente
se asustó del constructo, del artefacto de Bolívar, miren como esta forma de
narrar, de explicar la historia, se ha traducido en esta forma de entender la
realidad y de gestionarla”, dijo en alusión a la situación actual.
¿Qué
podemos reivindicar de Bolívar que pueda servir para hacer avanzar al país?
Lo
primero que habría que subrayar es su carácter de venezolano universal.
Bolívar, de lejos, tuvo una ejecutoria, un protagonismo en la historia
americana que le da una proyección universal, en el sentido de expandir la
libertad y los derechos de los ciudadanos. Indistintamente de las observaciones
que pudieran hacerse desde el 2018 a Bolívar, y las críticas que se hicieron en
su momento -porque Bolívar no tuvo una aprobación unánime ni tenia porque
tenerla- pero tal vez de cara al porvenir, la posibilidad de que desde las
oportunidades que daba una Venezuela muy restringida, muy pobre, muy aislada
del mundo como era la Venezuela del siglo 19, se pueden hacer ejecutorias que
empujan realmente o ayudan a empujar a la sociedad a una civilización mas
amplia de libertad e igualdad para todos. Creo que Bolívar une en eso.
¿Qué
es lo más dañino que se ha hecho con Bolívar, no sólo en este régimen?
Convertirlo
en una especie de dogma, de dios tutelar, convertir el bolivaniarismo como dijo
(el abogado e historiador) Luis Castro Leiva, en una teología, la teología
bolivariana. Es decir agarrar a Bolívar como un héroe para todas las cosas, en
base a lo cual Bolívar es una especie de bola de cristal donde cada quien ve
reflejado lo que quiere y en esa suerte de saco de sastre la gente mete la mano
y toma el pedazo de Bolívar que más le convenga. Esto tuvo muchas consecuencias
negativas, una de las cosas negativas de esa conversión de Bolívar en ese dios
tutelar de la sociedad venezolana es que apuntala al personalismo. Todos
nuestros presidentes o nuestros dictadores han querido verse a si mismo como
una especie de segundo Bolívar, lo dicen deliberadamente. Entonces, la
construcción de ese culto a Bolívar es una emanación que se retroalimenta con
el culto a la personalidad, buscar salvadores, buscar un hombre providente que
resuelva todo, está íntimamente relacionado con la educación que recibimos los
venezolanos ante Bolívar.
¿Es
un culto a la personalidad?
Bolívar
fue un hombre capaz de todo, del cual habría que esperar todo lo bueno, al que
había que obedecer acríticamente, un hombre que era perfecto, un hombre sin
fisuras, ese modelo del hombre perfecto a cuya ausencia se atribuye muchos de
los males de Venezuela, es un terreno fértil para que la gente busque otro
hombre perfecto. La construcción del personalismo está intímamente vinculado
con ese culto a Bolívar que en última instancia es un culto a la personalidad.
¿Bolívar
no sustituye la figura del Rey?
En
buena medida hay de esto, ¿Qué ocurre? ya había un terreno, unas condiciones
propicias para que ello ocurriera, más o menos en el mundo había el culto a
Napoleón, el culto a Washington, son los referentes que se toman para comenzar
en vida el culto a Bolívar, es decir las acusaciones de personalista, de que
era un rey, de no fomentar el equilibrio, arranca con Bolívar en vida, pero en
nuestro caso eso se va a vincular además con la necesidad de que la República
tenía que buscar alguna legitimidad que estaba asociada o que ocupara el
espacio que había dejado vacío la ausencia del rey.
¿Habría
que redimensionar a Bolívar?
Que
una sociedad tenga héroes no es un problema en sí mismo. Que tenga un héroe
máximo no es un problema en si mismo. El problema es el uso, la dimensión que
tiene ese culto al héroe y las consecuencias que puede tener por ejemplo cuando
no promueve determinados valores. Entonces redimensionar el culto a Bolívar en
función del venezolano excepcional que fue, un hombre con realizaciones importantes
que tuvo, entendiéndolo en los justos límites de un hombre que por muy
excepcional al fin y al cabo era hombre y que tenía ideas que no tenemos que
aceptar como un dogma de fe sino que son ideas que son merecedoras de ser
discutidas, de ser comprendidas pero no de ser obedecidas como un libro
sagrado, creo que ese redimensionamiento puede ser positivo.
¿Qué
significado tiene Bolívar ahora, con dos bandos que lo reivindica para sí?
Bolívar
ha tenido muchos significados a través de la historia, porque cada régimen se
ha cosido un Bolívar a la medida, desde el Bolívar magistrado católico, con ese
catolicismo que impulsaba la Iglesia bajo la figura del cardenal Humberto
Quintero, al Bolívar de López Contreras que era exaltado como la base posible
para una ideología nacional que sirviera para contrarrestar lo que el veía como
las ideologías extranjeras, un Bolívar anticomunista, al Bolívar de Chávez como
uno de los precursores del socialismo, nos damos cuentas que hay muchos Bolívar
posibles. Es una especie de dios como Krisna, el dio hindú que cuando le piden
que enseñe todos sus rostros, tiene millares de rostros distintos.
Hoy,
en Venezuela, ocurre una cosa que no había ocurrido nunca, el exceso de
utilización de Bolívar en el discurso político, los excesos a los que se ha
llegado con el culto a Bolívar y su identificación con una bandería en
particular, el chavismo, ha hecho que la suerte de la imagen de Bolívar esté más
o menos atada a la suerte del chavismo. Es decir la connotación bolivariana en
Venezuela que era de por si positiva, la apelación a Bolívar como referente
inapelable, el referente más alto que podíamos tener nosotros para cualquier
cosa, se ha diluido en términos de la sociedad.
¿Lo
convierten en un factor de división?
Sin
duda porque los chavistas comenzaron a hacer algo que no era la primera vez que
ocurría, eso había pasado con el partido liberal, diciendo ‘todos los que están
en contra nuestra son simplemente enemigos de Bolívar y de Venezuela’. Ese es
el discurso de Guzmán Blanco, lo que pasa es que Guzmán Blanco ganó la partida
y tenía a su favor una abrumadora mayoría de los venezolanos, de tal manera que
logró utilizarse como un discurso federal en el siglo 20. Luego viene el caso
de José Vicente Gómez que decía lo mismo, ‘yo soy el auténtico interprete de
Bolívar y todos los malos hijos de la patria son los que están en contra mía',
él va a confundir a Bolívar consigo mismo.
Luego,
a lo largo del siglo 20 habíamos logrado unificar y sacar a Bolívar del
discurso político cotidiano y dejarlo para el discurso de Estado. Esto que se
decidió después de la democracia del 58, de que ningún partido político podía
utilizar símbolos patrios para su parcialidad porque tenía que ser un
patrimonio compartido de todos los venezolanos, iba en esa dirección, de manera
que a partir de la década de los 40, Bolívar termina de ser una figura de
integración para todos los venezolanos.
Pero
no era intocable...
No
se podía cuestionar, era el dios de todos los venezolanos, precisamente por
esto era una oportunidad en donde podíamos sentarnos a dialogar, tenía esa
función, unificadora, esa es la función del héroe nacional, es una especie de
padre de patriarca del cual venimos todos, de cuyo simiente venimos todos.
¿Eso
cambió con Chávez?
Cambió
con el chavismo, Bolívar va a ser el héroe de una bandería. En esto ocurren dos
cosas, el chavismo nunca fue una mayoría tan abrumadora como la que había sido
la que apoyó al sistema democrático, o que apoyó al guzmancismo. Chávez siempre
tuvo al menos un 40% de la sociedad que no lo apoyó y que estuvo en su contra,
eso no la tuvo en contra Betancourt ni Guzmán Blanco y probablemente en sus
mejores tiempos, José Vicente Gómez. El enorme poder de Chávez fue que tuvo la
capacidad de tomar un Estado que era todopoderoso, que tenía unos superpoderes
que no tenia el Estado de Betancourt, ni de Gómez, ni de Guzmán Blanco. Eso
vuelve a Chávez un hombre todopoderoso y explica porque Nicolás Maduro está en
el poder -pero éste es otro tema- al Chávez y los chavistas declararse
bolivarianos, hay 40% de la población que sienten por lo menos algún tipo de
reserva frente a Chávez.
¿Ha
encontrado algún indicio de un Bolívar como precursor del socialismo?
Bolívar
es un hombre complejo, porque su pensamiento fue una amalgama de distintas
cosas que él elabora con bastante originalidad para resolver los problemas
concretos de esa América (...) en esa amalgama, hay aspectos en Bolívar que son
muy revolucionarios, muy de vanguardia como el abolicionismo de la esclavitud o
la educación popular, hay aspectos que en su momento era bastantes liberales,
de avanzada, bastante democráticos, Bolívar nunca puso en duda la necesidad de
las elecciones, del voto (...) junto a eso tiene otras aspectos que son
bastante aristocratizantes, él quiere conseguir desesperadamente orden para un
país que es un enorme desorden, (...) y ve el orden encima de cualquier cosa
porque le va a permitir hacer las otras transformaciones,
Pero
aspectos socialistas...
Socialista
no puede ser ninguno. La verdad que ni el mismo Chávez ha dicho que Bolívar fue
un primer socialista o no lo dijo de esa manera. Las principales tesis que
plantea el Plan de la Patria no tienen que ver con el proyecto político de
Bolívar.
¿Chávez
“enchavó” o “rayó” a Bolívar?
Sin
duda.
¿Quién
se beneficia de eso?
Yo
creo que uno de los grandes ganadores en el pensamiento, en la memoria
histórica venezolana, con las limitaciones del caso, es Betancourt y los héroes
de la democracia, en el año 98 nadie daba tres lochas por la democracia, ahora
la gente siente como aquel que deja un trabajo o una pareja porque está muy
bravo y después de no conseguir un trabajo o una pareja mejor, empieza a
arrepentirse.
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