miércoles, diciembre 31, 2008

¡FELIZ AÑO LES DESEA VENEZUELA Y SU HISTORIA!


A todos mis blogamigos y amigos, y todos mis lectores les deseo un Feliz Año 2009 y les agradezco mucho su fidelidad, espero que el 2009 les dedique mayor tiempo. Haremos el esfuerzo en medio de tanto trabajo.

Se termina el 2008 y se nos hace inevitable evaluar nuestra blog en relación a las metas que nos propusimos (ver post de dichas metas). La verdad es que ha sido un año en que las visitas se han incrementado de manera vertiginosa, nunca antes habíamos tenido tantas visitas en tan poco tiempo, pasamos de 115 mil a casi 300 mil (pronto llegaremos en estos dìas porque ya estamos en 299): ¡185 mil visitas en un año!. Lo malo fue que dañamos el contador de Blogalaxia, esperamos arreglarlo este año 2009. Por otro lado, tuvimos visitas de todos los continentes y eso nos alegró muchísimo.

En mi vida (lo que se puede contar), fue un año de muchas angustias... (desempleo-subempleo) y de mucho trabajo al final del mismo, tanto trabajo que he tenido abandonado mi blog en lo referente a mis escritos. A pesar de este abandono, siguen "lloviendo" visitas gracias a Dios. Esperamos que el próximo año podamos escribir más, aunque seguiremos la regla del año pasado: "Nunca poner el blog por encima de lo realmente importante (en mi caso el Amor y C (que es lo mismo pero no es igual)", y creo que nos costará mucho escribir en los primeros seis meses...por el cúmulo de trabajo.

Me muero de la verguenza porque no logré hacer màs comentarios en los blogs amigos, y comencé una iniciativa (la de comentar las efemérides) pero que luego abandoné por no parecerme tan importante y no tener tiempo para ello.

El año 2008 fue el año de facebook para mí, y la creación de grupos de historia; una experiencia fabulosa.


Este año 2009 es el de mi tesis de maestría, y ella debe ser la prioridad en lo académico. Daremos algunos adelantos en este blog.

Con respecto al blog este año seré más modesto, y sólo buscaré seguir publicando los artículos de los historiadores y mis trabajos del postgrado, y siempre que pueda tenerlos al tanto de eventos y otras actividades de historiadores. No voy a mentirme: este año va a ser de mucho trabajo, hay una gran meta por lograr... pero no abandonaré el blog.

Si desean leer un anális de este año 2008 les recomiendo ampliamente el realizado por mi amigo Dantesol del excelente blog "Historia Total"

¡UN GRAN ABRAZO DE FELIZ AÑO A TODOS LOS QUE ME LEEN; A MIS SERES QUERIDOS, A MI FAMILIA, A MIS ALUMNOS, A TODOS LOS PROFES Y MUY PERO MUY ESPECIALMENTE A MIS BLOGAMIGOS!

Las 220 películas que vi este año

Eastern promises, Big love (segunda temporada), The kingdow, Michael Clayton, No country for old men, I am Legend, La corporación (Le couperet), Al borde de la línea, Una abuela virgen, The great debaters, El orfanato, Amor en los tiempos del cólera, Clara medianoche, Sweney Tood, The bucket list, Educando a papá (The plan game), Traficando con humanos, The assassination of Jesse James by the coward Robert Ford, La brújula dorada, Mongol, Elizabeth La edad de oro, Juno, The kite runner, The Charlie Wilson’s war, Casandra’s dreams, La búsqueda del Diario secreto, Steel Toes, 30 days of night, In the valley of Elah, Girasoles, West side story, P.S. I love you, The graduate (El graduado), 3:10 to Yuma, Band of brothers (serie), There will be blood, Napola, Across the universe, Persépolis, Into the wild, The conterfeiter, Paradise now, 4 meses 3 semanas 2 días, Little women, Especies de amor, Grumpier old men 2, El clubde la lectura Jane Austen, Quest for fire, La vie en rose, El reventòn, La educación prohíbida, The mist, My boy jack, The water horse legend of the deep, Desperate house wives (Serie 1ª temporada), La hoguera de las vanidades, 27 dresses, Jumper, Japón,Vantange point En la mira, Because I said so,Under the same moon, EL sospechoso, Jesus camp, 10000 ac, Horton y los quien, Goya, The air I breathe, Perseguidos por el pasado, The blattle of Hadiza, Mi mejor amigo, Jeusc d’enfants, Paraíso travel, Frontera peligrosa, Dear wendy, You can’t take it with you (Vive como quieras), Ironman, Fauteuils d'orchestre (Los mejor de nuestras vidas), Reservation cross, BlackJack, Snow white, Even money, Sword of honor, Gabriel, Grace is gone, What Happens in Vegas..., RAils & ties, El gran engaño, Las hermanas bolena, Feast of love, Awake, The take, Copying Beethoven, Aritmética emocional, Solstorm, Detinivamente tal vez, Indiana Jones y la calavera de cristal, Acorralados, The Savage, Sobre mi cadáver, Crònicas de Spiderwick, Suspension, Crímenes de oxford, Assembly, Just add water, Huang Shi, Invisibles, La isla de las almas perdidas, Teeth, Propiedad ajena, Angeles del sol, Pudor, The happening, Athwone Fisher, HonneyDripe, Wall E, Sex & the city, EL Benny, Tropas de èlite, Kung fu panda, The future befote her eyes, Closing the ring, Meteoro, Hancock, Parejas, El niño de Marte, The dark knight, Lust, caution, Crònicas mutantes, Dead fish, Felòn, Wanted, Primera Guerra en colores, LA Guerra civil española, Smart People, Nim’s island, Andrómeda’s strain, Caramelo, American haunting, Love guru, Narnia, el principe Caspian, Freebirds, Mundo en guerra serie de 26 capìtulos, Viaje al centro de la tierra, La guerra de los clones, My Blueberry nights, Amerincan crime, El violin rojo, Levyti, Karol II, Lassie, La Perrera, Wade story, Babysitter, Mis Pettigrew, Guerra frìa (serie de CNN), Karol I, Juan Pablo II, Espejos siniestros, Bùsqueda implacable, Machu pichu, Sarah CONNOR Chronicle, 88 minutos, El Evangelio según San Mateo, Mammamia, Viaje al centro de la tierra, The lazarus Project, The painted veil, The cast away, Planes, Trains & Automobiles, Mision Babilonia, Savage grace, BabyMama, Fuego cruzado, Señor de los anillos Las dos torres, Señor de los anillos El rey, Los Tudor, Juegos mentales, LA Segunda Guerra en colores, Vecinos en la mira, Asesinato justo, Los tudor (2 temporada), Highlander, Mejor antes de escribir, Cuando el diablo sepa que estàs muerto, Flyboys, Big love (primera temporada), El gran Torino, Intercambio, MilK, La Duquesa, TRansiberian, Miranda el regreso.
Clásicos: My fair lady, Francesco, Madison’s bridge, La Reina Margot, Amarcord, Two women, Peyton Place, El apartamento, Amadeus, MacArthur, Von Ritchofen y brown, Exodo, Todos los hombres del rey, La gata sobre el tejado caliente, El cardenal, Sueños de fuga, El color pùrpura, Milagro en la calle 34, American grafiti,Amarcord .

martes, diciembre 30, 2008

El caudillo y la territorialidad durante el proceso de Independencia en Venezuela. El caso de José Antonio Páez y los Llanos (II)

Leer antes I.
Introducción (II)
Al estudiar la relación caudillo-territorialidad, en lo que respecta al primer concepto no confundiremos o tomaremos como equivalentes las palabras: caudillo, caudillismo y caudillaje. Es por ello que no afirmamos que en los tiempos de la Independencia e incluso inmediatamente después, existiera en Venezuela un sistema caudillista, entendiendo por tal un sistema político basado en la supra-subordinación por medio de lealtades personales entre caudillos, una especie de “caudillismo piramidal” donde existe un caudillo nacional que domina sobre caudillos regionales y locales[1]. En cambio sí observamos a un conjunto de caudillos locales y regionales que ejercían una jefatura política personalista (este es el caso de Páez el cual estudiaremos), basada en el control por medio del carisma de una hueste armada que obedece a sus designios y que determina su capacidad de negociación ante el poder[2]. Poder que intentaba centralizarse desde las autoridades republicanas o realistas, dependiendo del control que tuviera cada uno del territorio de la Capitanía General. El caudillaje se refiere a las formas de ejercicio de la jefatura, a la relación carismática entre el caudillo y la masa que lo sigue (a las razones del carisma); que en nuestro de estudio está sustentado no sólo en las capacidades de mando y habilidades militares del caudillo, sino también en las lealtades personales (familiares, de compadrazgo, clientelares, etc.) que ha construido en su área de influencia local[3], y que está íntimamente relacionada con su conocimiento del territorio (geografía, costumbres e intereses) y el nivel de identificación que posee con las características del mismo.

En lo que respecta a un caudillo como Páez, el cual no cuenta con la riqueza ni con los vínculos de tipo “señorial” que le permiten establecer relaciones clientelares y de tradicional lealtad “al amo”; amo que es dueño de la hacienda o reconocido “padre de familia” (en el sentido que le dan las Constituciones Sinodales) dentro de la lógica de la sociedad hispana de los tiempos de la colonia
[4]. Nuestro caudillo (Páez, y todos los casos que poseen un origen popular) sustenta su jefatura en las relaciones familiares y de compadrazgo, y en la identidad étnica (representación), e incluso consideramos cierta idea de conciencia colectiva o grupal íntimamente ligada al territorio. El deseo de autonomía y diferenciación del resto de las provincias o ante el poder centralizador de Caracas, fue (y esta es parte de nuestra hipótesis) un medio en manos del caudillo para afianzar su relación con las masas que le seguían y que respondían a ciertas “peculiaridades comarcales”. A su vez las relaciones clientelares se generarán luego con la guerra, la repartición del botín y los cargos militares.

La relación entre el caudillo y la territorialidad se observa a su vez en las decisiones que este toma ante los mandatos de la autoridad legal y legítimamente constituida, ante las leyes y las instituciones que poseen una intención centralizadora del mando en medio de la guerra de independencia. El caudillo expresa a través de dichas decisiones su propio anhelo de autonomía como el del territorio en el cual desarrolla su acción política y militar; por lo que puede ser difícil de identificar cuándo se tratan de decisiones personalistas y cuando son expresión de los conflictos territoriales. Además de esta posible confusión; el otro problema al que se enfrenta el historiador es que dichas decisiones, al existir una ausencia de testimonios o escritos del propio caudillo (no es el caso de Páez) e incluso de los archivos del Estado, sólo se pueden observar en sus acciones. Acciones que están descritas en los testimonios que otros dan sobre él, o en los informes o cartas que este “escribe” o envía. En este sentido trataremos de resaltar las relaciones entre dominio y espacio por parte del caudillo, delimitación, posibles vinculaciones jurídicas entre personas y territorio, y la percepción que tienen los seguidores del caudillo sobre el ámbito territorial exclusivo de sus actividades (en especial las sociales, económicas y militares).

La investigación la hemos dividido en una primera parte que establecemos las bases de la territorialidad del Llano usando las fuentes primarias: “capitulaciones genésicas” (creación de 6 Provincias o Gobernaciones
[5], a la que sumamos la de Barinas por ser de gran importancia para los Llanos); y fuentes secundarias: análisis de dichas capitulaciones realizadas por los historiadores: padre Hermann González Oropeza, S.J. y Manuel Donis[6], y Rafael Valery Salvatierra[7]. La segunda parte se refiere a los aspectos económicos y sociales, de manera que podamos especificar lo que hasta ahora hemos llamado “peculiaridades comarcales” (siguiendo al historiador Pino Iturrieta), para ello usaremos como fuente primaria algunos relatos de viajeros (tanto de la época como períodos inmediatamente posteriores a la guerra), y como secundaria debemos señalara que existen múltiples fuentes pero nos basaremos en las que nos permitan describir su economía. En la tercera y cuarta parte trataremos todo lo referente al proceso de Independencia en los Llanos para ello utilizaremos documentos relativos a la vida y acción político-militar de Páez, apoyados por la historiografía (fuentes secundarias).

Citas:

[1] Diego Bautista Urbaneja, 1975, Caudillismo y pluralismo en el siglo XIX venezolano, pp. 135-137.
[2] Inés Quintero, 1997, “Caudillismo” en FUNDACIÓN POLAR, Diccionario de Historia de Venezuela (CD Rom).
[3] Graciela Soriano, 1996), El personalismo político Hispanoamericano en el siglo XIX, p. 57.
[4] Elías Pino Iturrieta, 2007, Nada sino un hombre.
[5] Manuel Donis Ríos, 2001, El territorio de Venezuela. Documentos para su estudio.
[6] Hermann González Oropoeza, S.J.y Manuel Donis Ríos, 1989, Historia de las Fronteras de Venezuela.
[7] Rafael Valery Salvatierra, 2006, La territorialidad venezolana.Origen, formación y cambios de nuestro patrimonio territorial.

lunes, diciembre 29, 2008

El caudillo y la territorialidad durante el proceso de Independencia en Venezuela. El caso de José Antonio Páez y los Llanos (I)

Introducción

El proceso de Independencia fue simultáneamente: tiempo fundacional de nuestro Estado nación y de la expresión personalista de ejercicio del poder conocida como caudillismo. Ambos fenómenos necesariamente se vieron afectados y/o afectaron la conformación territorial que se venía dando a lo largo del período hispano. A partir de estas afirmaciones deseamos examinar las relaciones entre territorialidad y caudillo, resaltando las influencias entre ambos. Por un lado, pensamos que la conformación de un territorio frente a las otros, de sus peculiaridades y diferencias ante el resto; pudieron generar su expresión política en la aparición de un caudillo que “reivindique” dicha territorialidad. A su vez, puede surgir la relación inversa: el caudillo puede establecer un dominio en una determinada área, forzando su delimitación territorial. La primera hipótesis ha sido planteada por el historiador Elías Pino Iturrieta en su obra Nada sino un hombre (2007) al afirmar sobre el territorio:

"Ese paisaje dibuja sus contornos progresivamente en atención a las disposiciones regias, queda delimitado como un ambiente diferente de los vecindarios por sus formas de vida y por los rasgos de su economía. Las características del paisaje permiten la formación de sensibilidades regionales que no ponen en peligro la integridad de la dominación. En los principios del siglo XIX pugnan tales peculiaridades por legitimar su interpretación comarcal de la vida"
[1].

En cada territorio que se ha ido conformando históricamente existe una necesidad de autonomía frente a otras entidades político-territoriales que tratan de imponérseles, en especial en el caso “venezolano” ha sido la Provincia de Venezuela la que ha tratado de controlar el resto de las provincias. En especial se ha impuesto a la zona de los Llanos, los cuales fueron considerados prolongación sur de dicha provincia, pero que poco a poco este territorio se fue diferenciando y buscando su conformación en provincia.

En nuestra investigación desarrollaremos la primera hipótesis, y sólo haremos algunas afirmaciones sobre la segunda, dejándola para posteriores estudios. Se busca comprender así, el peso que tiene en la historia de la Independencia el territorio llanero, y su dominio por parte de un caudillo: José Antonio Páez. Al centrarnos en dicho caudillo, limitaremos nuestro estudio al tiempo en que dominó dicha provincia. Existen otros ejemplos de caudillos y territorio que no tomaremos en cuenta por lo limitado del presente estudio. Por nombrar los más conocidos: dentro de los Llanos podemos citar al realista Boves; en la Provincia de Nueva Andalucía existen muchos casos: Mariño, Arismendi, Monagas, Piar, entre otros. Hemos elegido el caso de Páez, entre tantos, no sólo por ser considerado el caudillo más importante de Venezuela después de Bolívar, sino también porque Páez es uno de los mejores ejemplos de caudillo de origen popular (no mantuano). Los caudillos de este tipo son el tema fundamental de una investigación más amplia que venimos realizando, la cual tiene como objetivo el conocer los caudillos de (pardos, mestizos, negros, indios, blancos de orilla) en el proceso de Independencia. La otra razón, quizás la más importante de cara al estudio de la territorialidad, es que los Llanos representan un territorio que “lucha” por su autonomía frente a Caracas y los Andes (Provincia de Maracaibo) desde mediados del siglo XVIII, siendo Páez (lo consideramos) un producto de dicha “lucha”. A su vez, los llaneros y el Llano han sido vistos como los principales protagonistas y el territorio que determinaron los resultados finales de la guerra de Independencia.

[1] Elías Pino Iturrieta, 2007, Nada sino un hombre. Capítulo “Las tierras y el territorio”, pp. 238-248. P. 242.

Imagen: zona que corresponde a los llanos venezolanos.

sábado, diciembre 27, 2008

Historiador venezolano (Elías Pino Iturrieta) opina sobre el libro de Enrique Krauze sobre Chávez

Artículos de opinión de los historiadores

Les dejo acá el artículo semanal del historiador Elías Pino Iturrieta que publica todos los sábados en El Universal. El subrayado es nuestro.

Krauze con nosotros

Una breve noticia sobre las contribuciones del autor, para que pueda considerar su reciente libro

Supongo que los lectores sabrán quién es el mexicano Enrique Krauze, pero tal vez los menos relacionados con el quehacer intelectual de América Latina carezcan de informaciones sobre su obra en un país que, pese a los clamores sobre la integración y la hermandad del vecindario, generalmente se cocina en su propia salsa sin mirar hacia los costados. De allí que convenga una breve noticia sobre las contribuciones del autor, para que se pueda ponderar después la trascendencia del libro que acaba de publicar sobre los perjuicios que el régimen de Chávez le acarrea a Venezuela.

Enrique Krauze destaca hoy por la edición de Letras Libres, una publicación periódica con fascículos editados en México y España en la cual se reúnen textos habitualmente lúcidos sobre la cultura y la política en general, que cuentan con un enjambre de lectores; pero antes participó en la cúpula de Vuelta, la legendaria revista de Octavio Paz. El compromiso con esos órganos bastaría para concederle sitio estelar en la creatividad y la crítica de nuestros días, pero le debemos un conjunto de títulos gracias a los cuales se ha establecido como historiador de sólida presencia. Tal vez su contribución más célebre sea Siglo de caudillos, un examen de las vicisitudes del liberalismo mexicano gracias al cual obtuvo el IV Premio Comillas, pero no le hacen segunda un par de libros sobre el control de la autoridad en los procesos contemporáneos de su país: la elocuente Biografía del poder y un contundente análisis de La presidencia imperial, estudios sobre los regímenes posrevolucionarios que desembocan en la fortaleza ya esfumada del PRI. A las obras dedicadas al pasado de su país deben agregarse un estudio sobre el maestro Daniel Cosío Villegas, prolífico historiador y taimado entendedor del juego político, y una serie de cuadernos de divulgación que circularon profusamente gracias a la fundación de la Editorial Clío, quizá uno de los esfuerzos de acercamiento de la historia a los sectores populares con mayor fortuna en los países de lengua española. De la peripecia propiamente nacional pasa a un ensayo sobre los retos de la globalización, Travesía liberal, búsqueda de explicaciones sobre los desafíos de un entendimiento de la sociabilidad que todavía pugna por establecerse debido a la influencia del autoritarismo y de ideologías que fomentan el parasitismo en diversos contornos. Otro cuarteto de publicaciones se incorpora luego a su catálogo, pero el vistazo de hoy basta para que pueda calcularse la entidad de sus aportes.

Ha entrado en circulación su trabajo más reciente, El poder y el delirio (Alfa, 2008), ensayo denso sobre el personalismo venezolano de nuestros días. Se inscribe en la tendencia denominada "historia del presente", de gran auge en la última década y capaz de iluminar circunstancias de reciente data con el auxilio del método que usualmente miraba sólo hacia procesos desaparecidos en el tiempo. No es una diatriba desenfrenada contra el césar tropical, sino un acercamiento que parte de la mesura propia de un investigador profesional para culminar en un alegato difícil de rebatir contra la negación de la democracia asfixiada por el apetito de un mandón corriente, a quien juzga como un anacronismo en el marco de la contemporaneidad y a quien llena de reproches partiendo de su entendimiento liberal de la vida. Como no se limita a un examen unilateral de las fuentes, como se nutre de una copiosa bibliografía sobre el pasado nacional, como trabaja los testimonios con inusual destreza y como se comunica en prosa diáfana, construye una imprescindible interpretación de la tragedia que sufrimos en Venezuela.

Libros de importancia no han faltado sobre los despropósitos del chavismo, pero el de Enrique Krauze no sólo destaca por la calidad de su contenido sino por el hecho de que lo escribió desde la perspectiva de un autor mexicano. Sin la atadura de las pugnas domésticas, sin la sospecha de un partidarismo intestino, sin los prejuicios ni las urgencias de quien pretende remendar las goteras de un techo que se derrumba sobre su cabeza, sin ánimo de pelearse con el "socialismo del siglo XXI", sino de ponerlo a congeniar con la tradición liberal del continente, ofrece una contribución digna de especial crédito. Además, el prestigio de un historiador reconocido por los lectores de América Latina y España permite la difusión de los aprietos nacionales en un amplio sector de destinatarios extranjeros. De allí el crucial servicio que nos ha hecho con su estudio sobre El poder y el delirio, cuya lectura será provechosa, no sólo para quienes desconocen los capítulos esenciales de una deplorable historia, sino igualmente para quienes la sufrimos en carne propia. eliaspinoitu@hotmal.com

jueves, diciembre 25, 2008

Adeste fideles


Adeste, fideles, laeti, triumphantes,Venite, venite in Bethlehem:Natum videte Regem Angelorum:
Venite adoremus, venite adoremusVenite adoremus Dominum.
En grege relicto, humiles ad cunas,vocatis pastores approperant.Et nos ovanti gradu festinemus.
Venite adoremus, venite adoremusVenite adoremus Dominum.
Aeterni Parentis splendorem aeternum,Velatum sub carne videbimusDelum Infantem, pannis involutum.
Venite adoremus, venite adoremusVenite adoremus Dominum.
Pro nobis egenum et foeno cubamtem,Piis foveamus amplexibus:Sic nos amantem quis nos redamaret?
Venite adoremus, venite adoremusVenite adoremus Dominum.

TRADUCCIÓN AL ESPAÑOL:
Acudid, fieles, alegres, triunfantes / venid, venid a Belén / ved al nacido Rey de los ángeles
Venid adoremos / venid adoremos al Señor.
He aquí que dejado el rebaño, los pastores llamados se acercan a la humilde cuna / y nosotros nos apresuramos con paso alegre.
El esplendor eterno del Padre Eterno / lo veremos oculto bajo la carne / Al Dios Niño envuelto en pañales
Por nosotros pobre y acostado en la paja / démosle calor con nuestros cariñosos abrazos / A quien así nos ama ¿quién no le amará?


martes, diciembre 23, 2008

FELIZ NAVIDAD!!!

¿Cómo desearles Feliz Navidad a todos mis lectores?. Tengo un poco de pena porque desde octubre el blog ha estado bastante abandonado... bueno, eso es otro tema, la verdad es que estamos en Navidad y desde este blog nunca hemos ocultado nuestras posiciones y creencias: así que lo decimos: creemos en Jesús como el Cristo, como el Salvador, y por tanto tenemos sobradas razones para celebrar en la fecha que históricamente se ha acordado como su cumpleaños: pasado mañana. Además, la víspera de la Navidad es un tiempo de reencuentro familiar y con todas las personas que amamos. Así que queremos compartir con ustedes (mis queridos lectores) los buenos deseos, y el principio fundamental del cristianimos: el amor y la fraternidad entre todos los seres humanos.

Anhelamos desde este pequeño rincón, que el mundo sea más cristiano en el sentido de ser más perfectamente divino y humano, más amoroso, más feliz.

Para Venezuela ruego la paz que tanto necesitamos, la tolerancia que tanta falta hace, y más aún: la verdadera solidaridad que se sustenta en la libertad de amar. Qué todos podamos celebrar con hallacas y regalos, en familia, y ruego mil veces la moderación necesaria para no incrementar las cifras de la criminalidad.

Desde el pesebre, mirando a nuestro Salvador cuidado por Nuestra Madre María y Nuestro Padre adoptivo José, un gran abrazo de Feliz Navidad.

"Gloria a Dios en el Cielo y en la Tierra paz a los hombres de buena voluntad".

domingo, diciembre 21, 2008

Historiador venezolano (Manuel Caballero) opina sobre Bolívar y la reelección indefinida

Artículos de opinión de los historiadores

Les dejo acá el artículo semanal del historiador Manuel Caballero que publica todos los domingos en El Universal.

Otro voto anticontinuista del Libertador

Después de Bolivia, el Libertador sigue opuesto a la reelección

Uno de esos lectores que, refugiado bajo el frondoso árbol cervantino, suelo llamar "mis desocupados", me pide opinión sobre la carta del Libertador que reproduzco al final de este artículo. Debo comenzar por decir que la carta es auténtica, en la medida en que eso se pueda decir de un documento de esa época o de las otras. La versión que yo he consultado precisa que ..."fue reproducida en O'Leary, III, 191 y en el archivo de Santander y con fecha de marzo de 1826. El error de la fecha es del propio O'Leary" (...). Al lado de esa aparece otra versión extraída de "Cartas de Bolívar" publicadas por Rufino Blanco Fombona; allí se precisa que "esta versión tiene ligeras variantes con el original". Simón Bolívar, Obras Completas, Caracas, E. Requena Mira Librero Editor, s/f, T. II, pp. 399-401.
Los dos textos
Leyendo ambos textos, la diferencia que se percibe es que el párrafo que comienza con la frase "no me será"... y termina con... "ley fundamental" está entre exclamaciones (¡!) en el texto de O'Leary y entre interrogaciones (¿?) en el de Blanco Fombona. Este texto fue redactado y enviado en junio de 1826, luego del proyecto de Constitución de Bolivia y del discurso tan llevado y traído por quienes quieren oponer el Bolívar "perpetuista" de Bolivia al Bolívar anticontinuista de Angostura. Esta precisión la hacemos porque nos oponemos "con todos los hierros" a la costumbre de estar citando al Libertador fuera de contexto. Bolívar fue un hombre de una actividad pública muy intensa y prolongada, y estaba obligado a dar respuestas inmediatas a situaciones muy diversas, expresando opiniones a veces contradictorias y equivocándose muchas veces; incluso en el ámbito militar: como lo recordaba Blanco Fombona, su carrera militar la inició con una espantosa derrota. Y no olvidemos las dos veces que en La Puerta lo humilló Boves.
Lo atormentaba la idea
Con todo, el texto que reproducimos al final nos lleva a pensar que tanto en el tiempo de Angostura como en el de Bolivia, en el fondo al Libertador lo atormentaban los peligros de dejar permanecer mucho tiempo a un mismo hombre en el poder. Se explican así ciertos virajes en unos momentos incluso cercanos como el de la redacción del proyecto constitucional boliviano y esa carta que transcribimos. Pero eso no es lo más importante. Como de todo hombre político, se puede creer que Bolívar amase el poder con una pasión mayor que la sentida por Manuelita. Pero, sincero o no, por encima de aquellas dos pasiones ponía el de "la gloria". Y sabía que ella era incompatible con el ridículo. En el hubiese caído indefectiblemente si se le ocurría la idea de iniciar una campaña por la presidencia vitalicia coreando con sus áulicos algo como "¡Uh, ah, Bolívar no se va!".
La carta del Libertador
La Magdalena, 4 de junio de 1.826./ Exmo. Señor Presidente del Senado de Colombia./Señor:
Me ha sido tan honrosa como satisfactoria la recepción del despacho de V.E. en que me participa que las elecciones para la Presidencia de la República, en el que hubiese caído en mí, y que el Congreso, animado de los sentimientos del pueblo, había repetido la expresión de la voluntad general.
Inútil sería expresar la emoción de una gratitud que pasa todos los límites por la bondad de Colombia, en gloria de uno de sus hijos. Esta bondad es la ley suprema que debe reglar mi acción, mis sentimientos y hasta mis deseos; pero ¿no me será lícito rechazar con reverente sumisión a la República, un decreto popular que viola de hecho su propia voluntad, la Ley Fundamental?
La Constitución no quiere que un ciudadano rija la nación por mas de ocho años; ya la he mandado catorce en medio de la guerra y la revolución; entre las leyes y la dictadura.
Mi horrible profesión militar me ha obligado a formarme una conciencia de soldado, un brazo fuerte que no puede manejar el Bastón sino la espada.
Fuera del mando civil El hábito de la guerra, el servicio de los campos, el contacto con los enemigos me han puesto fuera del mando civil. Lo digo con rubor, mas debo confesarlo. Además, Exmo. Señor, la honrosa lección que me ha dejado el héroe ciudadano, el padre de la gran República Americana no debe ser inútil para nosotros. El pueblo quiso nombrarlo nuevamente para la Suprema Magistratura; generosamente mostró el peligro, aquel virtuoso a sus conciudadanos de continuar indefinidamente el poder público en manos de un individuo. El héroe fue oído, el pueblo de la gloria, de la libertad y de la dicha, de la virtud fue dócil; la república americana es en el día el ejemplo y tan sublime lección me dice lo que debo hacer; también Colombia sabrá seguir noblemente a su hermana mayor. Yo no puedo mandar más, Exmo. Señor, la República Colombiana; mi gloria me lo prohibe y la libertad de Colombia me lo ordena. Sírvase V.E. ser el órgano de transmitir al congreso de la nación mi respetuosa negativa (...) De todos modos, en todos casos, Colombia debe contarme siempre en las filas del ejército libertador para defender las leyes y sostener a los magistrados.
No somos de esos historiadores pretensamente "imparciales" que, menos por honestidad intelectual que por pereza mental, muestran un documento y le agregan: "que el lector juzgue". Pero, en este caso, esta carta es tan clara y elocuente, que la cita textual es el mejor comentario. Huelga decir que los subtítulos son nuestros. hemeze@cantv.net

sábado, diciembre 20, 2008

Historiador venezolano (Elías Pino Iturrieta) opina sobre la reeleccìón indefinida y la intimidad de cada venezolano

Artículos de opinión de los historiadores

Les dejo acá el artículo semanal del historiador Elías Pino Iturrieta que publica todos los sábados en El Universal. El subrayado es nuestro.

La intromisión en nuestra vida

Estamos ante la peor violación de la privacidad de que se tenga memoria en Venezuela
La pretensión continuista del mandón es una búsqueda inadmisible en una sociedad que reaccionó negativamente cuando se atrevió a plantearla por primera vez. El hecho de que la resucite, cuando debería reposar en la quinta paila del infierno en atención a la voluntad mayoritaria de los votantes, desemboca necesariamente en la ilegalidad. Sólo el empeño en imponerse sobre decisiones de la sociedad y sobre disposiciones constitucionales debido a un capricho personal, debido a un deseo irrefrenable de poder resumido en la vanidad de quien se juzga a sí mismo como imprescindible, puede producir el engendro de la presidencia vitalicia con el cual pretende meternos en un problema que no debería existir debido a que lo depositamos en una imponente tumba hace apenas un año. Sin embargo, estamos ante la inminencia de una resurrección. Las resurrecciones no son posibles en el trajín de los mortales, exceptuando el caso de Lázaro sacado del sepulcro por la voluntad de Jesús, pero suelen ocurrir en política cuando no existen límites en el ejercicio de la autoridad y cuando no se ejercen oportunamente controles ante una hegemonía personal.
Sólo que el regreso del infierno es ahora una hazaña tan carente de sustento que requiere de movimientos capaces de provocar infinita molestia entre la ciudadanía. Sin fundamento legal, sin la base de una administración eficiente y honrada que le sirva de asiento, sin la solicitud genuina de un sector de electores, sin evidencias susceptibles de señalar el crecimiento del liderazgo del candidato a mandatario sempiterno, sin la precedencia de un clima capaz de animar una mudanza de la Carta Magna, sin la compañía de elementos materiales en los cuales se pueda proclamar un cercano período de bonanza y apenas terminado un proceso electoral en el cual quedó clara la división del país en dos fragmentos más o menos emparejados en fuerza, nadie ve el trampolín desde el que pueda efectuar el mandón un salto hacia el poder sin término, o cualquiera puede imaginar la existencia de una plataforma desde la cual se precipitará hacia una piscina sin agua en cuyo fondo se fracturará la crisma. Seguramente el mandón sepa los riesgos que corre, pues no tiene un pelo de tonto, pero precisamente por presentirlos ha puesto en marcha una campaña en la cual involucra la vida de la gente sencilla hasta extremos excesivamente peligrosos.
La campaña consiste en no dejarnos pensar, en evitar que tengamos un minuto de soledad, en aparecerse cuando se le pega la gana en la intimidad de nuestros hogares, en modificar las jornadas de trabajo, el horario de las diversiones y el tiempo de los duelos. Quiere que su presencia nos avasalle en el metro, en el autobús, en la oficina, en la funeraria, en el restaurante, en el bar y aun en la soledad de los urinarios, para que lo privado se convierta obligatoriamente en público y para que tengamos presente su figura cuando la rutina nos reclama unas obligaciones o unos esparcimientos más personales y menos expuestos a la consideración de la generalidad del prójimo. No quiere que pensemos en la legalidad, sino en la trascendencia de su ubicua persona. No quiere que soñemos en una convivencia pacífica en la cual disfrutemos del derecho de ser como cada quien quiera, sino que experimentemos un entorno de pugnacidad de cuyos infortunios sólo él puede salvarnos. No quiere que pensemos en el pasado inmediato, capaz de ofrecernos lecciones edificantes en materia de civismo y ciudadanía, capaz de animarnos a profundizar la lucha contra el personalismo y contra el militarismo, sino sólo en su entronización de Mesías convocado quién sabe por quién para redimirnos. La estrategia consiste en no darnos tregua para que, en medio de perversas sugestiones, terminemos por rendirnos ante una influencia aplastante que terminará por cumplir sus propósitos.
La desesperación originada en la falta de argumentos lo ha llevado a esta violación de la rutina en la cual nadie tiene derecho a entrometerse. Estamos ante el coleado más impertinente de nuestras reuniones. Nadie tan extraño se mezcló antes con tanta cara dura en las tertulias de la familiaridad y la amistad. Ninguno de nosotros se encontró en la víspera ante la contumacia de un fisgón empeñado en participar de asuntos particulares que le son ajenos. Estamos ante la peor violación de la privacidad de que se tenga memoria en Venezuela, de lo cual se desprende que no enfrentamos solamente un problema de ilegalidad y arbitrariedad que debe dirimirse en la plaza pública, sino la necesidad de que el lector responda una pregunta desde su asediada individualidad: ¿qué hago en adelante con mi vida, con las minucias de mi existencia, con los asuntos que sólo a mí conciernen, si los dejo en las manos de un mandón desenfrenado? eliaspinoitu@hotmail.com

jueves, diciembre 18, 2008

Querido niño Jesús:

Esta carta se va a parecer mucho a la del año pasado porque sigo necesitando lo mismo y te lo sigo pidiendo esperando que Tú cumplas con la promesa de "dar al que pide con fe y perseverancia". Señor, lo necesitamos y te lo pido para mí y para mis padres. No permitas que eso que tememos se de, Señor ten piedad de nosotros, estamos en Tus manos.

Te pido ese gran milagro, y te pido por la salud y empleo digno para todos. Este año fue duro por mi desempleo, pero en buena parte has escuchado mis peticiones en este sentido pero... ya sabes: un trabajo digno que nos permita hacer nuestros sueños realidad.


sábado, diciembre 13, 2008

Historiador venezolano (Elías Pino Iturrieta) opina sobre el personalismo venezolano

Artículos de opinión de los historiadores

Les dejo acá el artículo semanal del historiador Elías Pino Iturrieta que publica todos los sábados en
El Universal. El subrayado es nuestro.
El César de la decadencia

Ahora tenemos un personalismo sin teorías, a menos que le den argumentos a esta "revolución"

El título de hoy imita a uno ya viejo del colombiano Vargas Vila, quien no dejaba de mover la pluma contra las "emanaciones personales" que parecían encontrar clima favorable en Venezuela hacia finales del siglo XIX. No entendía cómo abundaba entre nosotros la fauna de unos hombres de presa que se presentaban como salvaguarda de la sociedad, ni el coro de plumarios con el cual contaban para anunciarse como Mesías ante multitudes de incautos. Pensaba, sin embargo, que la fiebre pasaría cuando se comprobara la vaciedad de las cualidades que supuestamente adornaban a los continuadores tropicales del divino Julio. El requisito de la alternabilidad se impondría más temprano que tarde, no en balde los predominios personales no eran sino la demostración palmaria de la mediocridad de los individuos sobre quienes se imponían. En especial cuando era asunto sencillo la constatación de cómo valían o no valían nada los líderes que se vendían como portentos. Una sociedad tan despierta e ingeniosa como la venezolana se hartaría ante un desfile excesivamente prolongado de césares y terminaría por protagonizar un espectáculo más edificante, supuso con generosidad.
No le faltó razón, pues en el futuro se comprobó su idea en torno a la existencia de una sociedad capaz de librarse de los personalismos y de intentar una cohabitación de talante republicano. No sucedió con la rapidez sugerida por su pronóstico, pues las costumbres de la supeditación no pasan de la noche a la mañana, pero llegó la buena hora de sacar del juego a los cabecillas de masas de borregos. Venezuela debió esperar hasta 1945, cuando despojó de influencias al gomecismo y al posgomecismo para reemplazarlos por la creación de instituciones a tono con los requerimientos del siglo XX, pero no logró una victoria definitiva. En apenas tres años sintió el dolor del retorno de un hombre de presa a quien tuvo que soportar durante una década, experimentó la frustración de ver cómo surgía de las tinieblas un ejemplar semejante a los que había conducido hasta el cementerio. Le propinó de nuevo un puntapié al personalismo en 1958, pero no le arrojó suficientes paletadas de tierra como para que se quedara a solas revolviéndose en la sepultura. De allí que, con la cirugía estética de la actualidad, esté ahora pregonando sus fueros y obligándonos a hacer otra vez el papel de enterradores, ojalá efectivos para no seguir en ritos de cortejos fúnebres y renacimientos auspiciosos que ya resultan anacrónicos.
El comentario de la lucha contra el personalismo es ahora necesariamente somero. Hay mucha tela para cortar en su sastrería, pero lo sugerido da cuenta de la persistencia de un fenómeno que no deja de conspirar contra la posibilidad de que tengamos una república hecha y derecha. Son muchos los factores que lo invitan a proseguir su menoscabo de la civilidad, su empeño en encumbrarse a la brava sobre los valores que proclamaron los fundadores en 1811 y a los cuales nos aferramos para no perder la identidad, para tener algo de trascendencia que nos aglutine y enaltezca de veras. Quizás uno de los resortes que lo muevan sea la teoría que aparece ocasionalmente sobre la ineptitud del pueblo para el ejercicio de la democracia. Es una teoría trivial, no en balde hemos demostrado cómo, cuando nos lo proponemos, mandamos a los hegemones a las duchas. Hablamos de las abstracciones supuestamente científicas de los positivistas, que clamaban por una situación de Orden y Progreso para desembocar en la petulancia de Guzmán y, más tarde, en la proclamación de un "gendarme necesario" encarnado en Juan Vicente Gómez. Pero también hablamos del paternalismo de los "notables" que reinaron entre 1936 y 1945, quienes se atribuyeron el papel de tutores inapelables ante la pretendida minoridad de sus gobernados; y quienes resucitaron en nuestros días para iluminarlos con linternas ineficaces cuando el régimen de CAP fue conmovido por un cuartelazo fracasado.
Ahora tenemos un personalismo sin teorías, a menos que se le concedan argumentos de significación a la "revolución bolivariana". La sociedad contempla el fenómeno de un sujeto que se juzga imprescindible porque le da la gana, de un mandón que quiere morir o llegar a viejo en el ejercicio del poder porque se le metió entre ceja y ceja la posesión de cualidades que lo convierten en imprescindible, sin mirar siquiera hacia la voluntad de un pueblo que no lo ve con la simpatía que él imagina en sus delirios. Pero no se trata de un asunto de simpatías y antipatías, ni de quitar a uno para poner a otros, sino del estreno de un personalismo que, por sus carencias de pensamiento, por su absoluta inconsistencia, anuncia una situación de declive de la cual no tenemos memoria. ¿Podemos darnos el lujo de llegar tan abajo? eliaspinoitu@hotmail.com

sábado, diciembre 06, 2008

Historiador venezolano (Elías Pino Iturrieta) opina sobre el chavismo y los últimos hechos post elecciones regionales

Artículos de opinión de los historiadores

Les dejo acá el artículo semanal del historiador Elías Pino Iturrieta que publica todos los sábados en
El Universal. El subrayado es nuestro.

Veinticuatro horas de república

En el énfasis de unas agallas ha tomado cuerpo un proyecto de coronación

Hacia finales del siglo XIX, cuando el país experimentaba lo que parecía un derrumbe definitivo de sus ideales en medio de una ordalía de hombres de presa, el presidente Ignacio Andrade resumió la situación en una frase susceptible de mostrar la descomposición de toda una época: "Hemos vivido minutos de república". Es una lástima que las palabras del atormentado mandatario no se hubieran limitado a la caracterización del tiempo de sus calamidades. Pese al agua que desde entonces ha circulado bajo los puentes y a los progresos del sistema político, ocurre ahora un fenómeno de retrogradación que nos conduce a episodios indicativos de una áspera pendiente que parecía superada por el avance de la convivencia civilizada.
La convivencia civilizada cobró vida hasta expresarse en vicisitudes proverbiales durante el día electoral del pasado 23, cuando la ciudadanía acudió en orden a manifestar su voluntad. En la apacible jornada se condensaba una pericia en el manejo de los usos de la democracia, capaz de enorgullecer a cualquier colectividad del planeta. Un episodio semejante se patentizó durante el siguiente día, cuando una parte del pueblo celebró sin alardes su victoria mientras otra soportaba la derrota sin estridencias. Lo parejo de los resultados no invitaba a la exaltación, como tampoco a derramar lágrimas de sangre, para que predominara un talante de contención a través del cual se sentía la satisfacción de las cosas bien hechas, el corolario de la madurez, el equilibrio de unos hombres capaces de acceder después de muchos sacrificios hacia una cumbre. Aquello fue lo más parecido a las vivencias de "calma y cordura" aconsejadas en trances de incertidumbre por el presidente López Contreras, pero el gozo se fue al foso en un desgraciado santiamén.
Chávez hizo una primera referencia ajustada a lo que había sucedido. No contuvo el verbo ante los eventos de la víspera, pero se limitó a comentarios relativamente prudentes que perderían la mesura al día siguiente. Modificó entonces en términos absolutos su apreciación de las elecciones, hasta extremos capaces de generar justificada alarma. Ahora no apreció filas organizadas de votantes, sino huestes dispuestas a ganar o a perder la batalla de Curamichate. En lugar de una masa de ciudadanos deseosa de exhibir las prendas de su civismo, topó con las tropas que marcharon a jugarse la vida por un caudillo en La Mata Carmelera. Los electores dejaron de existir en su patético entendimiento de los hechos, para transfigurarse en lo más parecido a los realengos de Guanarito que estrenaron el plomo de la Guerra Federal. Un colosal trastocamiento cambió la concordia por la pugnacidad, la coherencia por las chamusquinas, los sufragios por sables afilados y amenazantes. Dejó así de existir un capítulo de normalidad en la evolución de las instituciones, para que se inaugurase un clima de tensiones sin vínculos con lo que ocurrió de veras.
Porque no se trató de un palabrerío vano, sino de un mensaje capaz de encontrar seguidores y de generar situaciones de ilegalidad y rapiña como las que sugería su discurso. El traslado apresurado e irresponsable hacia la obediencia del poder central de dependencias adscritas a la administración estadal, la purga de archivos que los funcionarios salientes deben respetar escrupulosamente y aún el saqueo de las oficinas que deben ocupar los triunfadores que no gozan de su simpatía, se han repetido después de las arengas del Presidente. "Vamos con todo", fue la consigna de su partido durante la campaña electoral, pero ahora, luego de los partes de guerra, como que la han cambiado por otra más consonante con lo que viene pasando: "Nos vamos con todo", es decir, con escritorios, sillas, archivadores, escaparates, lámparas, piezas de ornato y hasta inodoros, si se ofrece la oportunidad. Escenas propias de la revuelta Legalista, jugarretas parecidas a las de El Taita Crespo contra El Brujo Guerra, tropelías como las de El Agachado, cuando está a punto de terminar el 2008 mientras conjugan con deleite en Miraflores el verbo retroceder.
Sólo en las horas de oscurana que lamentaba Ignacio Andrade pudieron producirse situaciones semejantes de arbitrariedad y expoliación, de burla de las reglas mínimas del republicanismo y de la simple decencia. Ha sido como saltar, apenas en un par de jornadas, del imperio de los códigos al dominio de los gamonales, de la cohabitación moderna a una hacienda a cargo de un rudimentario caporal en cuyas agallas se discierne el destino de la sociedad. En el énfasis de esas agallas ha tomado cuerpo un proyecto de coronación, pero carecerá de sustento si los venezolanos están satisfechos de no ser en la actualidad lo que fueron en sus peores épocas. eliaspinoitu@hotmail.com

martes, diciembre 02, 2008

¿Vive Venezuela una democracia?

¿Elecciones libres y justas?

Juan Carlos Apitz
Tal Cual

En Venezuela no hay democracia. No sólo porque no existe Estado de Derecho ni Sistema de Justicia, independiente e imparcial, que la sustenten, sino porque no se realizan elecciones democráticas.

Para que unas elecciones sean democráticas éstas deben ser “justas” y “libres”.
Para que un proceso eleccionario sea libre los ciudadanos deben ser poseedores plenos del derecho y de la oportunidad de elegir. Deberá existir libertad de expresión, de reunión, de asociación y de movimiento para los candidatos, partidos políticos, electores, medios de comunicación, observadores nacionales e internacionales, etc. Deberán realizarse en un clima político libre de intimidación. Tales libertades son requisito anterior e indispensable de unas elecciones legítimas.

Para que las elecciones sean justas, deberá disponerse de papeletas, talones o cupones electorales y permitir un recuento honrado de éstos; así como ser dirigidas sin fraude o manipulación por autoridades electorales imparciales.

Los distintos partidos, agrupaciones o movimientos políticos o de electores deben disfrutar de oportunidades razonables para presentar e inscribir sus candidaturas, y debe haber una pronta y justa solución a las disputas o diferencias relacionadas con la elección, antes y después del día de la votación.

La equidad también supone “igualdad de condiciones”; en particular, no puede haber peculado y/o malversación de recursos públicos para campañas; y todos los partidos, grupos de electores y candidatos deben disponer de suficientes oportunidades para comunicarse con sus votantes y obtener su apoyo y, además, deben tener acceso razonablemente equitativo a los distintos medios de comunicación.

Los venezolanos acudimos a unas elecciones menguadas, coartadas por una inmensa cantidad de obstáculos al voto.

El Consejo Nacional Electoral no es un árbitro imparcial, ya que no guarda suficiente independencia respecto al Presidente de la República; existe una grotesca violación a la igualdad en la campaña de los candidatos demostrada en el gigantesco desbalance a favor de los candidatos del oficialismo, pues la publicidad electoral de éstos en los medios de comunicación triplica a los candidatos de la oposición y, también, se utiliza a capricho del gobierno nacional los recursos del Estado para beneficiar a sus promovidos; existe una amenaza a la disidencia como política de Estado, incluyendo la coerción de funcionarios públicos para que sus subalternos y los contratistas estatales voten a favor de sus candidatos.

Asimismo, se profieren amenazas, humillaciones y descalificaciones de la peor calaña a aquellos candidatos y electores que adversan al oficialismo, y se inhabilita políticamente a candidatos con meras excusas administrativas, sin que medie una sentencia penal definitivamente firme en contra de éstos. En conclusión, hay una abrumadora mayoría de demócratas y electores; sin embargo, no hay democracia ni elecciones libres y justas.

domingo, noviembre 30, 2008

Historiador venezolano (Manuel Caballero) opina sobre las elecciones regionales del 23 de noviembre de 2008 en Venezuela

Artículos de opinión de los historiadores

Les dejo acá el artículo semanal del historiador Elías Pino Iturrieta que publica todos los sábados en El Universal.

¡Le partieron la siquitrilla!

La "victoria" del Ejecutivo no es sólo pírrica: es diarreica

Ni los cubanos saben qué cosa sea eso de "siquitrilla"; de modo que de nada vale que trate uno de asesorarse con "los compañeros de seguridad", o sea del G-2 cubano cuya presencia, pese a su carácter secreto, es fácil detectar en Caracas por ser el Sambil su lugar favorito de acuartelamiento. Como sucede con esas palabras enigmáticas, ellas son susceptibles de varios significados. En este caso, le daremos a "siquitrilla" el de la derrota del muy evidente fraude cometido por el gobierno en estas elecciones, como en todas después de 1999. Fraude, no es sólo manipulación de los números, de los resultados de las urnas, como una cierta oposición perezosa lo ha pretendido, buscando jugarse siempre el todo por el todo en un día, evadiendo el combate permanente. El fraude actual toma la forma del obsceno ventajismo del Ejecutivo.

El más corrompido Ventajismo presente en las inhabilitaciones, la intervención del capomafioso de Sabaneta (con lo más florido de su lenguaje de portero de burdel) en la campaña de cada uno de sus soldati; en el despilfarro de los dineros públicos para promover los candidatos oficialistas; y en general, en el despliegue de toda la acción del más corrompido de los gobernantes que haya conocido la pobre patria de José Tadeo Monagas, de Cipriano Castro, de Juan Vicente Gómez y de Marcos Pérez Jiménez. En tales condiciones, las elecciones del 2008 fueron una auténtica pelea de tigre con burro amarrado. Pero el burrito no sólo se soltó, sino que de una rotunda coz "le partió la siquitrilla" al locatario de Miraflores.
Veamos en detalle el asunto. Antes de las elecciones, se me preguntaba mucho cómo veía las perspectivas. Solía responder que si la oposición triunfaba en una sola circunscripcíón más de las que ya tenía, consideraría eso un gran triunfo, porque se habría logrado reducir el espacio rojo-rojito. Pero nunca pensé que ella sería la Alcaldía Metropolitana de Caracas. Yo me cuento, pues, entre quienes pensaban que Ledezma no podía vencer en Caracas.
Y por paliza Porque peleaba con demasiadas cosas en contra: el gobierno le enfrentó el mejor (el "menos peor") de sus candidatos, armado además hasta los dientes con todo el fraude arriba detallado. Y sin embargo, le partió la siquitrilla. Y la derrota de Istúriz no fue por un pelo: en esas condiciones fue por paliza. De modo que el pobrecito Aristóbulo apenas tendrá, para comentar en las largas noches de su confinamiento en la tórrida Siberia de Isla Borracha, el consuelo de tontos de que allí le serán "apersogados" Diosdado Cabello, Jesse Chacón, Giancarlo Di Martino y Mario Silva.
Y cuando redactamos estas notas, no está del todo descartado que allí se les aparezca Adán Chávez. Pero aún si al final un sospechoso conteo pudiera favorecer al Hermanísimo, hasta el Coronel de García Márquez (ese cuyos zapatos nunca le habían escuchado una mala palabra) se verá obligado a copiar el lenguaje del Ejecutivo para llamar a esa victoria pírrica "una victoria de m..."; aunque conocemos el hábito del atarantado de Sabaneta de transformar sus derrotas en victorias. Ya comenzó a hacerlo de nuevo, trampeando con los números.
El mar de lágrimas Pero no hay sino que leerse el mar de lágrimas derramado en el site oficialista www/aporrea/org para saber que eso no se lo cree ni la hoy invisible señora Ron. Acaso la única incuestionable de las victorias oficialistas sea la de quien no necesitó del portaaviones boca sucia: el nuevo gobernador de Lara. En casi todas las otras, los candidatos de oposición (para seguir con las metáforas extraídas del mundo animal) le "latieron en la cueva" a los oficialistas. Aparte de eso, hay por lo menos dos candidatos de la oposición cuya situación bien puede llamarse "victoria en la derrota": la de Stalin González, un muchacho casi desconocido que hace muy poco todavía estaba calentando los bancos de la universidad y que le llegó bastante cerca al ex vicepresidente de la República y miembro de "cogollo" del PUS; y la de Andrés Velázquez, derrotado por la terquedad de Julio Borges quien ahora pide perdón ignorando aquello de que "después del ojo afuera no vale Santa Lucía". Para cerrar, haremos dos preguntas .
El último en enterarse Una, ¿qué irá a decir ahora el antiguo profesor de moral José Vicente Rangel, frente a la ineptitud y deshonestidad de su retoño, lanzado por él como paracaidista en Petare y echado a patadas por los petareños? Acaso se refugie en la excusa de que no sabía nada, de que él siempre es el último en enterarse de todo...
Lo otro se refiere a Caracas. Antonio Ledezma va a gobernar en un situación muy difícil, porque va a recibir día y noche las amenazas y el saboteo de Miraflores, y su intento de estrangularlo económica e institucional, si no físicamente. Cierto, el Metropolitano tiene la mayoría de los alcaldes de Caracas a su favor, pero a Jorge Rodríguez en contra. La pregunta es si Ledezma logrará entenderse, conciliar con un hombre cuya imagen pública es la de un ser sectario y dado a los berrinches que parecen revelar algún trastorno primario de la conducta. Pero de quien hay un precedente que convendría no ignorar, aunque tampoco cifrar allí demasiadas esperanzas.
En efecto, si es capaz de fraternizar, de llamar "camarada" en el PUS (y como viceministro de su gobierno) al delator de su padre, quien así lo apuñaló por la espalda y es por lo tanto corresponsable de su horrible muerte, ¿va Jorge Rodríguez a negarse a conciliar si no colaborar con un adversario político que le está tendiendo la mano? hemeze@cantv.net

sábado, noviembre 29, 2008

¿Quiénes somos ante la maldad?

Si hablamos contra la maldad, las injusticias (y en especial en polìtica) nos condenamos, pero si no hablamos somos malditos...
Es por ello, por estos dilemas, que este pasaje de esa maravillosa opera rock: Les Misèrables, siempre me genera una gran impresión.

Historiador venezolano (Elías Pino Iturrieta) opina sobre las elecciones regionales del 23 de noviembre de 2008 en Venezuela

Artículos de opinión de los historiadores

Les dejo acá el artículo semanal del historiador Elías Pino Iturrieta que publica todos los sábados en El Universal. El subrayado es nuestro.

Reivindicación de la clase media

Con el caudal de la clase media se fortaleció el clamor popular contra el mal gobierno

En las elecciones del domingo la oposición obtuvo 5.041.717 votos, frente a 5.564.442 sufragios contados a favor del oficialismo, de lo cual se desprende la manifestación de una voluntad que traspasa la barrera de las clases sociales. En el caso de la decisión de enfrentarse al Gobierno nadie puede hablar de una conducta confinada a los intereses de determinado sector de la sociedad, sino de una conjunción de pareceres que arraigó en diversas ubicaciones dentro de la escala colectiva y en el seno de diferentes posiciones económicas. Para quedar apenas a una distancia de 522.725 votos frente a la prepotencia y a las ventajas del chavismo hizo falta una concertación cuya fuerza no se podía producir en el aprieto de un solo tipo de venezolanos, sino en el calor de una sensibilidad más explayada y determinante. Sin embargo, las conclusiones del mandón han preferido el camino de la simplificación para afirmar el hecho de que el retroceso de su proyecto de hegemonía obedeció a una confabulación de los multimillonarios contra el proletariado.
La simplificación prueba la magnitud del porrazo que recibió, no en balde le produjo una miopía capaz de conducirlo a tergiversar la realidad hasta extremos grotescos. Abrumado por los escrutinios de Petare, que le fueron adversos sin reservas, transformó a Palo Verde en una urbanización opulenta, fabricó una red de piscinas en las Terrazas del Ávila, sembró campos de golf en El Marqués, fundó una cadena de clubes y restaurantes de postín en La Urbina y abarrotó de automóviles de lujo los estacionamientos de los edificios de El Cafetal y Caurimare, a cuyos habitantes vio servidos por choferes y mucamas como si se tratara de los monifatos que exhibe la revista Hola. ¿Cuál maroma transformó en latitudes de la alta nobleza a zonas pobladas hasta ayer por gente que pasaba por normal? ¿De dónde salió este jet-set? ¿Cómo se convirtieron nuestros vecinos en sucesores de Nelson Rockefeller y la duquesa de Alba sin avisarnos su advenimiento, sin darnos la ocasión de ofrecerles nuestra cordial amistad y nuestra oportuna mesa, o de proponerles un negocio? Quién sabe, porque sus nombres no aparecen en la guía telefónica, ni sus hijos estudian en las escuelas de nuestros hijos ni se ven sus autos dorados en las avenidas de costumbre.
No aparecen por ninguna parte, pero en su lugar topa cualquiera, hasta el más estúpido de los observadores, con un género de individuos laboriosos que deben a su esfuerzo una propiedad razonable, la posibilidad de diversiones accesibles y algún lujo de cuando en cuando. Con criaturas aclimatadas en un conglomerado generoso en oportunidades que aprovecharon para asentarse en espacios vinculados a su actividad y a su talento. Con hombres y mujeres educados para armar el rompecabezas del ambiente inmediato y para mirar el futuro con previsión. Con ciudadanos capaces de distinguir el grano de la paja cuando es menester, y para trasmitir habilidades y alternativas a sus descendientes. Con portadores de un conjunto de valores que vienen de un entendimiento liberal de la vida y de unas inquietudes que adquirieron en el ambiente de la democracia representativa. También topa cualquiera con sujetos frívolos e indiferentes, la verdad sea dicha, sin que puedan juzgarse como la representación de sus padres y sus abuelos. La mayoría permanecía en el escudo de sus viviendas cavilando excesivamente, contemplando los escombros de su comodidad, pasando en silencio las hojas del almanaque, guarecida en temores y en reproches estériles o en espera de un Mesías proveedor. Sin embargo, adquirieron conciencia del reto que les concernía y el 23 de noviembre abandonaron su exilio interior. Se habían alejado de marchas y manifestaciones públicas, pero dieron la cara en el momento oportuno. Por fin sintieron que requerían un reclamo enfático de sus derechos y tomaron la decisión de salir a votar.
Con el caudal de la clase media creció el torrente de la oposición, se fortaleció el clamor popular contra el mal gobierno y se llegó a un resultado capaz de cambiar el rumbo de las cosas en Venezuela. En buena hora se incorporaron sus miembros a un trabajo verdaderamente republicano. En buena hora expulsaron del mapa político el escollo de la abstención. En buena hora habitan de nuevo entre nosotros. Aterrorizado y perplejo, el mandón los vio salir y teme por su permanencia. De allí el reforzamiento de un mensaje colmado de odio y patrañas que no puedo criticar con más detalle ahora, porque salgo raudo a la inauguración de un casino cinco estrellas en Palo Verde rodeado de unos amigos popof que llegaron de Mónaco. Se tratará de un viaje hacia una maliciosa invención, pero rebuscaré en la realidad circundante materiales para mi próximo artículo. eliaspinoitu@hotmail.com

miércoles, noviembre 26, 2008

Crisis de la democracia: la crisis social: "el caracazo" (27 de febrero de 1989)

Lo poco que conseguí en youtube que no posee propaganda...




Es lo ùnico porque todo lo demàs es una sola versiòn de esta realidad...

Politólogo (Ángel Álvarez) analiza las elecciones regionales del 23 de noviembre de 2008 en Venezuela (II)


por Ángel E. Álvarez, autor invitado *
Las elecciones también dejan unas buenas lecciones:
Primera lección: los venezolanos siguen apostando por la democracia electoral. Por más que le quiten el nombre en la Constitución y en las leyes, y ya casi nadie en la izquierda radical quiera acordarse de ella por su remoto origen burgués, la democracia liberal, la representativa, sigue siendo un instrumento fundamental para el protagonismo popular. Las fórmulas de acción directa, el golpismo, la fantasía de que algún día los “marines“ vengan como a Panamá a llevarse preso al Presidente, o que se enfrentarán a los rusos en la segunda batalla naval de Maracaibo, o que las guerrillas los humillarían, al estilo asimétrico de Vietnam, si se atreviesen… todos esos cuentos no pasan de ser delirios, pesadilla para algunos, dulce sueño para otros, pero delirios al fin. Los venezolanos, sin aspavientos, están buscando y hallando su camino pacífico y electoral para dirimir sus diferencias y reconstruir la democracia. El camino ha sido y será el de la vieja y burguesa (para no decir noble) democracia liberal —sí, lo sé, el término liberal no es políticamente correcto en la América Latina de hoy, pero les digo que eso es sólo una moda y pasará como otras tantas mientras la fórmula liberal perdura. A este respecto, contrasta lo sucedido en Venezuela con los recientes eventos que tristemente ensombrecen las recientes elecciones locales de Nicaragua. Pero aun en la Nicaragua de hoy, la democracia liberal ha prevalido desde la transición. Al final, de nuevo prevalecerá.
Segunda lección: los partidos estúpido, los partidos… El dos veces ex-presidente Rafael Caldera, en 1993, le hizo un enorme daño al país (uno en una larga lista): inauguró con éxito electoral la retórica anti-partido en la que cabalgó Chávez por una década —antes de decidirse a construir su monolito al socialismo. El daño perdura. Muchos todavía creen que la competencia electoral eficiente y, más aún, la democracia, es posible sin partidos. Estas elecciones muestran que, del lado del gobierno, existe un partido —tal vez en ciernes aún, con pocas posibilidades por ahora de ponerle límites al poder unipersonal del líder máximo de cuyo carisma aún depende, pero partido al fin que en el largo plazo se consolidará. Los pequeños aliados, grupos menores, micro-cosmos caudillistas, casi desaparecieron. Lo mismo del lado opuesto. Queda claro que, sin la presencia de partidos fuertes, los opositores no tienen éxito. Donde ganaron es donde los partidos han invertido tiempo y recursos para construir redes que conecten a los ciudadanos y movilicen a los votantes. No sólo de mass media se vive en política.
Tercera: Los disidentes juegan un papel importantísimo en términos políticos. No fueron aplastados como interpreta Chávez. Perdieron las gobernaciones que controlaban, es cierto, pero además de mostrar que la aparente hegemonía del PSUV y de Chávez no se traduce en completa unanimidad y sumisión —es decir, el chavismo no es una suma de “focas amaestradas” como dicen algunos opositores, sino un fenómeno complejo, con matices internos que desde fuera, torpemente, a veces no se quieren ver. Un simple ejemplo del que la oposición tiene que aprender: con un poco más de confianza y diálogo, y de nuevo partidos fuertes, la oposición extrema, por cierto, representada por un disidente de segunda generación no hubiese impedido el triunfo de los disidentes de tercera generación en Barinas —la primera generación de desafectos, dicho sea de paso, fue la del MAS.
Cuarta: Chávez necesita la reelección indefinida y va intentar buscarla, no quepa duda, pese a los resultados numéricamente adversos en regiones claves. La necesita para la continuación de su proyecto, como declara. Pero también por otras razones que no tan evidentes, pero igualmente importantes o más. Una razón es que no se puede permitir la implosión de su movimiento. Chávez ha fallado o no ha querido construir un partido fuerte y autónomo. Por el contrario, su partido está hecho a imagen y semejanza del personalismo político del comandante supremo. Sin Chávez como candidato, la guerra de tendencias y de ambiciones antes de la elección y peor aún después de la derrota, si ocurriese, llevaría a una implosión del chavismo que pondría su futuro en aprietos. Cosa peor sería para ese partido que el caudillo faltara de forma más prolongada. Y eso podría ocurrir y, en ese sentido, la otra (y confesa) preocupación de Chávez es que, de perder la elección, “vayan por él.” Y probable que vayan. Hay muchas cosas que aclarar, como por ejemplo, para mencionar un par de detalles: primero, que paso en el 11 y, peor, el 13 de abril, en materia de derechos humanos y, segundo, con cuánta transparencia se ha administrado la hacienda pública. En fin, hay gente con cuentas por cobrar y, al menos de que como ha ocurrido en otras transiciones —incluyendo la que Chávez protagonizó en 1999— se produzca un acuerdo previo entre las fuerzas políticas, alguien intentará cobrarlas. Pero mejor que tener que negociar ese acuerdo, lo cual ahora mismo no estaría fácil, Chávez prefiere la prolongación de su mandato para garantizar su propia seguridad. Así que, aún arriesgándose a perderlo, la estrategia dominante en el juego de Chávez es intentar prolongar su permanencia en el cargo.
Quinta, y más importante lección: “No fear.” Los venezolanos perdieron el miedo. Pese a las amenazas de tanques en la calle, las armas de motorizados y peatones encapuchados, las listas del pasado que no sé si fueron enterradas o aún se usan, los augurios (que a veces parecen deseos) de violencia y confrontación, los venezolanos no tuvieron miedo y fueron a votar. Por Chávez, contra Chávez, por sus candidatos a gobernador, alcalde o representante ante la legislatura regional, por la razón que quiera usted añadir, la gente fue y votó. Eso amerita más dulce de lechoza.

(*) Ángel E. Álvarez es Director del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad Central de Venezuela.

martes, noviembre 25, 2008

Politólogo (Ángel Álvarez) analiza las elecciones regionales del 23 de noviembre de 2008 en Venezuela


Por Ángel Álvarez, Autor Invitado *

He contemplado el after-match electoral venezolano, “comiendo dulce de lechoza” (nuestra papaya local), postre recomendado y disfrutado por Chávez en su etapa de milagro electoral imbatible. Pese al dulcito, no se me pasa la perplejidad que me producen los análisis de chavistas y opositores. En ambos lados, los análisis están llenos de falacias y, peor aún, mitos, autoengaños o ficciones. Menciono unas pocas a continuación.

Primera ficción: “Ahora nadie puede decir que en Venezuela no hay democracia.” Es dulce, por decir lo menos, que algunos analistas políticos sean tan Schumpeteranos a la hora de evaluar la democracia política. En su concepto de democracia electoral, lo que importa es la democracia ex post, es decir el método aplicado el día de las votaciones y la noche del escrutinio. Las condiciones ex ante, acertadamente puntualizadas por Przeworski, entre otros, no pasan por sus análisis. De pronto se olvidan de la injustísima distribución de los recursos entre los competidores. No consideran que la real hegemonía mediática está en manos del gobierno, y no en las de los dueños de los únicos dos canales privados pro-opositores, vistos exclusivamente por cable (en el caso de RCTV Internacional) y principalmente por cable (en el caso de Globovision). Más aun, se olvidan de las inhabilitaciones administradas por la Contraloría en contra de varios centenares de candidatos mayoritariamente de oposición. También se olvidan de las amenazas proferidas durante la campaña, desde el más alto nivel del gobierno, contra los votantes si osaban votar por quienes preferían: desde tanques en la calle, hasta mengua de recursos constitucionalmente correspondientes a las regiones. En fin, se olvidan que en las elecciones venezolanas más o menos todo el mundo (si nos olvidamos de Leopoldo López y una larga lista de otros aspirantes) tiene el derecho de intentar competir en las elecciones, pero no todo el mundo tiene el mismo derecho de ganar.

Segunda ficción: “El Consejo Nacional Electoral cumplió su papel.” Desde Chávez, pasando por algunas ONGs de reconocido prestigio, así como observadores internacionales y alguno que otro líder opositor, han felicitado al organismo electoral. Si le felicitan por haber organizado las votaciones y los escrutinios, está bien, me sumo. Pero el CNE es mucho más que una tecno-burocracia cuenta votos, al menos en el texto de la ley. Se trata de un poder autónomo, capaz de regir en la materia electoral sin interferencia de otros poderes. Y allí no se lució tanto como el día de las votaciones. Dejando de lado el hecho de que todavía está en deuda por la no entrega de resultados definitivos del referéndum del 2007, hay que afirmar que el CNE actuó con muy poca, si acaso alguna, autonomía a la hora de evaluar las descomunales irregularidades cometidas durante la campaña electoral. Una vez más, el CNE administró eficazmente unas elecciones libres, pero fue incapaz de imponer su poder para garantizar unas elecciones justas
Tercera ficción: “Chávez salió derrotado.” Este es la ficción de muchos opositores. No hay cosa más alejada de la realidad. La oposición retomó valiosos espacios por razones cuantitativas y estratégicas (como Zulia, Miranda, Carabobo o Distrito Capital). El triunfo de la oposición en Táchira no es menos importante, aunque fue por un margen menor del que se produjo cuando los tachirenses rechazaron el proyecto de reforma constitucional con más fuerza que en ningún otro estado del país. Pero esencialmente se trató de recuperación de espacios perdidos tras la debacle electoral regional que siguió a la derrota del referéndum revocatorio y el suicidio colectivo del tristemente célebre paro petrolero. Digámoslo así, los resultados son un reconstituyente para la oposición, pero para nada una pócima para Chávez quien todavía puede intentar una nueva reforma o enmienda para introducir la reelección indefinida o sucesiva —o como usted prefiera llamarla.

Cuarta ficción: “El mapa electoral esta rojo rojito.” Pues si sólo nos fijamos en el número de gobernaciones que controla cada lado (17 los chavistas, 5 los opositores más el Distrito Metropolitano) el mapa se pone rojo chavista. Pero si contamos los votos como deben contarse, la oposición recuperó lugares simbólicamente cruciales (la Alcaldía de Maracaibo, por ejemplo, el Estado Miranda, otro ejemplo, el Estado Táchira —tan golpeado por la narco-guerrilla colombiana, y tan afectado por la incoherente política exterior hacia el vecino y socio comercial más importante para Venezuela en la región). Además, y mucho más importante, la oposición gobierna algunas de las ciudades y estados más poblados, más urbanizados, más industrializados. No se trata, como cree Chávez, de una guerra de pobres contra ricos, sino del viejo cleavage urbano-rural. El reto del chavismo es cómo recuperar espacios entre los votantes de las zonas urbanas que, por más modernos, son generalmente más críticos y menos manipulables. ¿Puede hacerlo sin perder el perfil revolucionario? ¡Tremendo trade-off! No está fácil la misión, mi comandante Chávez. El reto de la oposición es crecer hacia la Venezuela profunda, que se ha puesto casi tan profunda como cuando Rómulo Gallegos escribió Doña Bárbara. ¿Pero, sin recursos y sin ideas? No está menos difícil, mi conciudadano opositor. Así que el color del mapa es un “work in progress.”

Quinta ficción: “La unidad.” El pacto unitario de la oposición no era, no fue y no será un fetiche. Antes de las elecciones dije, cuando me dieron la oportunidad de hablar buenos amigos en sus programas de radio, que la unidad era un instrumento y no un fin en sí mismo. Y como tal, podría ser usado por los partidos de oposición en aquellos lugares (municipios y estados) donde fuese indispensable, pero que en otros podía ocurrir que, sin ella, la oposición podría ganar en algunos municipios tradicionalmente opositores y que aun con ella podría perder en algunos lugares tradicional y fuertemente leales a Chávez. Y así fue. En el estado Bolívar, por ejemplo, con o sin unidad, la oposición perdía —y perdió. En municipios del este de la capital, sin unidad alguna, la oposición ganaba —y ganó en los tres en los que siempre ha ganado aunque hubo unidad sólo en Baruta. El mito de la unidad no puede acabar con la diversidad propia de las fuerzas democráticas. Es curioso que quienes tanto se oponen a lo que llaman el “pensamiento único” atribuido a Chávez les cueste tanto entender que haya disputas, desacuerdos y competencia entre los partidos democráticos.

Sexta, y tal vez la más lamentable de las ficciones: “Chávez nunca va a reconocer una derrota electoral… nunca va a salir con votos.” Ya ha reconocido dos seguidas. Ha hecho lo posible por impedirlas, claro está. Algunas de las cosas que ha hecho son entendibles en el juego electoral y otras son muy reprochables, pero el alarmante y pesimista agüero, tan acariciado por la más recalcitrante ultra-derecha y los aventureros cazadores de puestos surgidos de salidas fáciles a problemas políticos complejos, no se ha cumplido (por ahora, al menos). Amigos del 11A y tecnócratas del paro petrolero: Carmona no era necesario, la “transición larga” de la que hablaban hasta por TV, no era necesaria. Necesaria era la paciencia y el pulso de resistir democráticamente los embates del tifón político y electoral que ha representado Chávez y que, poco a poco, ha ido menguando, encausándose, formando parte del paisaje normal del país.

(*) Ángel Álvarez es Director del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad Central de Venezuela.
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