sábado, febrero 21, 2009

Historiador venezolano (Elías Pino Iturrieta) analiza los resultados políticos del referendo sobre la reelección indefinida el pasado 15F.

Artículos de opinión de los historiadores

Les dejo acá el artículo semanal del historiador Elías Pino Iturrieta que publica todos los sábados en El Universal.

Miserias y esplendores del 15F

Gracias a la voluntad de los sufragantes puede comenzar una administración de "bueyes viejos"
No todo fue de un color en la noche del domingo, aunque faltaron luces para festejar desde las trincheras de la oposición. Como todos los procesos de las sociedades, de su conclusión se desprende un conjunto de matices que no se pueden resumir a cabalidad ahora, pero de los cuales queda la impresión de la continuidad de una gesta que apenas ha cumplido uno de sus capítulos y espera nuevas vicisitudes.
Dentro del aspecto más negativo para el establecimiento de un republicanismo maduro quedó la bendición para que Chávez pueda postularse de nuevo como candidato presidencial, una pretensión que se trató de ocultar durante la campaña y que descubrió el propio promotor de la enmienda cuando celebró con los suyos una victoria personal; o cuando, horas antes, confesó que de la decisión popular dependía su futuro político. Ahora encontró camino más franco su personalismo, en perjuicio la alternabilidad proclamada como meta esencial por los fundadores de la patria. Pero también se dio licencia para la petrificación de las elites, no en balde la patente concedida al mandón se extiende a un enjambre de funcionarios a quienes igualmente se abre la autopista de una perpetuidad por la que lucharán, desde las alturas del poder, con el propósito de evitar el advenimiento de caras y voces nuevas en su reemplazo. Gracias a la voluntad de los sufragantes puede comenzar una administración de "bueyes viejos", para usar una terminología gomecista que permite imaginar lo que puede suceder en adelante con el desfile de decrepitudes autorizado por la enmienda.
En el inventario de aspectos deleznables deben ubicarse dos asuntos previos al acto de votación: el escandaloso e ilícito manejo de los fondos públicos en beneficio de los objetivos del mandón, y la deplorable complicidad del CNE ante lo que puede considerarse como una conducta de ventajismo semejante a la de Pérez Jiménez, aunque no idéntica, debido a que entonces el dictador no manejó la masa de dinero que el mandón puso ahora al servicio de su corona. No exagera quien asegure que sólo funcionó ahora la campaña por el SÍ, ostentosa en los despachos públicos y grosera en la presión de la burocracia obligada a expresarse de acuerdo con los intereses de sus patrones, mientras una diminuta presencia de la publicidad de la oposición fue apenas un amago de existencia, un gesto para decir que se podía pensar en otra alternativa en medio de la cascada roja. Que la ilicitud sucediera frente a los árbitros de la elección abulta la estatura del delito, debido a que confirma la sumisión de quienes, según determina la ley y suponen los incautos, deben actuar como fiel de la balanza. En sus manos la balanza funcionó como romana de palo, para descrédito del proceso y baldón personal de quienes la manejaron con mano vacilante.
Las taras observadas llevan a una pregunta crucial sobre el vencedor de la contienda: ¿se fortificó de veras su liderazgo, se levantó después del fracaso del 2D y del escollo de las elecciones regionales? Con tanta plata, con tanta jugarreta y con la ortopedia de los rectores difícilmente se puede pregonar el renacimiento de su carisma. Más bien puede advertirse un declive que no fue mayor por las monedas que sacó de la botija y por la vista gorda de los jueces de la contienda, sin que de la asistencia de los auxilios "externos" se colija que ha perdido el favor popular. Es evidente que todavía lo tiene, pero sin la consistencia de la víspera, y aquí empiezan a aparecer los aspectos constructivos que caben en el balance. Para profundizar en su descubrimiento basta mirar el resultado de una votación oposicionista que sumó 5.193.839 votos, pero que cuando dio la primera batalla, en 1998, apenas pudo contar 2.863.619 papeletas. ¿No es un avance, en medio de los vulgares manejos del chavismo? ¿No demuestra un progreso que puede derrumbar, cuando sea oportuno, un mito con pies de barro? Pero también conviene mirar hacia la espléndida cruzada de los estudiantes, capaz de poner en aprietos a la maquinaria del Estado y de llenar de ilusiones a una inmensa masa de ciudadanos que salió a comprometerse otra vez con el bien común. La actividad de los universitarios testimonia la aparición de una fuerza inédita de la sociedad, el desarrollo de una forma excepcional de hacer política que apenas se estrena en la historia de Venezuela y de la cual pueden esperarse caudalosas cosechas. Es de tal magnitud su contribución que merece en el futuro un análisis detenido.
De momento prevalece una atmósfera de expectativas, un clima de promesas y enigmas, una amalgama de pulsiones contradictorias, pero también una sensación de episodios en movimiento que siguen buscando la meta. Tal vez convenga repasar el itinerario y mirar hacia los baches que lo interrumpieron, para sólo para continuar el viaje.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Con respecto al referendum te dejo estos textos:

Nadie nos dijo que sería fácil. Y quiero decirte lo que Eliseo le mandó a decir al Rey de Israel: "Díganle al Rey (en este caso el rey es venezolano demócrata)que no tiene por qué afligirse PORQUE TODAVÍA HAY PROFETA EN ISRAEL"
Donde Israel es el equivalente a Venezuela

Y también te dejo la palabra que Dios le dijo a Elías cuando huía de Jezabeth y los baales:

"¿Por qué estás triste Elías? Despreocúpate que todavía tengo en Israel a siete mil hombres QUE NO HAN DOBLADO SUS RODILLAS ANTE BAAL

Y si no levantas el ánimo con este jaraba e' Biblia, no sé cómo lo vas a levantar

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