Teodoro Petkoff
La Unidad, la candidatura que resume todas las demás, saltó a la arena.
El acuerdo unitario alcanzado en la Mesa de Unidad Democrática (MUD) significa una verdadera hazaña. Los integrantes de la MUD han estado a la altura del desafío que está por delante y han demostrado un muy elevado sentido de responsabilidad, al culminar exitosamente un proceso que implicaba hacer frente y superar, desde intereses legítimos hasta aquellos marcados por las inevitables miserias humanas. Sólo quien haya vivido, en un solo partido, lo que significan las extenuantes negociaciones, ese “ñemeo” interminable, que comienza y recomienza una y otra vez, cual trabajo de Sísifo, podría tener, apenas, una pálida idea de la torturante labor que significa fraguar un acuerdo unitario como el que hoy celebramos, con la participación de decenas de organizaciones.
¿Hubo decisiones que no complacieron a todos, e incluso injusticias? Obviamente. Pero habiendo tan pocas camas pa’ tanta gente, era imposible que todas las aspiraciones hubieran podido ser atendidas
¿Hubo decisiones que no complacieron a todos, e incluso injusticias? Obviamente. Pero habiendo tan pocas camas pa’ tanta gente, era imposible que todas las aspiraciones hubieran podido ser atendidas. Organizaciones políticas y personalidades, tenían que hacer concesiones y sacrificios y, de hecho, las hicieron, en nombre del objetivo común.
Un breve comentario merece el caso de Enrique Mendoza. Nadie discute su condición de dirigente popular ni la contribución que ha dado en estos años a la lucha común, pero desde noviembre pasado existía un reglamento para procesar la búsqueda de acuerdos, aprobado por todos los miembros de la MUD, incluyendo su partido, COPEI, que determinó que las candidaturas por listas corresponderían a los partidos y que serían atribuidas con base en los resultados de las elecciones regionales y locales de noviembre de 2008.
Buena o mala, esa fue la regla aprobada, a la cual se sometieron todos. No podía Mendoza, más allá, incluso, de los meritos ciertos que posee para encabezar la lista, pretender que se hiciera una excepción en su caso, para resolver por primarias la lista de Miranda. Es como si Miguel Cabrera exigiera, porque es un gran bateador, la excepción, sólo en su caso, de cuatro “estrais” para ser ponchado. Lo único que no podía hacer la MUD, en ningún caso, era romper la regla que ella misma se había dado, para complacer la extemporánea solicitud de excepción formulada por el ex gobernador mirandino.
En todo caso, hay que pasar esa página, y hoy debemos hacer un reconocimiento a todos los que han construido este gran momento unitario. ¡La oposición va unida a las elecciones parlamentarias de septiembre! ¡Esa es la gran noticia! Contra las frecuentes burlas de Chacumbele, quien juraba que no habría unidad, y contra los irresponsables francotiradores que se complacían en destacar siempre las dificultades y minimizar el esfuerzo, vivimos hoy la auspiciosa expectativa de una Asamblea Nacional donde la presencia de las fuerzas opositoras comportará un cambio cualitativo en la escena política nacional.
El acuerdo unitario alcanzado en la Mesa de Unidad Democrática (MUD) significa una verdadera hazaña. Los integrantes de la MUD han estado a la altura del desafío que está por delante y han demostrado un muy elevado sentido de responsabilidad, al culminar exitosamente un proceso que implicaba hacer frente y superar, desde intereses legítimos hasta aquellos marcados por las inevitables miserias humanas. Sólo quien haya vivido, en un solo partido, lo que significan las extenuantes negociaciones, ese “ñemeo” interminable, que comienza y recomienza una y otra vez, cual trabajo de Sísifo, podría tener, apenas, una pálida idea de la torturante labor que significa fraguar un acuerdo unitario como el que hoy celebramos, con la participación de decenas de organizaciones.
¿Hubo decisiones que no complacieron a todos, e incluso injusticias? Obviamente. Pero habiendo tan pocas camas pa’ tanta gente, era imposible que todas las aspiraciones hubieran podido ser atendidas
¿Hubo decisiones que no complacieron a todos, e incluso injusticias? Obviamente. Pero habiendo tan pocas camas pa’ tanta gente, era imposible que todas las aspiraciones hubieran podido ser atendidas. Organizaciones políticas y personalidades, tenían que hacer concesiones y sacrificios y, de hecho, las hicieron, en nombre del objetivo común.
Un breve comentario merece el caso de Enrique Mendoza. Nadie discute su condición de dirigente popular ni la contribución que ha dado en estos años a la lucha común, pero desde noviembre pasado existía un reglamento para procesar la búsqueda de acuerdos, aprobado por todos los miembros de la MUD, incluyendo su partido, COPEI, que determinó que las candidaturas por listas corresponderían a los partidos y que serían atribuidas con base en los resultados de las elecciones regionales y locales de noviembre de 2008.
Buena o mala, esa fue la regla aprobada, a la cual se sometieron todos. No podía Mendoza, más allá, incluso, de los meritos ciertos que posee para encabezar la lista, pretender que se hiciera una excepción en su caso, para resolver por primarias la lista de Miranda. Es como si Miguel Cabrera exigiera, porque es un gran bateador, la excepción, sólo en su caso, de cuatro “estrais” para ser ponchado. Lo único que no podía hacer la MUD, en ningún caso, era romper la regla que ella misma se había dado, para complacer la extemporánea solicitud de excepción formulada por el ex gobernador mirandino.
En todo caso, hay que pasar esa página, y hoy debemos hacer un reconocimiento a todos los que han construido este gran momento unitario. ¡La oposición va unida a las elecciones parlamentarias de septiembre! ¡Esa es la gran noticia! Contra las frecuentes burlas de Chacumbele, quien juraba que no habría unidad, y contra los irresponsables francotiradores que se complacían en destacar siempre las dificultades y minimizar el esfuerzo, vivimos hoy la auspiciosa expectativa de una Asamblea Nacional donde la presencia de las fuerzas opositoras comportará un cambio cualitativo en la escena política nacional.
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