lunes, septiembre 17, 2012

El historiador Ángel Rafael Lombardi Boscán nos habla de "Venezuela heroica"


VENEZUELA HEROICA O EL CORAZON DE LA PATRIA


Si uno lee “Venezuela Heroica” (1881) de Eduardo Blanco (1838-1912) uno siente como nuestros héroes perdieron su dimensión humana, histórica. Bajo la afiebrada pluma de éste escritor, se nos dicen cosas como éstas: “Bolívar absorbió todo el aliento de la gran revolución americana; y en él se concentró toda la vida de un pueblo defraudado en sus derechos”.

 Nació entonces la idea del gran hombre providencial cuyo liderazgo mágico y violento aplastaba cualquier manifestación de civilidad y progreso. El caudillo ungido por una gran misión histórica en alianza sagrada con todo un pueblo en condición de nimiedad. Desde entonces, la palabra “revolución” fue vaciada de su sentido subversivo, romántico y rebelde. La “revolución” terminaba convirtiéndose en una completa mascarada, un artilugio a favor de unos hombres de ambición desmedida por el Poder sin contrapesos y limites.

Eduardo Blanco, ideólogo cortesano, no se apenó cuando escribió esto: “Sin faltar a la verdad, Bolívar pudo siempre decir: yo soy la Revolución; en mí se encarna la Republica”.

El mito fundacional de la nueva patria venezolana empezó a beber dentro de las entrañas de un bolivarianismo furibundo y militante. El “Padre de la Patria”: Bolívar,  se inmoló así mismo para concedernos la tan ansiada libertad y transitar por un sueño de progreso que los traidores de cada momento no han sabido convalidar. No hubo, desde entonces, ningún aspirante a la hegemonía política absoluta alrededor del Poder que se sintiera el “corazón de la patria” y encarnación del mismísimo Libertador.

Cada aspirante a jefe entendió de inmediato que las ansias de Poder sólo podían legitimarse bajo el ilustre pendón de un patriotismo bolivariano. El “corazón de la patria” era cada caudillo militar y civil, que a través del despotismo y la arbitrariedad de la fuerza, imponían sus condiciones al resto de los ciudadanos prisioneros.

Doscientos años después, la patria está fatigada de tanto “héroe” inútil y aprovechado, y orienta toda su apuesta por el arribo de un liderazgo eficiente y generoso, racional y moderno. El “corazón de la patria” no es más que un ardid publicitario deleznable que intenta conectar con el inconsciente colectivo haciendo énfasis en lo emocional y afectivo. Detrás de la consigna se esconde una de las ambiciones más tosca, destructiva y delirante que Venezuela haya conocido.


DR. ANGEL RAFAEL LOMBARDI BOSCAN
DIRECTOR DEL CENTRO DE ESTUDIOS HISTORICOS DE LUZ

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