Ángel Almarza, 19 de abril de 1810. Último acto de fidelidad al Rey de España, Caracas, Editorial Libros Marcados, 2010
A pesar de las interpretaciones clásicas u oficiales sobre el 19 de abril de 1810, existen versiones más recientes que plantean –y ahí se inscribe el presente trabajo- que si bien es cierto que los hechos ocurridos aquella fecha tan importante para los venezolanos desencadenaron un proceso que finalmente conduciría a la declaración de independencia, no puede asegurarse que tuviese como propósito la independencia absoluta de España. Quienes así piensan consideran que, lo que se planteó hace ya 200 años fue una vocación autonomista frente a la crisis de la monarquía española, el amenazador control total de la península por parte de las fuerzas militares francesas al mando de Napoleón Bonaparte, la ilegitimidad del Consejo de Regencia y la desigual representación de las Cortes Generales y Extraordinarias de 1810, sin que ello representase o tuviese como aspiración romper los vínculos con el rey legítimo de España e Indias Fernando VII.
Esta interpretación no se refiere únicamente a los hechos ocurridos en Caracas y las principales ciudades de la Capitanía General de Venezuela, sino que permitiría explicar el movimiento juntista y las diferentes manifestaciones de adhesión y lealtad que se expresaron en la mayoría de las provincias americanas entre 1808 y 1810, como respuesta a la disolución de la Junta Central –que contemplaba la participación de representantes americanos– y al establecimiento del Consejo de Regencia, tal como plantearon hace ya más de una década, François-Xavier Guerra y Jaime Rodríguez. Ideas que mantienen, además, una estrecha relación con el discurso pactista que se había plasmado en 1808 y que se retoma nuevamente, dos años más tarde, según el cual, en ausencia del Rey, la soberanía regresa al pueblo, de allí que las juntas americanas se declaren defensoras de los derechos de Fernando VII, planteamientos trabajados en nuestro país recientemente por Inés Quintero y Carole Leal Curiel, entre otros historiadores.
El propósito de este trabajo es demostrar que efectivamente el 19 de abril de 1810, se constituyó un nuevo gobierno, que buscaba controlar la provincia y satisfacer demandas de una mayor participación política y libertades económicas, pero en el contexto de una profunda crisis de la monarquía española, de la cual formábamos parte desde hacía 300 años, sin que ello, al menos en ese momento, tuviese como propósito inmediato la declaración de la independencia absoluta de España.
El recorrido por la historia del 19 de abril de 1810 se presenta en tres capítulos: Interpretaciones de un momento. Construcción historiográfica del 19 de abril de 1810 como día inicial de la independencia nacional; Crisis internacional. De las abdicaciones de Bayona al Consejo de Regencia (1808-1810); y El movimiento juntista de 1810 en la Capitanía General de Venezuela.
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