Historia de la Iglesia Católica
Hoy he estado deseando mucho escribir este post sobre mis queridos y admirados hermanos jesuitas, que muy temprano en la mañana pero en Roma, han dado inicio a su 35° Congregación General para elegir el sucesor de su actual Superior General Peter Hans-Kolvenvach, el cual renunció el año pasado (algo inédito en la historia de los jesuitas) para lograr que: "Una nueva visión pueda contribuir a un gobierno mejor adaptado a un mundo en cambio rápido”, según sus propias palabras.
Admiro profundamente a la Compañía de Jesús, a pesar de no ser ignaciano por haber tenido formación en algún colegio o universidad regida por los jesuitas, sino por descubrir esta espiritualidad en la década de los noventa; gracias a varias lecturas (Telechea. Sólo y a pie, biografía de San Ignacio de Loyola; entre tantas), la película La Misión, y a muchas conversaciones con curas muy buenos como los padres: Lazcano, Virtuoso, Baquedano (el cual me casó el año pasado, un verdadero santo), Sucre, del Rey, y el gran rector de la UCAB: Ugalde.
La contribución de los jesuitas a Venezuela es importantísima. Se establecieron desde 1628 en Venezuela (con la interrupción de la clausura en 1767 salen de nuestra tierra hasta 1916) y ayudaron en lo educativo y misional (no se puede olvidar toda la labor en el Orinoco del padre Gumilla entre tantos otros). En el siglo XX fundan el colegio San Ignacio de Caracas (1922), el San José de Mérida (1928) el Gonzaga de Maracaibo (1945), Jesús Obrero de Caracas (1948), Javier de Barquisimeto (1953) Gumilla de Puerto Ordaz (1957) y La Guanota en el estado apure (1971). Además, fundan también la Universidad Católica Andrés Bello (1953) con sus extensiones en Táchira y Guayana; y jamás se puede olvidar la fundación para la educación en los barrios populares de “Fe y Alegría”, la cual se expandió por toda Iberoamérica.
¿Por qué los admiro?. No sólo por su espiritualidad y sus obras, sino por su gran dedicación al estudio, y por ser poseedores de una enorme sensibilidad por los más desfavorecidos sin descuidar su trabajo con las clases medias y los adinerados. No niego que no me gustan los radicalismos de algunos de sus miembros, pero ellos han sabido convivir entre grandes diferencias dentro de su propia casa.
Hoy en día los jesuitas, como toda la Iglesia Católica, pasa por una grave crisis vocacional, y en el caso de la Compañía quizás se note con más fuerza por su tradicional ímpetu; y por ser la más numerosa de las órdenes. Este será una de los aspectos que deberán ser discutidos en esta Congregación General. Rezamos porque sus decisiones y documentos lleven a una feliz renovación.
Ad maiorem Dei gloriam
CHISME: estuve averiguando y aunque no se sabe quién saldrá electo; al parecer él Padre Lombardi (italiano nacido en 1942 que es matemático, teólogo y periodista, actual director general del Centro Televisivo Vaticano) es uno de los candidatos, vamos a ver si es cierto.
Algunas páginas sobre el tema de la Congregación General: ver acá, acá y aquí. y página oficial.
Hoy he estado deseando mucho escribir este post sobre mis queridos y admirados hermanos jesuitas, que muy temprano en la mañana pero en Roma, han dado inicio a su 35° Congregación General para elegir el sucesor de su actual Superior General Peter Hans-Kolvenvach, el cual renunció el año pasado (algo inédito en la historia de los jesuitas) para lograr que: "Una nueva visión pueda contribuir a un gobierno mejor adaptado a un mundo en cambio rápido”, según sus propias palabras.
Admiro profundamente a la Compañía de Jesús, a pesar de no ser ignaciano por haber tenido formación en algún colegio o universidad regida por los jesuitas, sino por descubrir esta espiritualidad en la década de los noventa; gracias a varias lecturas (Telechea. Sólo y a pie, biografía de San Ignacio de Loyola; entre tantas), la película La Misión, y a muchas conversaciones con curas muy buenos como los padres: Lazcano, Virtuoso, Baquedano (el cual me casó el año pasado, un verdadero santo), Sucre, del Rey, y el gran rector de la UCAB: Ugalde.
La contribución de los jesuitas a Venezuela es importantísima. Se establecieron desde 1628 en Venezuela (con la interrupción de la clausura en 1767 salen de nuestra tierra hasta 1916) y ayudaron en lo educativo y misional (no se puede olvidar toda la labor en el Orinoco del padre Gumilla entre tantos otros). En el siglo XX fundan el colegio San Ignacio de Caracas (1922), el San José de Mérida (1928) el Gonzaga de Maracaibo (1945), Jesús Obrero de Caracas (1948), Javier de Barquisimeto (1953) Gumilla de Puerto Ordaz (1957) y La Guanota en el estado apure (1971). Además, fundan también la Universidad Católica Andrés Bello (1953) con sus extensiones en Táchira y Guayana; y jamás se puede olvidar la fundación para la educación en los barrios populares de “Fe y Alegría”, la cual se expandió por toda Iberoamérica.
¿Por qué los admiro?. No sólo por su espiritualidad y sus obras, sino por su gran dedicación al estudio, y por ser poseedores de una enorme sensibilidad por los más desfavorecidos sin descuidar su trabajo con las clases medias y los adinerados. No niego que no me gustan los radicalismos de algunos de sus miembros, pero ellos han sabido convivir entre grandes diferencias dentro de su propia casa.
Hoy en día los jesuitas, como toda la Iglesia Católica, pasa por una grave crisis vocacional, y en el caso de la Compañía quizás se note con más fuerza por su tradicional ímpetu; y por ser la más numerosa de las órdenes. Este será una de los aspectos que deberán ser discutidos en esta Congregación General. Rezamos porque sus decisiones y documentos lleven a una feliz renovación.
Ad maiorem Dei gloriam
CHISME: estuve averiguando y aunque no se sabe quién saldrá electo; al parecer él Padre Lombardi (italiano nacido en 1942 que es matemático, teólogo y periodista, actual director general del Centro Televisivo Vaticano) es uno de los candidatos, vamos a ver si es cierto.
Algunas páginas sobre el tema de la Congregación General: ver acá, acá y aquí. y página oficial.
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