Al
saber del estreno de la película Hemingway& Gellhorn de Philip Kaufman y de HBO estuve a la expectativa, porque son
pocas las películas que se hacen sobre escritores. Al final pude verla y quedé
algo decepcionado. Las actuaciones de Nicole Kidman y Clive Owen son bastante
malas, hubiera preferido el Hemingway de Midnightin Paris: Corey Stoll. El guión es bastante flojo, y aunque me gustaron los
efectos de insertar los actores en los documentales de la época tal como pudimos
ver en Forrest Gump, no terminó de
convencerme. No niego que estaba esperando un film que hablara más de la
actividad escritural, pero esto resulta algo secundario en el drama; e incluso deja la impresión que lo más importante para ambos es la vida de acción más que el escribir. Aunque lo
poco que sale al respecto me gustó bastante y me hizo conocer algo nuevo sobre
uno de mis escritores preferidos. Las pocas veces que sale “Hem” escribiendo lo
hace de pie, y esto me hizo averiguar por internet sobre esta peculiaridad. Resulta ser que
lo hacía por la herida que sufrió en la Primera Guerra; pero en general parece
que era una vieja costumbre, que también tuvieron Jefferson, Dickens y Churchill.
El escribir de pie te mantiene despierto y es mucho más saludable, fue así como
me topé en la red con un mueble para escribir parado que llaman en honor a
Hemingway: "Key West writing desk".
El diálogo sobre el arte de escribir ocurre cuando Gellhorn observa
a Hemingway escribiendo de pie y con pasión, y le comenta que no le sale ni una letra... “¿Cómo
haces?”. La respuesta de Ernst para mí es inspiradora: “No hay nada que
escribir, Gellhorn. Todo lo que uno hace es sentarse frente a la máquina de
escribir y sangrar”. Ella parece poco convencida y él le grita: “Entra al ring,
boxea!” (palabras más, palabras menos). Esto me recordó y me confirmó en el
estilo vargasllosiano de escribir, el cual consiste en que no hay que estar inspirado
para hacerlos sino que hay que tener un horario y darle al teclado, “sangrar”, “boxear”
con las palabras. Entrar al ring y no salir de él hasta cumplir con el tiempo
estipulado y construir una historia, que al final es la gran victoria.
Mala película, pero motivo para conocer mejor a uno de mis grandes
maestros.
Profeballa
Razón y sentido de las bibliocrónicas
son fundamentalmente la redacción de mis experiencias bibliófilas, pero para
una explicación más amplia de dicha crónica leer acá.
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