Así como desaparecieron el "Monumento a Colón en el Golfo Triste", en Plaza Venezuela, la escultura de María Lionza, o la réplica del Barco de Colón, que reposaba en el Parque del Este desde 1971, ahora, ahorcado financieramente, el Museo del Transporte se ve obligado a un cierre técnico a partir de este domingo 13 de febrero.
ELIA MENESES | EL UNIVERSAL
domingo 13 de febrero de 2011 12:00 AM
Le llamaban los vikingos. Un grupo encabezado por funcionarios del Ministerio de Obras Públicas de la época y varios particulares, la mayoría individuos robustos, a la cabeza del pelirrojo Antonio Agostini, ingeniero y segundo director en la historia del Parque del Este.
A finales de la década de los 60 esta tropa recorría Venezuela en gandolas recopilando piezas de transporte abandonadas y dispersas por todo el territorio. Hubo jornadas intensas como la del rescate de la Estación Zig Zag del Ferrocarril Caracas-La Guaira. Desmantelaron la estructura y la bajaron de la montaña pieza por pieza para trasladarla en camiones a su sede actual, el terreno, cedido en comodato por la Nación, donde funciona el Museo del Transporte desde 1970.
La ciudad está a punto de perder otro de sus iconos. Así como desaparecieron el "Monumento a Colón en el Golfo Triste", en la Plaza Venezuela, la escultura de María Lionza, o la réplica del Barco de Colón que reposaba en el Parque del Este desde 1971. Ahorcado financieramente se ve obligado a un cierre técnico. En la entrada del Museo del Transporte la directiva informa a sus usuarios que el lugar, patrimonio histórico único en Venezuela y en América Latina, cierra indefinidamente sus puertas a partir de hoy, domingo 13 de febrero.
"Solo teníamos asegurado el pago de los obreros hasta el mes de febrero", comenta una de las encargadas del Museo, haciendo un gran esfuerzo por explicarle a una usuaria que la visita guiada, que como ya es tradición se realiza a grupos de estudiantes todos los miércoles, no podrá efectuarse.
"El Ministerio del Ambiente ordenó a los concesionarios que tenemos subarrendados (el Consorcio Fonbienes y la Empresa de Transporte Peliexpress) que no nos cancelen las mensualidades. Eso significa el ahorcamiento del museo, que no recibe favores de la empresa privada ni del Gobierno", explica Alfredo Schael, presidente del Museo del Transporte.
Actualmente el Juzgado de Sustanciación de la Sala Político Administrativa está estudiando si se dicta una medida de secuestro sobre el terreno, sede del museo, que fue interpuesta por la Procuraduría y el Ministerio del Ambiente. "Ya solicitamos una audiencia a la Magistrada, pero no hemos recibido respuesta. Tampoco nos han citado para la audiencia preliminar", precisa Schael.
Leonardo Casadiego, quien forma parte de la directiva del Museo, se sorprende de que sean los propios funcionarios del Gobierno quienes dejen en el aire una colección única integrada por 104 carros, 12 locomotoras, aviones, carruajes, carretas y embarcaciones.
Durante años se logró reunir el muestrario a través de pesquisas y donaciones, se rescataron piezas que estaban listas para ser fundidas. "Quienes trabajamos aquí, defendemos algo que no es nuestro, pero que es de todos", recuerda Schael.
dmeneses@eluniversal.com
Particulares que protegen el patrimonio
EL UNIVERSAL
domingo 13 de febrero de 2011 12:00 AM
- Jorge Herrera, un coleccionista, está restaurando a sus expensas y con piezas originales un jeep Keubelwagen del 42
- La Asociación Venezolana de Automóviles Antiguos y Clásicos (Avac) actualmente está pintando un Cadillac del 47 que reposa en el museo.
- La Fundación Historia Ecoturismo y Ambiente, a través de Derbys López, recogió 700 firmas que llevarán mañana al Instituto de Patrimonio Cultural para solicitar que se active una medida de protección y resguardo al Museo del Transporte
- Jorge Bello, un periodista de 80 años, resguarda la biblioteca del museo, con más de mil libros dedicados al transporte en Venezuela, un lugar sin referentes comparables en la región
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