jueves, enero 07, 2010

Katyn: genocidio comunista. Crónicas cinéfilas (XXII)

Los genocidios perpetrados por los nazis son de fácil memoria para la humanidad, de ello se encargó la propaganda aliada, todo el cine post segunda guerra y el firme propósito del pueblo judío de que “nunca será olvidada" la tragedia. En este ambiente, fue fácil ocultar los crímenes de los regímenes comunistas (o del “socialismo real”), porque no era concebible que el Estado soviético que combatió al horror hitleriano fuese idéntico o peor que este. Un buen ejemplo, es lo que nos relata la película polaca nominada al Oscar a mejor película extranjera del 2007: Katyn. Por más de 40 años, la Unión Soviética engañó a todo el mundo, al hacernos creer que el asesinato de toda la oficialidad del ejército polaco (y de otros ciudadanos, entre 15000 y 220000 víctimas) no fue planificado y ejecutado por ellos.

El film me ha cautivado, no sólo porque poseo una simpatía hacia el pueblo polaco – no voy a negarlo -, sino por la magnitud de la tragedia y porque nos logra transmitir, no sólo la monstruosidad del crimen, sino por la intención de ocultarla e incluso endilgarla al otro totalitarismo. Sólo una crítica: no se preocuparon por mostrar el paso de los años, ni la situación de hambre y deterioro físico que generó la guerra en los pobladores polacos, y mucho menos en los prisioneros.



5 comentarios:

Ululatus sapiens dijo...

Ojalá pueda verla pronto. Me parece justo que se traiga a la memoria éste (y otros crímenes de la Unión Soviética).

Sin embargo, es un complicadísimo problema histórico medir la brutalidad de los totalitarismos (según Hannah Arendt, los únicos que pueden ostentar ese título)... Sin la pretensión de tratar de medir o equiparar algo que no se puede medir ni equiparar, como lo es el sufirmiento humano, yo me inclino a pensar que Stalin fue mucho más brutal con su propio pueblo de lo que jamás fue Hitler con el suyo, aunque fue mucho, mucho mayor la brutalidad de Hitler con los otros pueblos que Stalin (o la Unión Soviética posterior), incluso con los mismos alemanes...

Aun a pesar de Katyń, de la descarada actitud antipolaca de Stalin y de otras atrocidades, más la dictadura que sufrió Polonia por más de 40 años, el pueblo polaco nunca fue abiertamente esclavizado ni estuvo al borde de la extinción cultural y física bajo el comunismo soviético, mientras que sí lo estuvo bajo el nazi. Y es algo que les cuesta mucho trabajo reconocer a los polacos: Polonia jamás hubiese sobrevivido a 40 años de ocupación nazi (recordemos que sólo en 5 años, murieron entre 6 y 7 millones de polacos, incluyendo judíos).

Profeballa dijo...

Gracias por tu comentario. Es cierto, son dos formas distintas de totalitarismos, con intensidades en la aplicaciòn de la violencia.

No sè si es una responsabilidad històrica ser agradecidos porque un règimen o un invasor sea menos brutal que otro, o las magnitudes del sometimiento por otro. Puede ser un tema para historiadores, pero para un pueblo que anhela libertad no lo creo.

Un abrazo

José Ignacio Caballero dijo...

Será que los comunistas alguna vez sientan lo que es tener un paja en el ojo?

Profeballa dijo...

Creo recordar que en 1989 algunos pidieron perdòn, auqnue sòlo recuerdo a Gorbachov, y antes a Krushev, pero...

Corbu dijo...

En primer lugar quiero felicitarlo por su blog sobre historia venezolana que siempre es bueno conocer en mayor detalle.

Sobre el tema de la brutalidad de la URSS contra otros pueblos es cuestión de muchos factores, como se ha dicho. Pero si la conquista de Polonia por parte de la URSS hubiese dependido del exterminio de todos los polacos, a Stalin no le hubiese temblado el pulso, como no le tembló cuando provocó la hambruna en Ucrania (1932-33).

Por otro lado, como el expansionismo soviético siempre pudo realizarse con medios menos obvios y catastróficos que una guerra mundial, siempre parecerá estar detrás del nazismo, pero los resultados fueron básicamente los mismos: conquista y muerte.

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