domingo, noviembre 04, 2007

¿Quiénes son los fascistas en Venezuela?

Resumen semanal de los artículos de prensa de los historiadores venezolanos

Tres semanas sin poder hacer el resumen semanal. Hoy les doy un super resumen. La opinión de los historiadores sigue en gran parte dedicada al proyecto de nueva Constitución (o “reforma”) o la situación actual del país, y no es para menos; el asunto como no dejamos de repetir es trascendental (nos cambia la vida radicalmente a los venezolanos). Entre los “opinadores-historiadores” que tengo en mi lista de resumen, una idea domina (salvo en Luis Britto García claro), que el chavismo es fascismo, así de simple.

Luis Britto García escribe hoy “Casas autónomos y ciudades perennes”
(en Últimas noticias), no comento nada sólo escribo el párrafo que considero más importante:

Una ciudad perenne no puede estar fundada en supuestos a la larga inviables. No debe ser planeada para el automóvil individual, que el agotamiento del petróleo hará impracticable. No puede ser sacrificada al rascacielos, que la desconcentración de oficinas resultante del correo electrónico hará inútil. No puede ser depósito de todos los desposeídos a quienes expulsa del campo el latifundio privado, abominación que erradicará el socialismo.

Hace dos semanas escribió “Noches de Moscú” un escrito apologético sobre la URSS:

Sucede entonces que el pueblo organizado en soviets hace la primera revolución socialista duradera en un gran país; que derrota la coalición de 13 potencias que desde el primer momento le declara la guerra, que en cuarenta años salta del arado de palo al primer satélite y al primer cosmonauta; que salva a la humanidad del fascismo, garantiza educación, salud y trabajo para todos y eleva la Unión Soviética a segunda potencia mundial. Pasa que los capitalistas le imponen un bloqueo y una carrera armamentista de ochenta años que obliga a los soviéticos a dilapidar el excedente económico en gasto militar e imponer mecanismos autoritarios de seguridad.

Rafael Arráiz Lucca hoy escribe “El personalismo” (en El Nacional), haciendo una excelente síntesis del libro Nada sino un hombre del historiador Elías Pino Iturrieta; es así como señala sobre nuestro momento fundacional en 1830:

Los fundadores republicanos cuentan con ideas liberales claras y ninguna fuerza política, mientras Páez cuenta con toda ella y muy pocas ideas sobre el tema republicano. El resultado no fue negativo, pero dibujó una paradoja: la República la instituyó un hombre fuerte un hombre de armas, cuando lo lógico es que hubierasido obra civil. Esdecir, obra de la educación reoublicana y el diálogo, y no imposición de la voluntad con una bayoneta en las manos.

Simón Alberto Consalvi hoy escribe “Fábula del tiempo detenido”
(en El Nacional), desarrollando la tesis que por más violencia que se ejerza en el país, por parte del oficialismo, para imponer una dictadura; el tiempo actual juega en contra de ello.

No se detiene el tiempo porque alguien con un fusil Kalashnikov u otro de mira telescópica y visión nocturna, le dispare al reloj de la torre, como en las páginas de El forastero. Anda el mundo y nadie lo ataja. El presidente de China, Hu Jintao, sabe que tiene el tiempo medido, que no habrá adulteraciones de la Constitución, de ahí que piensa en el sucesor. Vladimir Putin tiene inmenso apego al poder porque siempre respiró poder y puede aspirar a primer ministro, pero no va a alterar la Constitución para eternizarse como otra momia de la Plaza Roja. Luiz Inácio Lula da Silva no oculta sus elogios a la alternabilidad porque es oxígeno de la democracia y expresión de democracia republicana.

El autor escribió hace dos semanas “Ruiz Pineda, octubre 21, 1952” :
Escritor y pensador político, Leonardo dejó un legado invalorable. Conviene regresar a sus textos, a sus incesantes batallas, a la relectura de sus ensayos políticos y no esencialmente políticos porque no hay divorcio entre el intelectual y el político o el pensador social obsesionado por un destino y una causa. Entre sus mejores textos está el ensayo de interpretación de Venezuela que abre las páginas del Libro Negro, aquel sumario de Venezuela bajo el terror, aquel proceso a la dictadura y a sus cómplices nacionales y extranjeros que asumió a plenitud, a conciencia del enorme riesgo que comportaba denunciar a la dictadura como sistema y al dictador como beneficiario, en un país donde la más férrea censura de prensa le impedía a los ciudadanos enterarse de los grandes escándalos financieros, de los grandes crímenes, de los "tratos de la noche" que hacían la felicidad de la élite militar que sometía a la nación.

Manuel Caballero escribe hoy “¿Votar a los dieciséis?”
(en El Universal), vuelve con la discusión sobre la “nueva Constitución” que el comprende como la eliminación de “toda constitución”, pero esta vez se refiere a la reducción de la edad para votar y dice:

En nuestro discurso de incorporación a la Academia de la Historia lo planteábamos en la siguiente forma: Trajimos a cuento una idea que Cicerón expresaba hace más de dos mil años : "Quienes ignoran lo que ha ocurrido en el mundo antes de que nacieran, son siempre como niños". Tal vez el elocuente orador romano pensaba en la inocencia de los niños; pero no todo es angelical en ellos. Par Lagervist, el escritor sueco que en 1951 obtuvo el Premio Nobel, escribió un cuento sobre un pueblo como Prusia, que "no era un país que tenía un ejército, sino un ejército que tenía un país". Habiendo dominado toda Europa, y cansados sus soldados de no tener enemigos a su medida, decidieron formar batallones de niños; los cuales enviaron a los países vencidos como fuerza de ocupación. Al cabo de poco tiempo, los países ocupados rogaban una sola cosa: que les envíasen para dominarlos un ejército de adultos. Porque al contrario de lo que podría pensarse, los niños son conservadores, autoritarios, no suelen rebelarse contra la jerarquía y son capaces de cumplir sin chistar la orden más inhumana; son no sólo crueles sino sistemáticos en su crueldad: humillan y hasta torturan a los más débiles y se rinden ante el superior, el más fuerte; de quien aceptan sin cuestionar hasta el peor castigo, ante el cual sólo tienen el recurso de las lágrimas para impetrar el más humillante perdón. Esta es la sátira más certera posible sobre lo que todo fascismo, todo totalitarismo, todo militarismo, emprende con su pueblo: reducirlo al estado de niñez mental. Acríticos, sumisos si bien llorones, obedientes al Padre Protector, crueles y despiadados.

El autor escribió hace dos semanas “El Che fascista de Rafael Ramírez” (en El universal):

Tenemos a mano un ejemplo muy elocuente. Pdvsa ha hecho instalar unos inmensos carteles con la figura del Che Guevara tamaño heroico. Al lado, también en grandes letras, una supuesta frase suya que a la letra dice : "Si avanzo, seguidme; si me detengo empujadme; si retrocedo matadme". Yo había escuchado esa frase en Roma ante un auditorio de periodistas, que había estallado en carcajadas y se había retirado entre divertido e indignado. La citó la señora Nhu, viuda del presidente títere de Viet Nam del Sur. La frase era la misma que ahora aparece en los carteles de Pdvsa y que según Madame Nhu, pronunciaba siempre y con mucho énfasis su difunto marido. Me intrigó la carcajada de los periodistas italianos, hasta que uno de ellos me aclaró que la frase original era del Duce Mussolini: "se avanzo seguitemi: se mi fermo, spingetemi; se indietreggio uccidetemi; ma se mi uccidono vendicatemi!". He aquí pues, al Che Guevara vestido por Rafael Ramírez en Pdvsa con la camisa negra de los squadristi fascistas. Un hombre de su poder económico puede pagar asesores que le eviten esas metidas de pata. No es pues un gazapo: lo que hay es más que simpatía, identificación con el fascismo. Aunque hasta ahora, creía que Ramírez simpatizaba más con la gente del Capitán Röhm en las S.A. alemanas.

Elías Pino Iturrieta escribió ayer “Chavismo y xenofobia” (en El Universal), recordándonos lo que la mayoría de los venezolanos neganos, que en nuestra historia la intolerancia tiene su prontuario.

Los abismos hacia los cuales nos está precipitando la "revolución bolivariana" se hicieron patentes en unos carteles de ignominia con los cuales algunos de los partidarios del oficialismo se opusieron a la marcha estudiantil. Elevados sin rubor sobre la multitud, los carteles solicitaban que se expulsara del país a "los hijos de los inmigrantes de mierda", una petición que nadie se había atrevido a hacer en los últimos años, por lo menos públicamente; un deslinde monstruoso que nadie en nuestros días había tenido el descaro de proponer a la vista de todos, o que apenas había derramado su veneno y su estupidez en escenas herméticas.

(…) se puede calcular la perversión capaz de multiplicarse cuando los clamores de un exorbitante nacionalismo suenan en nuestros oídos y llegan al extremo de pasearse en carteles contra los hijos de los inmigrantes. El solo hecho de su maldad intrínseca, aunque también, por añadidura, el sentir cómo el "bolivarianismo" obliga a nuestros hijos a la inmigración, invita a oponerse sin vacilaciones a un parecer tan deshonroso. O, mirando hacia más atrás, la audacia de recordar que fue en este país apacible y acogedor donde se suscribió entre vítores la Proclama de Guerra a Muerte.

Hace dos semanas el autor escribió “La confesión de la perpetuidad”
Chávez Luego de insistir en cómo eran ellos una débil presencia, luego de mofarse de unos reyes despedidos del trono, concluyó el capítulo con una coletilla brutal: "Por eso yo no quiero ser ex presidente". A estas alturas y sin necesidad de escucharlo, a nadie escapará que tal sea la meta que persigue, cuyo itinerario ha fraguado a la vista de todos desde su ascenso al poder. Luego de desmantelar a las instituciones democráticas, para no convertirse en ex presidente ahora busca la destrucción de las instituciones que él mismo promovió. Las quiere mudar para que se transformen en el asiento de una estrambótica monarquía. Pero también quiere cambiar la sensibilidad de los gobernados, la convivencia construida en un camino de sacrificios y trabajos, los hábitos de la colectividad aclimatados en una cara tradición liberal que debe desaparecer para que un individuo quede señalado en las páginas de la historia por el único asunto que le interesa: no convertirse en ex presidente. (...)Si el discurso llega a concretarse, Venezuela puede llegar a su escala más profunda de degradación moral. Aunque también, después de podar las ramas que impiden la observación del bosque sembrado de palabras vacías, elevarse hacia la cima de un escalafón de dignidad. Sólo debe probar cómo clama para que Chávez se convierta de veras en ex presidente.

Que me perdonen el resto de historiadores que opinan en la prensa y que siempre reseño, y los lectores que no les hablé de la semana pasada; debo seguir corrigiendo, y trabajando en fin de semana.

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2 comentarios:

Antonio Ricaurte dijo...

1) Gracias por la noticia del libro sobre los Grandes Aviadores venezolanos.

2) Concuerdo con Manuel Caballero respecto del uso de los niños. Es no sólo horrendo en la práctica sino que puede devenir en la peor de las atrocidades.

Una de las cosa que me lleva a esa conclusión fue un libro sobre espiritimo que me enseñó sobre las almas de los infantes. Estos, al carecer del aprendizaje propio del bien y del mal, de lo bueno o lo malo, carecen de ética y moral. Por lo que estas almas (y no me refiero sólo a los muertos) necesitan aprender y crecer para entender los conceptos como deferencia, respeto, honor y hasta piedad.

En ese libro se indicaba que de todos los espíritus, los más difíciles de trabajar eran los de los infantes porque prácticamente había que reinventar la rueda. Si ya es difícil educar un niño (pregúntenle a cualquier maestra), ahora imagínese la misma situación pero con alguien intangible. Claro, puede ud. creer o no en que existan espíritus (mi madre suele decir que no cree en brujas, pero de que vuelan, vuelan!") pero todos tenemos alma y ahí, vivo o muerto, el concepto es igual.

Y es que los infantes pueden ser tan crueles como se pueda llegar a ser. Un infante no tiene noción del daño, del dolor ajeno, de la empatía o de la simpatía. Un infante puede asesinar sin remordimiento y peor aun, crecer en la violencia para abrazarla como "buena". Por ello es que los azotes de barrios son tan peligrosos, no tanto por la violencia interna que cargan sino por la ausencia de valores y principios sociales: ellos se reinventan sus valores y la vida, como la conocemos, carece de significado. El respeto como ellos lo interpretan es totalmente distinto a nuestra definición y es un arma, un cañón humeante o un charco de sangre lo que los define. Culpabilidad? Remordimiento? nada que ver.

Ahora, extrapolemos esto a un estado donde los infantes son llevados a votar: es realmente como darle un sable Samurai a un mono. Y no sólo hará un daño terrible a la sociedad sino que no habrá sentimiento de dolor, culpa o remordimiento o responsabilidad. Serán una maquinaria perfecta de violencia. Y la culpa será tanto del que le da el sable (el gobierno) como de quienes pasivamente aceptamos ese oprobio.

Creo que tendré más tiempo esta semana, así que por lo que se ve, los bloggers estaremos muy activos discutiendo de la reforma y el acontecer del país.

Un abrazo,

AR

Anónimo dijo...

Gracias por tu comentario!! auqnue no termino de convencerme que los j+ovens voten por su alteza Hugo I.

saludos

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