(segunda parte)
6. ¿Cuál
fue su primer escrito como
historiador o cuál fue el que más le gustó? ¿Cuáles son sus ritos cuando se dedica a escribir sobre historia?
Prefiero contarles sobre los que más me
han gustado. Sin duda, las tres publicaciones que surgieron de mi tesis de
Maestría: Historia de las relaciones
diplomáticas Venezuela – Japón (1938-2008) (2012) –dedicado a mis padres
José Alvio Molina Escalante y María Mélida Medina Araque–; La inmigración japonesa en Venezuela (1928-2008) (2012); y Venezuela-Japón: Una historiografía insospechada sobre sus relaciones
diplomáticas (2013). No
obstante, en los trabajos posteriores creo que he venido mejorando en muchos
aspectos: escritura, enfoque, análisis. En todo caso, es mejor dejarlo para los
críticos de la historiografía, son ellos los indicados y no yo, para hablar de
mi obra. Como ritos, me gusta escribir en las mañanas, bien temprano, luego del
aseo personal y bien desayunado. No puede faltar la música mientras escribo y
si hay, un buen té verde chino.
Normalmente paso la semana dando clases
e investigando, estudiando. Incluso, los fines de semana pueden ser de mayor
trabajo. Se requiere de tranquilidad, algo de paz, en contraste con el ajetreo
de la semana y las tareas por cumplir. Siempre hay que corregir, indagar,
fichar, escribir. El historiador siempre tiene algo que leer. En estos momentos
estoy leyendo dos libros al mismo tiempo; de un diplomático español, Eugenio
Bregolat: La segunda revolución china.
Las claves sobre el país más importante del siglo XXI; y de
Jean-Baptiste Duroselle: Todo imperio
perecerá. Teoría sobre las relaciones internacionales.
8. Además
de la Historia, ¿tiene otros gustos, placeres o vicios?
También me gusta la poesía, la música.
En la otra vida, creo que acompañaría mi formación de historiador con la de
músico. Me gusta viajar, creo que es la mejor forma de percibir con los
sentidos, lo que por la vía de la historia y la literatura se nos acerca. La
gastronomía, ¿a quién no le gusta comer sabroso?
9. ¿Cómo
es su relación con las redes sociales e internet en
general? ¿En qué puede ayudar el internet a la historiografía? (si
tiene twitter nos gustaría conocerlo y divulgarlo si le parece).
general? ¿En qué puede ayudar el internet a la historiografía? (si
tiene twitter nos gustaría conocerlo y divulgarlo si le parece).
Me confieso un adicto internauta. Como
les he contado, antes de ser historiador, me gradué de TSU en informática. Hago
uso de correo electrónico, Facebook, Twitter, Instagram, Skype, What’s app,
Wechat (para mis contactos en China)… En fin, soy un historiador que se ayuda
muchísimo de la tecnología, de las redes sociales. Considero que en estos
tiempos son herramientas fundamentales, gracias a ellas no sólo divulgo lo que
escribo, sino que he conocido a otros colegas he intercambiado libros,
artículos, documentos, entre otros. Actualmente, es posible que la mayor
reserva de conocimiento científico esté disponible en internet. No concibo a un
historiador negado a esta realidad. Internet y las redes sociales son ahora la
mejor herramienta que tenemos para poner a disposición de la comunidad
académica internacional, lo producido en nuestros centros y grupos de
investigación. Estamos en la era digital. Mis cuentas de usuario son:
Facebook: Norbert Molina Medina
Twitter: @norbertmolina
Instagram: norbert.molina
Skype: norbertmolina
Wechat: Norbert_Molina_M
10. ¿Cómo
sobrevive (en lo económico, en lo profesional y en lo
espiritual) siendo historiador? ¿Se puede ser historiador en Venezuela?
espiritual) siendo historiador? ¿Se puede ser historiador en Venezuela?
Sobrevivo como lo estamos haciendo todos
los venezolanos en estos tiempos de oscurantismo: ¡haciendo milagros! En lo
profesional, me encanta mi trabajo y lo hago complacido del aporte que estamos
haciendo para el país, el Estado y la sociedad. A veces se valora más fuera de
nuestras fronteras que acá, o por lo menos esa es mi experiencia. Por supuesto que
se puede ser historiador en Venezuela, yo soy uno de ellos. Conozco muchos más
que han hecho un trabajo invalorable, vaya para ellos mi reconocimiento,
respeto y admiración. Claro está, en estos tiempos de desprecio por el
conocimiento por parte de las autoridades de Venezuela, cuesta mucho ser no
sólo historiador, sino arquitecto, ingeniero, médico, astronauta, matemático…
cuesta mucho vivir. Estoy consciente del trabajo que hacemos y de la
importancia que tiene. Espiritualmente tranquilo, agradecido con la vida, con
mi familia, mis amigos y con lo que hago.
11.
¿Para qué sirve la historia? ¿Tiene futuro el estudio de la historia en general y en
Venezuela?
La historia sirve para entender la
sociedad que somos. También para crear sentido de pertenencia. Si realmente un
país como el nuestro, tuviera sólidos cimientos de su proceso histórico, no
habríamos cometido tantos errores… no estaríamos metidos en este problema de
ahora. La historia siempre tiene futuro. Desde hace años oigo decir que las
humanidades llegaron a su fin. No estoy de acuerdo. Cada vez que una coyuntura
se genera en el mundo, los primeros a los que se acude es a los historiadores,
buscando respuestas, análisis, interpretaciones de lo ocurrido, causas,
consecuencias. Por algo será que los persiguen en muchos países ¿no? Creo que
todo conocimiento tiene futuro, sea fuera o en nuestro país.
12. Si cree
que existe la venezolanidad
o la identidad venezolana ¿cómo la definiría? ¿La historia de Venezuela ha sido un fracaso? ¿Qué piensa
de nuestro presente?
Parece que Einstein dijo que el
nacionalismo era una enfermedad infantil, el sarampión de la humanidad. La
identidad venezolana a veces me cuesta creerla. Somos tan distintos los
andinos, de los orientales o llaneros, que me hace recordar a Pino Iturrieta
con aquello de que la identidad es una necedad inventada por los antropólogos
(con el respeto de los antropólogos). No considero que la historia de Venezuela
haya sido un fracaso. Nuestro presente es aterrador, quizá la crisis más
devastadora de toda nuestra historia republicana. Pero pasará, nada permanece
igual, el cambio es la esencia del universo (Heráclito). Ojalá aprendamos la
lección, y se nos quite la costumbre de estar esperando a un mesías que, en
nombre de otra revolución, termine enterrando las esperanzas de una sociedad
entera a vivir con dignidad.
13.
Recomiéndeme más de 2 historiadores noveles y/o jóvenes
que deberíamos entrevistar (no olvide darme sus emails, estos no se
harán públicos)
que deberíamos entrevistar (no olvide darme sus emails, estos no se
harán públicos)
Sócrates Briceño.
Elizabeth Manjarrés.
14.
Ahora invente una pregunta, la hace y se responde a sí mismo.
¿De
dónde nació su interés por estudiar el área afroasiática?
En 2005, siendo estudiante de Historia
ingresé como beca trabajo (auxiliar de investigación) en el Centro de Estudios
de África, Asia y Diásporas Latinoamericanas y Caribeñas “Dr. José Manuel
Briceño Monzillo” (CEAA) de la Escuela de Historia (ULA), en donde me fui
interesando por el área afroasiática. Ahí he compartido y aprendido con todos
sus miembros, además del profesor Hernán Lucena Molero (director del CEAA), con
los profesores Ismael Cejas Armas, Elías Capriles Arias, Rowena Hill, Trino
Borges, entre otros. De tal manera que ha sido una experiencia grata de la cual
puedo decir, me siento orgulloso.
15.
Puede hacerle una pregunta al entrevistador si lo desea
¿Cómo surgió el interés por dar a
conocer a los jóvenes historiadores venezolanos?
Responde Profeballa:
¡Mil gracias por su tiempo y respuestas! Ruego disculpas por la demora en su publicación. Desde hace años vengo desarrollando éste blog en el cual anhelo divulgar la historia y la historiografía nacional, y ante la existencia de tanto joven o novel historiador cuya obra muchas veces es desconocida, pensé que era justicia darlos a conocer. Es una iniciativa modesta que espero ayude en algo.
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