Artículos de opinión de los historiadores
Transcribimos el artículo del historiador Elías Pino Iturrieta que publica todos los sábado en El Universal.
La batalla de Chacao
El movimiento de bayonetas y tanques de guerra va dirigido contra una conducta
Deplorable espectáculo, a menos que se entienda como una escaramuza contra los enemigos de la soberanía nacional tan mentada últimamente. Armada hasta los dientes, la Guardia Nacional llega en la oscuridad de la madrugada, con el sigilo propio de las operaciones sorpresivas contra un enemigo de temibles fuerzas, y captura el objetivo que le han encomendado. Pero no es el asedio de la Casa Blanca, a cuyo inquilino protege el ejército más poderoso del universo. Tampoco se trata de una avanzadilla cerca del Palacio de Nariño, resguardado por fuerzas curtidas en un siglo de enfrentamientos. La fantasía del mandón quizás anhele una epopeya que le permita desfiles en corcel blanco por las calles de Washington y Bogotá, al frente de unos adalides que enarbolan de nuevo el pendón de la Independencia, pero de momento se conforma con metas más modestas, aunque ostentosas en materia de exhibición de armas y soldadesca. Encomiable resignación la de un individuo dispuesto a cambiar Saratoga y Boyacá por el viejo mercado de Chacao, cuya toma ha dispuesto antes de que las legiones de un macabro rival lo conviertan en fortaleza inexpugnable.
Para que no quede duda sobre la trascendencia que el comandante concede a la proeza, sus combatientes se han apresurado a improvisar un monumento conmemorativo. Como los aprietos de la batalla no han permitido la erección de una estatua ecuestre, o de un obelisco de estilo egipcio, celebran la victoria con un gigantesco muñeco vestido de rojo que representa al aguerrido cabecilla en la entrada del antiguo mercado. Un muñeco de goma con la cara de Chávez, un muñeco que se llena de viento, que se sopla para llegar a la corporeidad. Algo parecido a esos hembrones de plástico con el rostro de voluptuosas actrices a cuya cama apenas se tiene acceso en delirios y sueños, pero que un sujeto corriente puede sentir que convierte en realidad mediante la adquisición de un elástico maniquí capaz de ofrecerle efímera satisfacción cuando le viene en gana. Los transeúntes manifestaron su decepción al ver a los efectivos de la GN en el procedimiento de soplar el monigote con la efigie del supuesto triunfador, como si no tuvieran cosas más enaltecedoras y útiles que hacer en el reino de la delincuencia. ¡Cómo pueden ocuparse de una faena tan lamentable frente a una ciudadanía que pierde todos los días una pelea sangrienta contra la inseguridad!, manifestaron los habitantes de los aledaños entre sentimientos de indignación y tristeza. Temo que no apreciaron con lucidez la escena, aunque a primera vista ella refiera a conductas indignas de miembros de las fuerzas armadas. ¿No será que, influidos por el discurso de su comandante, en el fondo creen esos guardias transformados en sopladores de un pelele que de veras actúan contra la antipatria, que se la juegan de veras por la más republicana de las causas?.
Propiedad legítima del municipio, la sede del viejo mercado de Chacao quedó sujeta a una transformación para la cual se contó con el concurso de la comunidad, cuyo parecer fue consultado oportunamente por el alcalde y por los munícipes a través de un proceso de asambleas en las cuales se llegó a una decisión abrumadora. Después de una cadena de deliberaciones, de la presentación de propuestas coherentes y de la consideración del voto de las mayorías, se resolvió construir allí un Centro Cívico para cuya edificación se contaba con recursos económicos y con el entusiasmo de los vecinos. Sin importancia aparente, el suceso es de trascendental estatura debido a las lecciones que ofrece: invitación a un diálogo sin trampas, sugerencia de proyectos libre de imposiciones, solicitud del parecer de los gobernados y respeto de su voluntad, seguridad de que no se debate sobre pajaritos preñados sino sobre un propósito que la eficiencia concretará en plazo breve. No es poca cosa en un país que en la última década se derrumba progresivamente por la incuria de la "revolución". No es poca cosa en un país que en los diez años últimos se debate entre la arbitrariedad y la corrupción. No es poca cosa en un país en el cual se ha hecho costumbre el irrespeto de la ciudadanía.
Que en Chacao se emprenda con seriedad una fábrica después de valorar la opinión de los contribuyentes, se vuelve riesgoso contraste e insultante desafío para los inútiles que viven de la demagogia. El movimiento de bayonetas y tanques de guerra va dirigido contra una conducta, más que en salvaguarda de un espacio para otro tipo de proyectos. Ese movimiento representa la guerra contra la eficacia y la deliberación republicana, acciones demasiado peligrosas como para no tratar de liquidarlas en un madrugonazo cuyos protagonistas tal vez imaginaran que cumplían con el deber de la sagrada disciplina, o que luchaban por la patria irredenta de los discursos de su comandante. De allí que terminaran inflando un muñecote. eliaspinoitu@hotmail.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario