sábado, abril 26, 2008

Historiador venezolano (Elías Pino Iturrieta) opina sobre el "imperialismo" como pretexto

Artículos de opinión de los historiadores venezolanos

Les dejo acá el artículo semanal del historiador Elías Pino Iturrieta que publica todos los sábados en El Universal. El subrayado es nuestro.

Otra vez sobre el imperialismo

Tal vez la cabeza no le da para más y buscan escapularios para protegerse de Mister Danger

Ya he tratado en viejas entregas sobre el asunto del imperialismo estadounidense y sobre la manipulación de Chávez alrededor de su influencia; pero, como no ceja en su empeño de meter a la Casa Blanca en todos nuestros entuertos, parece conveniente no dejar que el asunto duerma una siesta demasiado larga. A lo mejor nos despertamos viendo al Tío Sam amenazándonos con su dedo largo, sin reparar que apenas se trata de un espantajo que no puede asustar sino en ocasiones extraordinarias.

De tanto que el comandante refiere la existencia de un demonio cuya función es cargarse a los gobiernos revolucionarios del extranjero, puede uno llegar a pensar que lo ahorcará con su cola cuando salga a hacer sus cosas; o, por el contrario, tendrá uno ganas de enrolarse en sus filas a ver si cobra una quincena tan jugosa como inmenso es el poder del artífice que lleva al comandante por la calle de la amargura.

La sensación no trata de negar que exista imperio, ni de que se manejen desde Washington intereses que superan sus confines geográficos ni de que haya campeado la violencia cuando han tratado de imponer esos intereses en países cercanos y lejanos a la metrópoli. Comentaban en días pasados mis alumnos el caso de la participación del embajador Corrigan en la caída de Medina Angarita, y también el predicamento más evidente de la injerencia de la delegación yanqui en el derrocamiento de Gallegos, que puede explorarse en las investigaciones de Simón Consalvi. Antes, en otro curso, analizamos la influencia del Departamento de Estado en la entronización de la tiranía gomecista y lo bien que después les fue a sus criaturas en el reparto de petróleo que generosamente dispuso el Benemérito. Más tarde, con más rumores que evidencias, no dejamos de ventilar la insólita incursión de unos compatriotas, civiles y militares, que en mala hora tocaron las puertas del Pentágono con el objeto de obtener la bendición para cargarse al gobierno transicional de Ramón J. Velásquez. De lo cual no sólo se desprende que los líderes del imperio actúan cuando se ven con el agua en el pescuezo, sino también la existencia de elementos nacionales de toda ralea que se convierten en sus servidores. Nada nuevo ha descubierto nuestro arbolario comandante, pues. Hasta en la bibliografía de la academia estadounidense se trata con pausa el asunto, no en balde es un negocio de geopolítica que requiere la atención de los intelectuales del centro y de la periferia. A menos que nos venga ahora el comandante con el discurso de que el centro y la periferia dejaron de existir desde su ascenso al poder.

Pero el punto radica en que el comandante no ha podido con el imperialismo, si se entromete de veras en todos nuestros entuertos como él arguye. Todos los hechos que incomodan a la revolución se fraguan en Washington y obtienen el financiamiento de sus agentes. Asuntos como las huelgas de los presos, el malestar de los buhoneros, las reacciones contra el currículo "bolivariano", la muerte de unos recién nacidos en la maternidad principal y las homilías del padre Ugalde, clasificados de inmediato en el libreto de intervenciones que ya debe llenar estanterías completas en atención a su grosor. Terrible situación. ¿Para quién? Para el divulgador de la versión, desde luego. Aparte de descubrir sus incompetencias de guerrero, la estatura de la atribución plantea un descomunal problema al comandante, debido a que niega cualquier posibilidad de autonomía a la historia nacional. Si todos los movimientos se fabrican en Washington, si el menor atisbo de protesta de la sociedad venezolana carece de origen doméstico, ¿cuál es el papel de los venezolanos frente a su realidad? Si los sucesos internos dependen de un solo resorte que imprime actividad desde el extranjero, ¿cómo quedamos aquí en cuanto a la misión de encarar nuestro destino y encontrar salidas legítimas? La respuesta salta a la vista: somos simples marionetas, idiotas sin memoria ni iniciativa, figuras de paja que maneja un titiritero desde una sobrecogedora fortaleza. No sé si pueda existir un análisis más reaccionario de nuestro devenir como pueblo, pero es el análisis que nos vende el comandante desde que Dios amanece. Tal vez la cabeza no le da para más y por eso andan los incautos buscando escapularios para protegerse de Mister Danger, o es la explicación que más le conviene en lo personal. ¿No le calza a la perfección la existencia de un país de pigmeos, una colectividad de borregos que se rinda sin condiciones a su voluntad? Que Venezuela se haya entrenado en su desaparición de los anales patrios, mientras en Estados Unidos se hace la única historia digna de atención, le viene como caído del cielo.

eliaspinoit@hotmail.com

2 comentarios:

Gilberto Valbuena Romero dijo...

Saludos, hace algunos días e estado curioseando su Blog y me e dado cuenta que usted es una persona muy estudiosa, preparada e inteligente, por lo cual lo felicito, pero también e observado que usted en su odio al Presidente Chávez falsea muchas informaciones, es una lastima porque de esa manera lo que esta haciendo es lo mismo de los Canales privados de TV y prensa escrita, o sea, desinformando, de todas maneras allá usted con su conciencia... Feliz Semana...

Gilberto Valbuena Romero
Barinas, Venezuela

Anónimo dijo...

Estimado señor Valbuena gracias por sus amables primeras palabras, pero està equivocado: no entienda crìtica como odio, yo no odio a nadie (trato por lo menos) y mucho menos a Chàvez. Es triste que la crìtica no sea escuchada, asì no llegamos a ninguna parte; entienda que YO AMO A MI PATRIA como quizàs tambièn usted la ama, Y POR AMARLA NO PUEDO CALLAR MI CONCIENCIA QUE ME DICE QUE VAMOS POR MAL CAMINO. Yo sòlo veo màs pobreza y sufrimiento, divisiòn y odio, sembrado por los que ahora nos desgobiernan.

Acaso no ve la corrupciòn? acaso no ve la inseguridad y lso asesinatos? acaso no ve el lujo con que viven los jerarcas del gobierno? acaso no ve que se persigue a la oposiciòn? acaso no ve la violaciòn de la Constituciòn? ABRA LOS OJOS. NO ES ODIO, es LA MISMA "INTELIGENCIA, PREPARACIÒN Y ESTUDIO" (QUE USTED HA DIHO QUE YO TENGO) POR EL CUAL DENUNCIO ESTE DESASTRE Y LA DESTRUCCIÒN DE NUESTRO PAÌS.

Feliz semana para usted tambièn

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