Elecciones estudiantiles en la UCV

Autor: Carlos Balladares Castillo

La Universidad es una comunidad de personas y saberes que “buscan la verdad y afianzar los valores trascendentales”. Este principio corresponde a la tradición universitaria de todos los tiempos, y ha sido asumido por nuestra legislación nacional (Artículo 1 de la actual Ley de Universidades). En este sentido, cumplo con el derecho Y DEBER de advertirle a mi comunidad ucevista, lo que considero es un gran peligro para su futuro inmediato. Ese peligro, no es más que el dilema de nuestra sociedad (libertad versus sumisión a un proyecto personalista); que en el caso de la universidad se traduce en la vigencia de su autonomía. Gracias a Dios, las mayorías en la UCV son conscientes de esto; pero nunca está de más el describir las sutiles operaciones “de las sombras” ante las elecciones que se darán este viernes 09 de diciembre.

La izquierda romántica piensa de manera ingenua; que el fenómeno chavista permite la realización de una revolución popular o un proceso de reformas que facilitan la justicia social. Sus miembros más sinceros pueden reconocer el peligro autoritario que representa el liderazgo de Hugo Chávez, pero terminan señalando que eso es una externalidad o mal menor. Lo importante para ellos es que hay cambios, y cambios en la dirección correcta. Al final: terminan siendo instrumentos dóciles de un proyecto hegemónico personalista. Al Comandante-Presidente jamás se le puede contradecir, mucho menos desobedecer.

El país político no puede superar este dilema, por tanto: la universidad es parte de la polarización. No hay espacio para los independientes. Es lamentable, porque en un ambiente polarizado y de amenaza totalitaria, se dejan de escuchar buenas propuestas y algunos idealistas son dejados de lado. Muchos de estos idealistas se unen a las planchas que apoyan a Chávez a lo externo de la universidad (y lo no tan externo), los cuales son conformados, además, por los hijos de la nueva clase media de la burocracia estatal leal a la voz del Comandante. Estas planchas son claramente financiadas (o apoyadas en general) con recursos del Estado (que son de todos nosotros), lo cual consolida la lealtad de sus miembros. Hay una racionalidad político-económica muy clara: ser parte del movimiento estudiantil revolucionario, abre las puertas de misiones, becas, recursos y empleos que las otras planchas no pueden ofrecer. Es rentable ser chavista; porque como dice la propaganda: “Aquí también llega el petróleo”.

Un estudiante, relativamente ajeno a estos hechos, puede creer que es posible aislar la realidad nacional de la universitaria. Es más, los chavistas dentro de la UCV (por lo menos los que conozco) pretenden esto. NO QUIEREN SER IDENTIFICADOS COMO OFICIALISTAS, porque esto les resta votos; y el dar la impresión de independientes pueden facilitar ciertas racionalidades electorales, tales como: evaluar a cada plancha según sus proyectos, o por la actividad realizada en las Escuelas. Al poseer el apoyo del Estado, estos grupos pueden hacer diversas mejoras en la infraestructura, gran despliegue de propaganda, entre otras actividades; que dan la impresión de mayor eficacia frente al resto de las fuerzas políticas. Si a esto le sumamos el “cerco presupuestario” que el gobierno tiene contra las universidades autónomas, el cual lleva al deterioro de las mismas; la impresión que generan estas “ayudas” o “actividades” tienden a producir un mayor impacto. Se puede tener la idea errada que las autoridades tienen abandonada la universidad, pero los grupos oficialistas se “sacrifican” por ella.

Otros razonamientos son posibles, aunque un tanto torcidos éticamente. El pensar que votar por el oficialismo permitiría que los recursos que se les ha negado a las universidades autónomas, puedan finalmente llegar; o considera que oponerse al Estado es lo que genera la crisis, y por tanto, la mejor opción es ser su aliado y abandonar toda oposición. Esto sería lo que describe la sabiduría popular como: “pan para hoy y hambre para mañana”. Hoy tendríamos presupuesto, mañana perderíamos la autonomía y la calidad de la enseñanza.

Mi consejo final a los estudiantes: es que voten valorando LO AUTÉNTICO de las propuestas y los candidatos; y muy especialmente: pensando en la defensa de la universidad (su autonomía) y la libertad de cada uno de los ciudadanos de nuestro país.