¡Porque es malvado!
Autor: Carlos Balladares
Publicado en Código Venezuela
Si; es decir, es una persona
mala, maluca, perversa, de dobles intenciones, mentirosa; que busca hacer el
mal sabiendo que lo hace y diciendo que no lo hará. Genera dolor y sufrimientos
en los demás, y como es Presidente de un país petrolero, las consecuencias de
su maldad tienen un impacto en la vida de millones de personas. Se le puede
preguntar a la jueza Afiuni, a sus familiares, a los Simonovis, a los Forero, a
todos los perseguidos políticos; pero especialmente se lo puede preguntar a
todas las madres, esposas e hijos de todos los asesinados y heridos en estos 14
años de violencia criminal donde el Presidente es culpable por omisión. Pero
también está el dolor del silencio de los que deben callar porque de lo
contrario pierden un empleo, una beca, la oportunidad de una vida menos indigna
en lo material. No le den muchas vueltas, la principal razón para no votar por
Chávez es porque es malo. Nuestras abuelitas no los dirían sin tapujos.
Y digo abuelitas porque
ellas son la conciencia de las familias, la conciencia moral; claro, siempre
que sean buenas y decentes abuelitas. Las que en medio de un dilema nos dicen
la verdad, verdad que el mundo de lo “políticamente correcto” no quiere hablar.
Verdad que el relativismo moral que nos rodea califica de intolerancia. Cuando
la realidad es que la política desde tiempos de Aristóteles siempre ha estado
ligada a la ética; porque con ella decidimos la posibilidad que podamos tener
una buena vida, una que nos haga capaces de lograr la felicidad. No es
casualidad que en estos 14 años se haya establecido un régimen que incrementado
la maldad en Venezuela, el odio entre los ciudadanos, el número de asesinatos,
ofensas y crispación. Este hecho está directamente relacionado con un liderazgo
perverso. El 7 de octubre, no lo dudo un segundo, elegimos entre el bien y el
mal.
Hay que repetirlo mil veces:
debemos hacer de la política el ámbito de la moral, el espacio de la discusión
ética, y para ello no podemos dejar de llamar las cosas malas por su nombre. Si
un hombre entra en la política por medio de la violencia es difícil esperar
algo bueno de él, y si este no se arrepiente de ello sino que al contrario
manipula y miente para hacer realidad su proyecto personalista oculto: la
perfidia es el resultado final. ¿Cuántas veces nos ha contado que entró a la
Academia militar para conspirar, es decir, para traicionar el juramento que
hizo? ¿Cuántas veces dijo que se arrepentía en aquella noche que volvió al
poder y luego usó los poderes para llevar a cabo su venganza?. En estos días de
campaña ante la posibilidad de derrota, el candidato del gobierno ha
desarrollado el mayor abuso de los recursos del Estado y una guerra sucia que
no es más que la expresión de lo que no se debe hacer en política. Una cosa es
criticar y mostrar los defectos del contrincante, y otra mentir descaradamente
e incluso cometer un delito para descalificarlo.
Con este escrito terminamos
la evaluación que veníamos haciendo de los 14 años de (des)gobierno del actual
Presidente de Venezuela. En nuestras siguientes entregas antes de las
elecciones hablaremos del candidato de la democracia: Henrique Capriles
Radonski.
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