martes, mayo 18, 2010

¿Se inicia el debate historiográfico entre historiadores oficialistas y no oficialistas con la respuesta de Luis Pellicer (CNH) a Carrera Damas? (II)

COMENTARIO BLOGUERIL:
El historiador oficialista Luis Pellicer no le bastó con la respuesta a Carrera Damas (ver acá), ahora nos ofrece una segunda parte donde ataca al resto de los historiadores no oficialistas (ver aquí) porque no nos deja transcribirlo. No sabemos si estos últimos les responderán, sospechamos que no directamente. Más adelante comentaremos el escrito de Pellicer, una primera revisión nos deja con un sentimiento de lástima.
Acá el artículo de Pellicer, y una noticia extra de Mario Sanoja con un lenguaje más comedido pero con el mismo objetivo.

Revolución y memoria histórica

martes, 18 de mayo de 2010


Luis Felipe Pellicer
Desde el taller de costura del rancho de Josefina

Que unos historiadores tengan la legítima intención de reescribir la historia; que lo asuman, además, como su obligación de funcionarios públicos de un Ministerio del Poder Popular en un Estado cuyo gobierno es revolucionario, no debería crispar a otros colegas (con la venia de sus mercedes) que no sólo la han reescrito, sino que ahora pretenden borrar lo que escribieron y lo hacen, también, desde una o varias instancias del Estado.



Lo que les estremece, en el fondo, es haber perdido el privilegio de ser los únicos autorizados por los poderes de (su) turno para hacerlo y lo que más lamentan es la certeza, que les da la experiencia del oficio, de saber que el de ahora es un poder popular y no es pasajero. ¿No será mucha pedantería de este “pobre diablo” (lo de pobre sí, lo de diablo, no me atrevo: por cristiano y porque según dicen el diablo es sabio) decir que a estos historiadores de la Academia lo que les irrita más es que quienes asumimos la historia insurgente, hemos sido sus discípulos y no nos calamos más la estratificación feudal que impusieron en el oficio?
El asunto, lo sabemos, no es la historiografía y menos una discusión teórico-metodológica acerca del oficio. El asunto es la política. Es decir, la perspectiva desde la cual se escribe y se reescribe la historia. Hemos afirmado que la vamos a reescribir para el pueblo y con el pueblo, pero es más, la estamos reescribiendo con los consejos comunales, con los fundos zamoranos, con los estudiantes, con los investigadores, con los maestros, con los profesores y, sí, con los militares. Con los militares, porque nuestros militares son el pueblo en armas, desde hace más de dos siglos. Las milicias, lo saben todos los eruditos de la Academia, no son invento de esta revolución. Había aquí milicias durante el período colonial y fueron las que hicieron la guerra de Independencia. Que tengan una disciplina y un entrenamiento especial, como lo tienen los historiadores y todo el que se mete en una Universidad, no los hace menos pueblo. Para muestra un botón: el comandante Chávez, que no sólo es del pueblo, sino que lo expresa en todas sus dimensiones, sobre todo en una que les duele mucho a los “desechos ideológicos” de la oligarquía: en un gobierno para el pueblo y con el pueblo.
De la acción histórica de los militares, de todo como en botica, como también la de los civiles. Otra vez un maestro nos alumbra. Al biografiar a Laureano Vallenilla Lanz, quien no tenía charreteras, Elías Pino afirma:
(…) su obra más conocida es Cesarismo democrático (…) donde utiliza la metodología y los supuestos teóricos de la escuela positivista, examina en ella el pasado venezolano en estrecha relación con la coetaneidad, para concluir en la justificación del caudillo como ‘gendarme necesario’ al considerarlo como un corolario natural de la evolución colectiva de la sociedad venezolana.” Diccionario de Historia de Venezuela, Fundación Polar. T. 4. p. 192.
Civil e historiador, Vallenilla justificó un verdadero régimen dictatorial, el peor, el liberalismo salvaje en su pasta, hasta que se demuestre lo contrario. ¿Qué decir de Gil Fortoul? ¿Qué decir de todos los civiles que mataron, aprisionaron y mortificaron sin cuento? ¿Qué decir de los chácharos gomecistas (dígalo ahí abuelo Pancho), los esbirros perejimenistas, encabezados por el mecenas de muchos académicos, Don Pedro Estrada; los discípulos de Posada Carriles, los López Sisco y los Simonovis?
Apreciamos a nuestros maestros. No creemos estar haciendo otra cosa que darle continuidad, profundidad y popularidad a sus enseñanzas. Agradecemos al mercader de la esquina de San Francisco la sugerencia de distribuir los documentos del Libertador y del Precursor en el puente de las Fuerzas Armadas. Los pondremos a disposición en todos los puentes construidos y los que estamos construyendo, una vez conservados, preservados, digitalizados y publicados por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura. Los pondremos a disposición de todos, justo en los lugares donde se pueden conseguir las obras de la historiografía escrita por los ideólogos de la burguesía, cuyas bibliotecas han sido rematadas por sus deudos después de repartir la herencia.
Advertiremos, como corresponde a nuestro aprendizaje, que se debe hacer una lectura crítica de todos los textos o al menos ojearlos para verificar las fuentes. Haremos un ejercicio de técnicas a partir de la obra de la zarina roja, Carmen Bohórquez (Suma Cum Laude, Université de la Sorbonne Nouvell Paris III, 1996) titulado: El Papel de Miranda y su generación en la emancipación latinoamericana: identidad, integración regional y gobernabilidad, y disfrutaremos de las interpretaciones de nuestra apreciada Lina Ron y de las agudas observaciones de Darío Vivas, y de todo el que quiera acercarse a la velada de lectura colectiva.
La edad no es ni virtud, ni defecto, es simple estadio vital, pero ¡por Dios! hay que saber cuando retirarse, quizás un buen momento sea cuando las vísceras se nos convierten en neuronas.
Más de quince años tenemos en estas andanzas por la historiografía, sin estudiar a profundidad lo político o lo militar. Apenas, si hemos barruntado unas palabras sobre lo social y lo ideológico, denominado otrora con el eufemismo de mentalidades. Aunque hemos trabajado la ideología de las élites, nuestros maestros siempre nos han visto como mulatólogos. Normal, un chivato de Cotiza, no podría tener la sutileza para desentrañar la criptografía mental elitesca. Pero, como cualquier resentido uno se empeña en hacerlo y, lo que es más: lo hace. Hasta lograr “hablar de soga en casa del ahorcado”. Conocer los mecanismos de la opresión es imprescindible para desactivarlos. Quieran o no, mis “venerados” enseñadores, esa es la tarea en revolución. Desde hace quince años tratamos de ver la otredad y lo que vemos es una mismedad.
Como la revolución, esto de la memoria histórica es un proceso abierto, continuo y actual.
Lo siento Rosalbita.
Mario Sanoja: "Estamos buscando construir un nuevo discurso histórico"
A propósito de los 200 años de independencia, Venezuela se presenta como protagonista de nuevos movimientos emancipadores, que involucran la liberación intelectual necesaria para destapar la historia que durante siglos fue minimizada e inclusive, ocultada
La historia oficial venezolana legitima la participación de la burguesía y los mantuanos venezolanos en la guerra de independencia, pero no habla de aquellos que dieron por la Independencia lo único que tenían: su vida. Esos son precisamente los que llaman pardos, esclavos, negros manumisos, mulatos, sambos, etc., gente que hizo posible la emancipación, gente que no aparece en ninguna parte en la historia oficial. “Estamos buscando construir un nuevo discurso histórico que explique ese proceso de independencia en los términos de la revolución socialista venezolana”, esa es la fundamental característica de la presente conmemoración de los 200 años de emancipación. Estas reflexiones fueron expuestas por el profesor Mario Sanoja durante su participación en el Foro “Ideas de la Independencia”, realizado en la Universidad Bolivariana de Venezuela, bajo la responsabilidad del Ministerio del Poder Popular para la Cultura (MinCultura) y Monte Ávila Editores, con el objetivo de crear espacios de discusión sobre el libro como herramienta indispensable en todos los procesos emancipatorios de América Latina, a propósito del Bicentenario de la Independencia.Sanoja es ensayista, sociólogo, antropólogo, profesor titular jubilado de la Universidad Central de Venezuela y docente actual de varias casas de estudio nacionales e internacionales (España, México, Puerto Rico, Colombia y Kenia).El foro también contó con la intervención de la comunicadora social y docente Modaira Rubio. Durante el desarrollo del mismo, ambos ponentes, destacaron el carácter discriminatorio de la historia denominada oficial, en contraposición de una historia que emerge como parte del proceso revolucionario que vive Venezuela actualmente y que sin duda, busca reivindicar las voces silenciadas por la burguesía y/o los poderes imperialistas.Sanoja explicó que para el 19 de abril de 1810 la lucha emancipadora se vio marcada por dos agendas, de las cuales sólo conocimos la elaborada por la burguesía colonial mantuana, que se formó apropiándose de la tierra de los indígenas, así como de la fuerza de trabajo indígena - al principio- y posteriormente, de la esclava; beneficiándose de la plusvalía. La otra agenda o proceso de rebelión pertenecía a la masa popular y estuvo prácticamente oculta por la historia oficial.Hoy en día, la historia alternativa o no oficial que se está construyendo en el país y que busca explicar el por qué surge en Venezuela una revolución Bolivariana y Socialista, se fundamenta precisamente en esas dos agendas. “Los hechos históricos están allí, pero lo importante no es tanto narrar el hecho tal cual como fue, sino interpretarlo, ya que no ocurrieron de gratis, sino que son la expresión de un contexto social, económico, político, filosófico e ideológico”, aseveró Sanoja al referirse al papel de los escritores y lectores alternativos.Al reflexionar sobre el rol de los desposeídos en la historia oficial, resalta el trato superficial que se le daba a los mismos. Al respecto Sanoja apuntó: “Cuando se habla de los negros, mulatos, sambos, etc., se hace de forma efímera, aun cuando entonces ocupaban un 80% de la población venezolana, concentrada fundamentalmente en toda la costa del país, desde Paria hasta Zulia. Y dentro de ese contingente de gente excluida y pobre, el sector más maltratado eran las mujeres, que no tenían ningún derecho, a pesar de constituir la mitad de la población”.Referente a esto, Modaira Rubio, especialista en temas de igualdad de género, planteó como un ejemplo vivo y claro, el caso de la redención de la participación de la mujer en la gesta de independencia, que estuvo totalmente invisibilizada durante 200 años, prácticamente hasta que llegó la Revolución Bolivariana. Recordó la campaña denominada “Rescate de la Memoria Histórica”, emprendida por el Instituto Nacional de la Mujer, que condensa en folletos el aporte que dieron muchas heroínas que fueron ignoradas porque no tenían un apellido o porque no eran esposas-compañeras de ningún protagonista de la historia (como Luisa Cáceres de Arismendi o Manuelita Sáenz). De igual forma, aplaudió la iniciativa para llevar a las heroínas al Panteón Nacional, empezando por Urquía, la compañera del Cacique Guaicaipuro.“En ninguna parte de la versión oficial vimos a nuestras heroínas, a las mujeres soldadas que ofrecieron su vida por la guerra, aquellas que mantuvieron la economía de las haciendas cuando los hombres se fueron al frente y quienes produjeron los alimentos, los enseres y el avituallamiento de las tropas; ese es un claro ejemplo de lo que es la historiografía burguesa y de lo que busca esa historiografía que llamamos alternativa, que no es otra cosa sino la verdadera historia de los pueblos”, manifestó Rubio.La verdadera emancipaciónOtra de las reflexiones que se originaron en medio de la discusión fueron las respuestas a interrogantes como: ¿Por qué se dice que la lucha continúa? ¿Por qué se habla de revolución?Al respecto Sanoja dilucidó sobre la lucha de esa gran mayoría ignorada de la que se hizo mención antes, gente pobre y dominada que peleaba por resolver su pobreza y hacer valer su mayoría numérica. Rebeliones que minimiza la historia al hacerlas ver como un simple desorden o desorganización nacional.“La emancipación no fue completa por eso, porque fue tal cosa para unos, pero al mismo tiempo significó la explotación y la esclavitud para otros (…) Por eso cuando hablamos del Caracazo, estamos hablando del comienzo de otra independencia, que es la rebelión de ese 80% de gente pobre contra el paquete neoliberal que le quiso imponer una oligarquía aliada ahora con una clase política compuesta por AD y COPEI fundamentalmente”, afirmó.Para Sanoja, esa fecha marcó el colapso de la hegemonía social de la oligarquía venezolana, culminando en el año 1998 con la elección del presidente Hugo Chávez, momento para el cual, finalmente, esa enorme masa popular comienza a tomar el poder para convertirse en la clase dominante. El profesor reveló que este segundo siglo de emancipación de América Latina coincide con un momento de la historia de la humanidad que está muy definido por un proceso de cambio global, que tiene que ver con el colapso del capitalismo, no solamente en Venezuela, sino en muchos otros países.“El capitalismo es una obra humana, por lo tanto, es histórico: Nació, se desarrolló y ahora está en su fase final, mostrando el decaimiento de las formas sociales vinculadas a este modelo, expresó.Por su parte, la periodista Modaira Rubio, agregó que “en la resemantización de la historia vamos viendo nuevas ideas en el plano de la relación de Venezuela con el resto del mundo, que tiene que ver con el nuevo papel de tener un obrero o un campesino al frente de la conducción de los países más importantes de América Latina”.Hizo mención a la importancia de leer entre líneas y de conocer, a través de los libros y demás comunicaciones, la posición de Bolívar acerca de lo que él vislumbraba como la hegemonía norteamericana, lo cual está en cartas que durante siglos fueron silenciadas y que ahora se han dado a conocer. “El Estado venezolano, a través de la plataforma del libro, ha ido rescatando publicaciones, pero está en nosotros buscar autores que nos puedan dar una versión de la historia desde ese punto de vista que no nos cuenta la historiografía burguesa, ya que como lectoras y lectores tenemos el deber de consolidar las ideas libertarias que llegamos a conocer a través del libro”, puntualizó.
Prensa MinCI / Berenice Sulbarán

10 comentarios:

José A. OLivar dijo...

La cosa se pone fuerte. La herida fue tan profunda que no fue suficiente un panfleto, sino 2 y tal vez más. ¡Amanecerà y veremos!

El Teatrero dijo...

Bueno tipico de este régimen. A ver si lo entendí, los civiles como eran Burgueses no tenían relación con el pueblo, porque el militar mayor es la simbologia del "pueblo armado". Nos olvidamos entonces Vargas, pero Simón Bolivar que estuvo toda su vida en su casa de mantuanito y Francisco de Miranda que se hecho todo un viaje por Europa, ¿Esos si tenian una causa noble y los otros no? Porque Miranda dio su vida por Venezuela, ¿a Roscio lo excecramos por no haber tenido charreteras? ¿O sea que a los civiles por tener ideas no cuentan? A no ser claro que se trate de Marx, ese sí era un santo varon, que jamás en su vida se puso un casco para la guerra... Ah pero ese sí cuenta como buen civil. CARAJO... J. Vidal

Anónimo dijo...

"Desde hace quince años tratamos de ver la otredad y lo que vemos es una mismedad"
Me pasa exactamente lo mismo con ese escrito. No veo diversidad en su discurso, no veo al otro. Sólo veo uniformidad, alineación con el discurso de quien esta en poder y el cual acostumbra a acallar a quien piense distinto (así sean de sus mismas filas) y a uniformar a quienes le siguen, tanto fisica como mentalmente hablando.

Profeballa dijo...

Gracias por los comentarios. Gracias profe, y a el gran Teatrero, y al anónimo. Me pregunto si no hay otra forma de realizar un debate... ¿siempre hay que "carajear" al que piensa distinto a nosotros?.

Dantesol dijo...

¡Que espectáculo tan lástimoso! Empiezo a creer que el resentimento político-ideológico de Pellicer se sigue centrando en algo meramente personal, a pesar que trate muy hábilmente de calibrarlo y clasificarlo (ocultarlo pues) en algo doctrinal.

Pareciera que Pellicer siente frustración que en sus más de 15 años, sólo posee una publicación de cierto renombre, sobre el tema que el mismo mancilla como "Mulatología" ("La Vivencia del Honor en la Provincia de Venezuela") mientras que en un lapso similar, ya Carrera Damas se había creado una gran fama y prestigio con sus obras publicadas.

¡¡¡Cuánta compasión me provoca ver este "debate" que por su baja calidad humana se quedará como los monólogos que parten desde el chavismo!!!

PRofeballa dijo...

Mil gracias maestro y amigo!.

El Teatrero dijo...

Ah, si lo de la "carajada" fue conmigo, me disculpo maestro. No me contuve, la convivencia es dificil con quienes tienen animos de insultar. Pero respirare hondo y recordare que mis principios democraticos están en los valores de la concordia y la tolerancia (en su sentido moderno claro)

Profeballa dijo...

No vale, no es contigo teatrero. Hablo del que insulto a todo el mundo los domingos, y a los que lo imitan.
SAludos!

Kremlin dijo...

A mi me parece bien que se debata abiertamente sin "gallos ideológicos tapados". La historia está viva y el debate que se está dando entre los especialistas demuestra el gran impulso que ha tomado la ciencia histórica en Venezuela...por otra parte, es vergonzoso que algunas de las personas que comentan sólo hagan juicios de valor y no evalúen la trascendencia del debate...debate que es necesario para el avance de nuestra disciplina científica. Saludos a mi estimado Prof. José A. Olivar quien en el IPC estimula constantemente la labor investigativa, gran labor.

Julio-Debate Popular dijo...

Un debate interesante que tiene seguramente muchas aristas para analizar desde las circunstancias que fueron sucediendo para desembocar en el presente con Chavez.

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