sábado, marzo 29, 2008

Historiador venezolano (Elías Pino Iturrieta) opina sobre la nueva "policìa socialista"

Artículos de opinión de los historiadores de Venezuela
Les dejo el artículo semanal que publica el historiador Elías Pino Iturrieta todos los sábado en El Universal (ver acá)
La policía socialista

¿Cómo serán esos patrulleros socialistas, cuya primera promoción está por graduarse?

El ministro Rodríguez Chacín todavía no ha revelado el enigma de la policía socialista que fundará en breve por mandato del presidente Chávez. Convendría que los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia le informaran sobre la ilegalidad de la iniciativa. Después de un referendo que los representantes del oficialismo pretenden olvidar, la voluntad mayoritaria de los venezolanos negó la posibilidad de cualquier fábrica de socialismo en la República Bolivariana de Venezuela. ¿No es agarradero suficiente para las objeciones? Es el reparo medular que puede remitirse al funcionario que se desvela por la seguridad de los gobernados y está a punto de remediarla con una curiosa legión de gendarmes acoplados a una ideología llamada a conmover los anales del siglo XXI, pero repudiada por los electores en diciembre.

Sin embargo, ahora no queremos nadar en ese mar de las negaciones del Estado de Derecho que están a punto de traspasar los miembros del alto Gobierno para meterse en el bolsillo la voluntad popular de manera olímpica. Las referencias a las regulaciones positivas y a su burla son primordiales, pero también la curiosidad de saber cómo pudiera funcionar una policía bautizada como socialista en una comarca en cuyo seno abundan los sacramentos de estilo "revolucionario" que se convierten en carne sin hueso y en platos sin comida.

¿Cómo serán esos patrulleros y vigilantes socialistas, cuya primera promoción está a punto de graduar el ministro del Poder Popular para el Interior y la Justicia? Debemos imaginar que no tendrán relación con los organismos de seguridad más eficientes del mundo occidental, la mayoría de los cuales se ha formado en la matriz del tenebroso capitalismo. Nada qué ver con la Guardia Civil de España, tan benemérita ella, ni con la Sureté francesa, tan puntillosa ella, ni con la Scotland Yard, tan respetuosa ella, ni con el FBI, tan vilipendiado pese a su eficacia cinematográfica, por ejemplo. Dado que tales cuerpos, con lamentables y a veces escandalosas excepciones, se ocupan de salvaguardar la propiedad y los derechos individuales de los ciudadanos de su jurisdicción, resulta lícito pensar cómo las criaturas del ministro atenderán un propósito diferente sobre el cual resulta aventurado opinar hoy. Pero, como los bienes y los derechos de los individuos (los objetos y la libertad de cada quien, especialmente) no han sido ingredientes de la receta socialista a través de la historia, puede uno inquietarse desde ahora por los resultados del anunciado parto. Dado que tales cuerpos de cuño capitalista, también con lamentables y escandalosas excepciones, son celosos de los procedimientos dispuestos por la ley y de los alegatos de los perseguidos, hechos directamente o mediante abogados, uno puede imaginar los usos diversos que estrenarán las flamantes legiones en el país. Como el socialismo real no se caracterizó jamás por el respeto de las prerrogativas de sus súbditos, ni por los códigos que las amparaban, no dejan de ser plausibles los escalofríos que uno pueda padecer mientras salen a la calle los custodios formados en la oculta filosofía ministerial.

Como el ministro Rodríguez Chacín no sólo es agente de seguridad, sino también catedrático universitario no pocas veces celebrado por colegas y discípulos, tendrá argumentos de sobra para calmar unas inquietudes como las que se han expuesto. Todavía no lo ha hecho, sin embargo, y la profundidad de la nueva cátedra permite, sin caer en el terreno de la subestimación, poner en duda las definiciones que pueda aportar. Mientras las acaba de pensar y las suelta en una de las ruedas de prensa a las cuales se ha aficionado, mantendré en la memoria las imágenes de un film alemán del año pasado, La vida de los otros, aclamado por la crítica y el público. Es un film conmovedor, ocupado de describir la persecución fría y alevosa, grosera y contumaz de la Stasi contra un dramaturgo en la República Federal Alemana. No es un recuerdo caprichoso. Se relaciona con la arbitrariedad que caracterizó a todas las fuerzas represivas de los regímenes socialistas del siglo XX en los cuales tal vez registre referencias el ministro empeñado en que, por falta de claridad de su parte, vinculemos a un cuerpo policial con aquellas realidades que la historia reconoce como muestras irrebatibles de opresión. Se relaciona con el hecho probado de cómo se convirtió esa temida policía de Alemania oriental en instructora de los servicios secretos de la Cuba fidelista, tan influyentes hoy en el gobierno venezolano. Si sobran alegatos de naturaleza legal para detener la creación de una policía inspirada en no sabemos cuál socialismo posterior, no parecen banales los temores que sobre el punto genera el socialismo del pasado.

1 comentario:

Oscár dijo...

otra payasada mas con apellido socialista.falta que le den un fuete para que nos fueteen a todos.

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