Al definir caudillo, la autora lo hace sinónimo del personalismo político y de la autoridad carismática weberiana. "El ejercicio del poder carece de todo carácter jurídico o aparato teórico. El vínculo y la obediencia que se establece entre el caudillo y la masa que lo secunda no están fundamentados en ninguna doctrina racional o institucionalizada, sino en el interés propio y en los sentimiento que se profesan al caudillo” (p. 135). Este vínculo (caudillo-masa) se da por lo que llama Weber: carisma, que es una cualidad que pasa por extraordinaria (condiciones mágicamente en su origen, lo mismo si se trata de profetas quede hechiceros, jefes de cacería o caudillos militares). Esas cualidades son valoradas y admiradas, según la autora, por el inconsciente colectivo que se ha desarollado en el pueblo venezolano desde la colonia (p. 137).
Existen condiciones sociales y políticas que han permitido la aparición del caudillismo, como la "economía no integada, por tanto conflictual entre regiones" y donde el El caudillo es visto como la posible fuente de tierras o capital, y defensor a su vez de la patria chica. A su vez, la ausencia de una identidad nacional, a la cual está ligada un Estado débil por no decir inexistente.
¿Cuáles fueron los móviles síquicos o mentales que condicionaron la obediencia al caudillo?. La legitimación de una dominación carismática “santidad, heroísmo o ejemplaridad de una persona y a la ordenación porella creada o revelada” (Weber, p. 224). “La tendencia de transferir al caudillo una visión carismática viene dada por la mentalidad rural donde los códigos mentales están más apegados al mundo esotérico y simbólico que racional. Recuérdese que el venezolano del siglo XIX arrastra una gran carga religiosa; no ha surgido la transición de la mentalidad rural a la urbana. (...) Existe, además la admiración y una fuerte atracción que despierta el valor del caudillo; más la parte afectiva, que se alimenta de los vínculos de cercanía e igualdad que establece entre la tropa y el jefe” (p. 140-141).
Nuestra crítica a la autora es que usa sólo fuentes secundarias para sostener su tesis. Se puede decir que es sólo una introducción problematizada a una forma de ver el caudillo y el caudillismo.
Autor: Carlos Balladares Castillo.
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