domingo, diciembre 21, 2008

Historiador venezolano (Manuel Caballero) opina sobre Bolívar y la reelección indefinida

Artículos de opinión de los historiadores

Les dejo acá el artículo semanal del historiador Manuel Caballero que publica todos los domingos en El Universal.

Otro voto anticontinuista del Libertador

Después de Bolivia, el Libertador sigue opuesto a la reelección

Uno de esos lectores que, refugiado bajo el frondoso árbol cervantino, suelo llamar "mis desocupados", me pide opinión sobre la carta del Libertador que reproduzco al final de este artículo. Debo comenzar por decir que la carta es auténtica, en la medida en que eso se pueda decir de un documento de esa época o de las otras. La versión que yo he consultado precisa que ..."fue reproducida en O'Leary, III, 191 y en el archivo de Santander y con fecha de marzo de 1826. El error de la fecha es del propio O'Leary" (...). Al lado de esa aparece otra versión extraída de "Cartas de Bolívar" publicadas por Rufino Blanco Fombona; allí se precisa que "esta versión tiene ligeras variantes con el original". Simón Bolívar, Obras Completas, Caracas, E. Requena Mira Librero Editor, s/f, T. II, pp. 399-401.
Los dos textos
Leyendo ambos textos, la diferencia que se percibe es que el párrafo que comienza con la frase "no me será"... y termina con... "ley fundamental" está entre exclamaciones (¡!) en el texto de O'Leary y entre interrogaciones (¿?) en el de Blanco Fombona. Este texto fue redactado y enviado en junio de 1826, luego del proyecto de Constitución de Bolivia y del discurso tan llevado y traído por quienes quieren oponer el Bolívar "perpetuista" de Bolivia al Bolívar anticontinuista de Angostura. Esta precisión la hacemos porque nos oponemos "con todos los hierros" a la costumbre de estar citando al Libertador fuera de contexto. Bolívar fue un hombre de una actividad pública muy intensa y prolongada, y estaba obligado a dar respuestas inmediatas a situaciones muy diversas, expresando opiniones a veces contradictorias y equivocándose muchas veces; incluso en el ámbito militar: como lo recordaba Blanco Fombona, su carrera militar la inició con una espantosa derrota. Y no olvidemos las dos veces que en La Puerta lo humilló Boves.
Lo atormentaba la idea
Con todo, el texto que reproducimos al final nos lleva a pensar que tanto en el tiempo de Angostura como en el de Bolivia, en el fondo al Libertador lo atormentaban los peligros de dejar permanecer mucho tiempo a un mismo hombre en el poder. Se explican así ciertos virajes en unos momentos incluso cercanos como el de la redacción del proyecto constitucional boliviano y esa carta que transcribimos. Pero eso no es lo más importante. Como de todo hombre político, se puede creer que Bolívar amase el poder con una pasión mayor que la sentida por Manuelita. Pero, sincero o no, por encima de aquellas dos pasiones ponía el de "la gloria". Y sabía que ella era incompatible con el ridículo. En el hubiese caído indefectiblemente si se le ocurría la idea de iniciar una campaña por la presidencia vitalicia coreando con sus áulicos algo como "¡Uh, ah, Bolívar no se va!".
La carta del Libertador
La Magdalena, 4 de junio de 1.826./ Exmo. Señor Presidente del Senado de Colombia./Señor:
Me ha sido tan honrosa como satisfactoria la recepción del despacho de V.E. en que me participa que las elecciones para la Presidencia de la República, en el que hubiese caído en mí, y que el Congreso, animado de los sentimientos del pueblo, había repetido la expresión de la voluntad general.
Inútil sería expresar la emoción de una gratitud que pasa todos los límites por la bondad de Colombia, en gloria de uno de sus hijos. Esta bondad es la ley suprema que debe reglar mi acción, mis sentimientos y hasta mis deseos; pero ¿no me será lícito rechazar con reverente sumisión a la República, un decreto popular que viola de hecho su propia voluntad, la Ley Fundamental?
La Constitución no quiere que un ciudadano rija la nación por mas de ocho años; ya la he mandado catorce en medio de la guerra y la revolución; entre las leyes y la dictadura.
Mi horrible profesión militar me ha obligado a formarme una conciencia de soldado, un brazo fuerte que no puede manejar el Bastón sino la espada.
Fuera del mando civil El hábito de la guerra, el servicio de los campos, el contacto con los enemigos me han puesto fuera del mando civil. Lo digo con rubor, mas debo confesarlo. Además, Exmo. Señor, la honrosa lección que me ha dejado el héroe ciudadano, el padre de la gran República Americana no debe ser inútil para nosotros. El pueblo quiso nombrarlo nuevamente para la Suprema Magistratura; generosamente mostró el peligro, aquel virtuoso a sus conciudadanos de continuar indefinidamente el poder público en manos de un individuo. El héroe fue oído, el pueblo de la gloria, de la libertad y de la dicha, de la virtud fue dócil; la república americana es en el día el ejemplo y tan sublime lección me dice lo que debo hacer; también Colombia sabrá seguir noblemente a su hermana mayor. Yo no puedo mandar más, Exmo. Señor, la República Colombiana; mi gloria me lo prohibe y la libertad de Colombia me lo ordena. Sírvase V.E. ser el órgano de transmitir al congreso de la nación mi respetuosa negativa (...) De todos modos, en todos casos, Colombia debe contarme siempre en las filas del ejército libertador para defender las leyes y sostener a los magistrados.
No somos de esos historiadores pretensamente "imparciales" que, menos por honestidad intelectual que por pereza mental, muestran un documento y le agregan: "que el lector juzgue". Pero, en este caso, esta carta es tan clara y elocuente, que la cita textual es el mejor comentario. Huelga decir que los subtítulos son nuestros. hemeze@cantv.net

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Mis mejores deseos por un feliz recibimiento del Niño Dios. Abrazos y con afecto, Martha

Profeballa dijo...

Mil gracias!!!

Anónimo dijo...

Y supuestamente la revolución “Bolivariana” sigue los ideales de Bolívar, creo que la rotación del mandatario es uno de los planteamientos más claros que nos deja el Libertador, el simple hecho de pensar implantar una vez la reelección indefinida es darle la espalada a sus ideales, y ya el segundo intento de instaurarla es un insulto a los mismos.

Creo que es muy importante resaltar el intento de imposición de la reelección indefinida que ya fue negada aquella vez que se propuso camuflada entre otras reformas. Desde mi punto de vista esto es como la malacrianza de un niño que se le niega un antojo dañino, continúa insistiendo hasta que lo consigue; el pueblo venezolano no puede ser como el padre cansado que sede ante el niño sabiendo que hace mal; hay que poner mano dura y no aceptar la malcriadez de un presidente autoritario, si no cada vez se van empeorando los “antojos”.

Me parece interesante también analizar el porque de este “antojo”. Puede ser que solamente se trate de una necesidad de poder insaciable proveniente de un autócrata.
Yo me inclino hacia la posibilidad de que esa necesidad de poder está acompañada de desconfianza absoluta hacia su propio séquito. ¿Por qué no permitir que algún personaje de su alto mando lo sustituya en las labores presidenciales, si supuestamente el apoyo por la revolución es masivo y debería ganar cualquier candidato que apoye él mismo?; puede ser que el mismo Chávez esté consciente de que son simplemente unos oportunistas que no representan verdaderamente sus ideales y convicción.

Saludos cordiales.

Profeballa dijo...

GRaicas por su visita y comentario

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