TODA NUESTRA SOLIDARIDAD Y PÉSAME A SUS FAMILIARES Y AMIGOS.
Acá les dejamos algunos datos de su vida y carrera tomados de la red, lamentamos no haber encontrado una imagen. La noticia nos llegó gracias al amigo e historiador Tomás Straka, el cual escribió la siguiente reseña:
Ha fallecido la Dra. Nora
Bustamante Luciani.
Recordada por su extraordinaria labor al frente del
Archivo Histórico de Miraflores, al que terminó de organizar y convirtió por
mucho tiempo en un fondo documental de primera calidad, así como por su
libro Isaías Medina Angarita. Aspectos Históricos de su Gobierno, especie
de vindicación histórica del medinismo (la Dra. Bustamante fue, tal vez, la
última militante activa del PDV de la que se tengan noticias), así como su
primera monografía académica integral; también se destacó en el campo de la
medicina.
Nació un 24 de abril, en la
primera mitad del siglo XX en la ciudad de Maracaibo, capital del Estado
Zulia. Es la segunda de seis hijos habidos del matrimonio de Francisco Eugenio
Bustamante de Guruceaga con Ítala Rosa Luciani Eduardo. Su abuelo paterno
Francisco Eugenio Bustamante, eminente médico, nacido en Coro y residenciado en
el Zulia; fue el primero en practicar en Venezuela una ooforectomía por quiste
gigante del ovario derecho (1874). Asimismo su bisabuela paterna, María
Concepción Urdaneta, era descendiente del general Rafael Urdaneta.
Realizó la educación
primaria en el colegio Sucre de Maracaibo, la secundaria en el Instituto
Maracaibo y la educación superior en la Universidad Central, obteniendo el
Título de Doctora en Ciencias Médicas, en 1946, Promoción Dr. José María
Vargas. Tesis de grado: Condiciones Médico-Sociales Asistenciales del Municipio
Lagunillas, Estado Zulia. 1947.
Su pasión por la historia
queda plasmada como Directora del Archivo Histórico de Miraflores desde
los años 1979 hasta 1986, donde pública "Índice de los primeros cien
números del Boletín del Archivo Histórico de Miraflores" en 2
tomos. Otras obras Ocupó el Sillón VII de Individuo de Número de la
Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina, durante 17 años, desde el 30 de
septiembre de 1987, hasta el 5 de octubre de 2004. El título de su trabajo de
incorporación es Dr. Domingo Luciani "El Maestro". Fue
presidenta de la Sociedad de Historia de la Medicina durante el período
1995-1997, siendo la primera mujer en ocupar dicho cargo. Desde el 6 de octubre
de 2004 es Miembro Emérito de dicha Sociedad.
Pertenece a la Academia
Nacional de la Historia como Miembro Correspondiente por el Estado Miranda,
desde abril de 2001. Título de su Trabajo de Incorporación: "Nuestra mujer
académica"
Sus dotes humanísticas se
ven en la fundación de tres grupos literarios en funcionamiento: (1)
Grupo
literario "Semana", Maracaibo, mayo 1965.
(2) Grupo literario "Visión",
Caracas, marzo 1965.
(3) Grupo literario Llya
Rivas de Pacheco", San Cristóbal, mayo 1993.
Ha dado numerosas charlas y
discursos sobre diversos tópicos, donde se aprecia su admiración por el general
Isaías Medina Angarita y los doctores Francisco Eugenio Bustamante y Domingo
Luciani Eduardo.
Con justicia ha recibido la
Condecoración
"Orden Andrés
Bello" en su Primera Clase, en el año 1994 y la Condecoración "Orden
de Mérito al Trabajo" en su Primera Clase, en el año 1995. En junio
de 2007 recibió placa de reconocimiento como "Mujer Distinción
2007", por Solidaridad Internacional Valle de Caracas.
Ocuparemos desde hoy el
Sillón Nº VII de Individuo de Número de la Sociedad Venezolana de Historia de
la Medicina, que tan dignamente perteneció a la Dra. Bustamante Luciani; el
cual permanecía vacante desde octubre de 2004, fecha en que fue designada como
Miembro Emérito de la Sociedad. Pido a la Divina Providencia que nos guíe para
ocupar este sillón con tanto acierto, como mi antecesora.
Admiración y respeto
nos inspira la historiadora e investigadora venezolana Nora Bustamante,
quien ha escrito una obra impoetante para comprender etapas de la
historia de Venezuela, como por ejemplo, su libro Isaías Medina Angarita,
Aspectos Históricos de su Gobierno.
Hace más de 30 años, Nora
Bustamante creó el Grupo de estudio Visión, constituido por amantes de la
literatura que analizan semanalmente la narrativa, poesía y ensayística
venezolana y de otras latitudes, e invitan a personalidades del mundo de las
letras. El próximo título a analizar se trata de Cuentos de pareja y otros
relatos, del autor venezolano Heberto Gamero Contín, quien fue ganador del
Premio de Cuentos de El Nacional en el 2008.
A continuación,
transcribimos el escrito de Alberto Baumeister sobre la incorporación de Nora
Bustamante a la Academia de la Historia:
Un justo reconocimiento a
nuestras grandes mujeres
Alberto Baumeister Toledo
“De tantas y muchas cosas se
habla en nuestro país, sobre todo de política bobalicona, o de fatuidades
sociales, a veces hasta de cosas sin sentido, que en la mayoría de ocasiones
pasan desapercibidos ciertos acontecimientos que sí deberían tener especial
significado y reconocimiento por parte de nuestros conciudadanos, que ni se
publicitan ni se les da la relevancia que merecen, de tal manera que pasan casi
de contrabando entre las noticias habituales que trascienden al público.
Por ello me propongo en esta columna de hoy destacar la celebración de uno muy
especial, justo y sublime, poco corriente no sólo en Venezuela, sino en el
entorno mundial, ello no obstante que podría pensarse he debido dedicarla al
examen de otros muchos acontecimientos de toda índole ocurridos en estos
pasados días en quehaceres, actos y rebullicios políticos, sociales,
diplomáticos, e inclusive internacionales, pero los mismos en el actual estado
de cosas, que todos los días empeoran, si son casi rutinas en nuestro entorno.
En efecto el pasado 21 de junio en el Palacio de las Academias de la ciudad
Capital se realizó con todas las formalidades de rigor la incorporación a
nuestra Academia de la Historia, de una muy ilustrada y culta dama, la doctora
Nora Bustamante Luciani, médico, docente, investigadora e historiadora, escritora,
quien además ha sido siempre una gran venezolana, luchadora por las buenas
causas y con un verbo y pluma fenomenales, de estilo seco y poco rimbombante
pero con mucho tino en sus opiniones y quien así, con toda justicia y
merecimiento, entra a formar equipo con las otras dos únicas mujeres que
integran la citada corporación académica a esta fecha.
Comenzó la oradora por destacar que con su designación, para tan honroso cargo,
llenaba dos preciadas aspiraciones, una la de ocupar como mujer un puesto en la
misma Academia en que años antes hubo de estar por igual, en vez primera, otra
venezolana, ilustre historiadora, portentosa y humilde madre de un lote fuera
de serie de venezolanos de prosapia y lustre ( los hermanos Pérez Luciani) y en
segundo término, porque se le concedía la oportunidad, para con ello de alguna
manera, honrar precisamente la memoria de esa gran mujer que fue doña Lucila
Luciani de Pérez Díaz, su tía, y a quien lamentablemente, como suelen ocurrir
esas cosas en Venezuela, ni siquiera se la recuerda con la importancia que
significó su tránsito por este mundo, y en especial su importante y destacada
obra historiográfica de algunos de nuestros grandes héroes patrios.
Como podemos imaginarlo, el discurso en cuestión fue dedicado en gran parte a
recordar a quien fuera su tía, Doña Lucila Luciani de Pérez Díaz, destacando en
especial el mérito que comportó entonces ese especial reconocimiento a tan
ilustre matrona, pues en aquella época era poco frecuente reconocer méritos de
ese tipo ( para no decir de casi ninguno)a las representantes del sexo débil.
Admito que a pesar de esos gratos recuerdos que me produjo la invocación de los
mas resaltantes momentos de la vida de la homenajeada, me quedé en parte
frustrado, pues a mi modo de ver, mi reseñada oradora dejó de destacar con la
importancia que ello ameritaba, el hermoso, dulce y a la vez severo discurso
que pronunciara Doña Lucila al incorporarse a la Academia , por el inicio de
los años 40 y por cierto también en un mes de junio.
Ese hermoso gran discurso estuvo dirigido a examinar lo que ella llamó “Algunos
conceptos sobre el feminismo” y con una perspicacia y sutilidad notable,
destacaba desde entonces, los tristes malentendidos que engendra la inadecuada
comprensión de esa siempre inveterada confusión que pretende considerar triunfo
del feminismo, la posible equiparación absoluta entre lo femenino con lo
masculino, lo que ya calificaba Doña Lucila como “…. una calamitosa revolución
social, en la que su propulsora, la mujer, arriesga mucho para ganar muy
poco….”.
Remataba sus espléndidas y siempre presentes ideas sobre el tema, en otro bien
logrado párrafo de su discurso, destacando que : “ el feminismo aceptable y
bien entendido es en realidad el que implica un progreso en todo sentido …..
intelectual y moral, del cerebro y del corazón, de la inteligencia y del buen
juicio….”.
Respecto a la “ igualdad”, a la que tanto se acude como garantía de la
equiparación entre hombres y mujeres, que se dice dimanar a su vez de la “
emancipación femenina”, señalaba en otro párrafo “…. la única asequible, como
dijo una notable pedagoga, es la igualdad en la diferencia, y la única
apetecible, es la igualdad frente al deber y a las responsabilidades de la
vida…”.
Culminaba esos conceptos sobre la igualdad entre los dos sexos, bellamente, con
este pensamiento: “….. Ser no la esclava, ni tampoco la rival….. sino la
colaboradora , la compañera, el otro “yo” ( sic. del hombre) como Dios lo
quiso, cuando dijo que < no era bueno que el hombre estuviera solo> ”.
Felicito públicamente a la Dra. Bustamante Luciani, no solo por su maravilloso
y cálido discurso y el tema del mismo, tan oportuno y preciso en estos
momentos, sino por su bien ganado puesto en la Academia, y al alabar su
triunfo, por igual lo hago para destacar el de todas esas otras grandes,
fabulosas, increíbles miles de mujeres venezolanas que de una u otra manera
comparten tareas con nuestros hombres, dentro de los parámetros de esas bellas
y sabias palabras de Doña Lucila.
Aún cuando no lo parezca, todavía es mucha y muy grande la diferencia que se
pretende establecer entre hombres y mujeres, no solo en Venezuela, sino en el
mundo entero. Resulta fútil pretender hacer desaparecer esos traumas aún
vigentes, con declaraciones vacías y palabras fatuas, como las de nuestras dos
actuales Constituciones, subrayando, por mera demagogia, cada vez que se lo
puede en forma inelegante e impertinente, entre ciudadano y ciudadana, fiscal y
fiscala, defensor y defensora, etc. mientras en los trabajos, reparto de
responsabilidades y destinos, se sigue dando preferencia “al macho”.
Ya es hora de que en efecto se reconozca y logre, sin ambages de ninguna
especie, esa ideal igualdad entre los sexos, no en posición de identidad
absoluta, sino en la de desprendimiento para el reconocimiento de logros en
idéntica forma que a los de los varones, pues como destacaba otrora la gran
académica, “ Efectivamente, creados el uno para la otra, y uno y otra para
Dios, su misión recíproca consiste en completarse: no pueden ni deben colidir en
sus aspiraciones y muchísimo menos en sus ambiciones.”
Estoy seguro es esa también la Opinión de mis conciudadanos.”
Carmen Cristina Wolf