Los culpables que no pueda dedicarle el poco tiempo de lectura que me queda después de las actividades relativas a la docencia, a temas de historia. En un momento de descanso tomé el libro de cuentos: Crímenes (2009) de Barrera Tyszka, y quedé atrapado. No hay un adjetivo que nos suene extraño, no hay expresiones cursis por ningún lado, solo nos deja el deseo de saber cómo terminará cada historia. Me gustó mucho "Balas perdidas" sobre la polarización política en Venezuela, el que se refiere a la extraña obsesión de morder perros que tiene un desempleado y el que busca romper el mito del "buen revolucionario" (exguerrilleros en Iberoamérica) en las "Venas abiertas".
Una vez conocí a Barrera Tyska en una evento literario. Estaba solo en una esquina en medio de muchas personas, cosa extraña para una personalidad pública. Me le acerqué y quizás por timidez le hice la idiota pregunta: "¿Usted es Barrera Tyska?". Desde ese momento creo que se fastidió y solo cruzamos unas pocas palabras. No me pareció muy simpático, quizás yo fui el culpable por la forma de abordarlo.
Hace más de dos años supe de la existencia de los "Diarios literarios" de Alejandro Oliveros, y me inspiró para publicar un conjunto de "crónicas-diarios" sobre mi percepción y experiencia diaria en lo relativo a la política, la docencia y la lectura. A pesar de ello solo había leído fragmentos en internet; hasta que en los últimos días, gracias la biblioteca universitaria, he podido leer el primero que fue publicado: Sin parar un punto, Diarios literarios, 2000-2001 (2009) publicado por Equinoccio-USB. No voy a negarlo, envidio ("sanamente") su vida dedicada a la lectura, escritura y un poco de clases. Quizás una de las partes que más me han gustado es cuando describe las rutinas diarias, la calle y la situación política, el clima y su lucha para no ser absorbido por el trabajo poco productivo en lo literario. Es una lectura relajante. Por acá le dejo algunas frases sobre la docencia:
Valencia, miércoles 12 de enero, 2000
Primer día de clases del año. Dejo de escribir (...) y quedan en suspenso todas las lecturas.
¡Qué identificado me siento!
Valencia, miércoles 9 de febrero, 2000
El período de clases ha terminado y ahora toco corregir, entregar notas y todo lo que hace de la docencia un oficio ingrato.
Profeballa
Razón y sentido de las bibliocrónicas son fundamentalmente la redacción de mis experiencias bibliófilas, pero para una explicación más amplia de dicha crónica leer acá.
2 comments:
Yo estuve en algunas de las clases de Alejandro Olvieros y de Alberto Barrera T. Entiendo muy bien por qué los culpas.
;) Saludos! GRacias por comentar y contarnos.
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