lunes, septiembre 17, 2012

El análisis moral de los candidatos a elección popular también es parte de una decisión electoral


¡Porque es malvado!

Autor: Carlos Balladares

Publicado en Código Venezuela

Si; es decir, es una persona mala, maluca, perversa, de dobles intenciones, mentirosa; que busca hacer el mal sabiendo que lo hace y diciendo que no lo hará. Genera dolor y sufrimientos en los demás, y como es Presidente de un país petrolero, las consecuencias de su maldad tienen un impacto en la vida de millones de personas. Se le puede preguntar a la jueza Afiuni, a sus familiares, a los Simonovis, a los Forero, a todos los perseguidos políticos; pero especialmente se lo puede preguntar a todas las madres, esposas e hijos de todos los asesinados y heridos en estos 14 años de violencia criminal donde el Presidente es culpable por omisión. Pero también está el dolor del silencio de los que deben callar porque de lo contrario pierden un empleo, una beca, la oportunidad de una vida menos indigna en lo material. No le den muchas vueltas, la principal razón para no votar por Chávez es porque es malo. Nuestras abuelitas no los dirían sin tapujos.

Y digo abuelitas porque ellas son la conciencia de las familias, la conciencia moral; claro, siempre que sean buenas y decentes abuelitas. Las que en medio de un dilema nos dicen la verdad, verdad que el mundo de lo “políticamente correcto” no quiere hablar. Verdad que el relativismo moral que nos rodea califica de intolerancia. Cuando la realidad es que la política desde tiempos de Aristóteles siempre ha estado ligada a la ética; porque con ella decidimos la posibilidad que podamos tener una buena vida, una que nos haga capaces de lograr la felicidad. No es casualidad que en estos 14 años se haya establecido un régimen que incrementado la maldad en Venezuela, el odio entre los ciudadanos, el número de asesinatos, ofensas y crispación. Este hecho está directamente relacionado con un liderazgo perverso. El 7 de octubre, no lo dudo un segundo, elegimos entre el bien y el mal.

Hay que repetirlo mil veces: debemos hacer de la política el ámbito de la moral, el espacio de la discusión ética, y para ello no podemos dejar de llamar las cosas malas por su nombre. Si un hombre entra en la política por medio de la violencia es difícil esperar algo bueno de él, y si este no se arrepiente de ello sino que al contrario manipula y miente para hacer realidad su proyecto personalista oculto: la perfidia es el resultado final. ¿Cuántas veces nos ha contado que entró a la Academia militar para conspirar, es decir, para traicionar el juramento que hizo? ¿Cuántas veces dijo que se arrepentía en aquella noche que volvió al poder y luego usó los poderes para llevar a cabo su venganza?. En estos días de campaña ante la posibilidad de derrota, el candidato del gobierno ha desarrollado el mayor abuso de los recursos del Estado y una guerra sucia que no es más que la expresión de lo que no se debe hacer en política. Una cosa es criticar y mostrar los defectos del contrincante, y otra mentir descaradamente e incluso cometer un delito para descalificarlo.

Con este escrito terminamos la evaluación que veníamos haciendo de los 14 años de (des)gobierno del actual Presidente de Venezuela. En nuestras siguientes entregas antes de las elecciones hablaremos del candidato de la democracia: Henrique Capriles Radonski. 

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