Texto de su biógrafo: José Alberto Olivar
Hace seis décadas apenas, un hijo ilustre del Táchira fue despedido con la sobriedad que siempre lo caracterizó en la ciudad de Caracas el 30 de agosto de 1950. Su nombre era Román Cárdenas Silva.
Habíase desempeñado por más de diez años las más altas posiciones dentro del gobierno del general Juan Vicente Gómez, atesorando la confianza absoluta del caudillo andino.
Ministro de Obras Públicas (1910- 1912) y Ministro de Hacienda (1913-1922). Fue además uno de los principales impulsores junto al ingeniero Luis Vélez, de la construcción de la Carretera Central del Táchira, obra que marcó la plena incorporación de la entidad a la dinámica política y económica de Venezuela en el siglo XX.
Descendiente de una larga prole de agricultores, clérigos y funcionarios de su Táchira natal, fue en Peribeca donde tuvo lugar el alumbramiento de Román Cárdenas el 9 de agosto de 1862. En su mocedad fue discípulo del gran maestro, Monseñor Jesús Manuel Jáuregui, correspondiéndole varios lustros después gestionar la repatriación de sus venerables restos.
Al momento de partir con rumbo definitivo a la capital de la república, se había ganado el respeto y la admiración de sus paisanos al dirigir con eficacia, la construcción de un mercado y un colegio de primeras letras en Capacho, que aun hoy siguen en pie.
Pero la mayor labor que hizo de su nombre una referencia obligada entre los estudiosos de la economía y la ciencia administrativa, lo representó la reforma de la hacienda pública nacional en 1918 cuyos pilares fundamentales se conservaron vigentes por más de cincuenta años.
Llamado por algunos “mago de las finanzas públicas”, supo sortear con acierto y prudencia los vaivenes clásicos de la economía venezolana aplicando tres reglas sencillas: reducir gastos, diversificar los ingresos y atesorar excedentes. De esa forma logró imponer, como ninguno hasta ahora, el orden, la austeridad y la pulcritud en el manejo de los dineros públicos. Sus últimos años los pasó en Caracas, gozando de la estima de todos sus conciudadanos.
Hace seis décadas apenas, un hijo ilustre del Táchira fue despedido con la sobriedad que siempre lo caracterizó en la ciudad de Caracas el 30 de agosto de 1950. Su nombre era Román Cárdenas Silva.
Habíase desempeñado por más de diez años las más altas posiciones dentro del gobierno del general Juan Vicente Gómez, atesorando la confianza absoluta del caudillo andino.
Ministro de Obras Públicas (1910- 1912) y Ministro de Hacienda (1913-1922). Fue además uno de los principales impulsores junto al ingeniero Luis Vélez, de la construcción de la Carretera Central del Táchira, obra que marcó la plena incorporación de la entidad a la dinámica política y económica de Venezuela en el siglo XX.
Descendiente de una larga prole de agricultores, clérigos y funcionarios de su Táchira natal, fue en Peribeca donde tuvo lugar el alumbramiento de Román Cárdenas el 9 de agosto de 1862. En su mocedad fue discípulo del gran maestro, Monseñor Jesús Manuel Jáuregui, correspondiéndole varios lustros después gestionar la repatriación de sus venerables restos.
Al momento de partir con rumbo definitivo a la capital de la república, se había ganado el respeto y la admiración de sus paisanos al dirigir con eficacia, la construcción de un mercado y un colegio de primeras letras en Capacho, que aun hoy siguen en pie.
Pero la mayor labor que hizo de su nombre una referencia obligada entre los estudiosos de la economía y la ciencia administrativa, lo representó la reforma de la hacienda pública nacional en 1918 cuyos pilares fundamentales se conservaron vigentes por más de cincuenta años.
Llamado por algunos “mago de las finanzas públicas”, supo sortear con acierto y prudencia los vaivenes clásicos de la economía venezolana aplicando tres reglas sencillas: reducir gastos, diversificar los ingresos y atesorar excedentes. De esa forma logró imponer, como ninguno hasta ahora, el orden, la austeridad y la pulcritud en el manejo de los dineros públicos. Sus últimos años los pasó en Caracas, gozando de la estima de todos sus conciudadanos.
1 comment:
Buen Articulo, recientemente escuche un Podcast de La Palabra Compartida en donde mencionan que en 1912 Juan Vicente Gomez le notifico que le daria el cargo de ministro de Hacienda, por lo que pidio permiso para Viajar a Londres y prepararse bien para ejercer tal cargo. En efecto, ya en el 1913 estaba de vuelta y ejercio el cargo. Saludos.
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