(1933-2019)
Comunicaciones de la Curia
Quisiera comenzar agradeciéndoles su presencia y cercanía en esta Eucaristía de acción de gracias a Dios por la vida del P. Rafael Baquedano.
“Como el Padre me ha amado, así los he amado yo, permanezcan en mi amor” Escuchamos estas palabras de Jesús en el Evangelio de hoy, palabras que el
P. Baquedano hizo suyas y que orientaron su vida. Durante el día de ayer y de hoy, muchas personas se acercaron a la capilla de la Comunidad del Colegio San Ignacio, a orar, a dar gracias a Papá Dios por tanto bien recibido del P.
Rafael Baquedano.
Al igual que Jesús el P. Baquedano pasó por este mundo
haciendo el bien; de manera discreta y silenciosa, se hizo presente en la vida de muchas personas, familias e instituciones, acompañándolas en su experiencia de fe y en las grandes encrucijadas de la vida. Siempre lo sentimos
cercano, reconocemos su calidad humana, que nacía de su seguimiento a Jesús, su bondad, amor y nobleza; se ganó nuestra confianza y nos ayudó con su escucha paciente y acertado consejo.
El P. General Peter Hans Kolvenbach escribió al P. Rafael con motivo de sus 50 años como jesuita “Quiero unirme a la alegría de sus hermanos José María y Jesús María, para juntos dar gracias a Dios por su vocación, nacida en un
hogar privilegiado en donde el Señor escogía a sus futuros apóstoles, sabiendo que Don Tomás y Doña María darían con generosidad a sus hijos para la Compañía de Jesús” Rafael también tuvo una hermana religiosa. Nuestra oración también hoy por su familia, a quienes expresamos nuestra solidaridad y compañía.El P. Rafael Baquedano ingresó a la Compañía de Jesús en Loyola, en septiembre de 1949.
Llega a Venezuela un año más tarde. Pronunció sus primeros votos en 1951 en Los Chorros ante el P. Jenaro Aguirre. Estudió en Colombia: Humanidades en Sta. Rosa de Viterbo y Filosofía en Universidad Javeriana, Bogotá, donde obtuvo el grado de Lic. en Filosofía y Letras en 1956. Estudió Ciencias
Sociales en la Universidad Gregoriana de Roma, obteniendo el Doctorado; y Teología en Estados Unidos. Fue ordenado sacerdote en junio de 1962 por Mons. Pablo Schulte, Arzobispo de Indiana, Estados Unidos. Realizó su
Tercera Probación en Bélgica y pronunció Últimos votos en agosto del año 1965 en Alemania.
Como jesuita el P. Baquedano, además de los lugares en los que se formó, vivió en Mérida, Chicago, Maracaibo. Pasó la mayor parte de su vida en Caracas incorporado a la misión de la Universidad Católica Andrés Bello. En 1967 fue destinado al Centro de Investigación y Acción Social -CIAStrabajando en la revista SIC y coordinando el ‘Survey’, que se pidió entonces a todas las Provincias de la Compañía; Nos dice el P. Aguirre:
“Esta tarea supuso levantar un diagnóstico general del país en todas las dimensiones fundamentales y levantar una encuesta de las opiniones y expectativas de los jesuitas
respecto a su acción para establecer las prioridades apostólicas de la provincia jesuítica de Venezuela, ya autónoma respecto a España. Se trata de dieciséis
volúmenes que comprenden la sociografía demográfica, económica, política, cultural y religiosa de Venezuela, seguida de una encuesta, aplicada en todas las obras jesuíticas y a los miembros de la congregación.”
El P. Rafael Baquedano fue Director de la Escuela de Ciencias Sociales de la UCAB; miembro del Comité Nacional de Bienestar Social en Venezuela, Asesor de la Organización Mundial de la Salud de las Naciones Unidas; Superior de la Comunidad de la Curia Provincial, Socio del P. Provincial. En
1993 recibió la Parroquia de la UCAB, María Trono de la Sabiduría. A Rafael lo conocimos como profesor, investigador, consejero espiritual, párroco.
Lo que más agradecemos de Rafael, apropiándonos de lo que en cierta ocasión escribió un compañero jesuita, es que fue un jesuita que colocó toda su inteligencia e interés en servir a los demás en lo que necesitaban, atendió con finura y paciencia a las personas de gran cultura, de posición elevada, y a la gente sencilla; un jesuita extremadamente responsable en todas las misiones encomendadas, incluidas aquellas difíciles, contrarias y ajenas a su preparación y gusto. Deseamos agradecer su atención esmerada y continua a
enfermos y moribundos, especialmente a los pacientes de SIDA. Rafael fue reconocido por su caballerosidad, atención exquisita a las personas, servicialidad, por ser hombre de consejo. Su talante personal lo llevó a la relación apostólica con el mundo profesional, intelectual y con muchos artistas,
hombres de cultura y ciencia. Fue sensible sus necesidades y a las necesidades desde la opción fe-justicia. Nos dice Jesús: “Éste es mi mandamiento: que se amén unos a otros como yo
los he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando”. Palabras que escuchamos en innumerables ocasiones al P. Rafael Baquedano.
Además de agradecer, ¿qué podemos hacer? Reconocer, en la vida del P. Rafael Baquedano, que es posible vivir como hijo y como hermano, como seguidor de Jesús de Nazaret; que estamos invitados a una alegría plena. Luego, aceptar la invitación a vivir de esta manera: Amándonos los unos a los
otros, al modo de Jesús. Pedimos al P. Rafael Baquedano que nos acompañe a renovar nuestra fe y nuestro seguimiento a Jesús de Nazaret.
Que así sea.
14 de mayo 2019
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