lunes, julio 02, 2007

Reseña del nuevo libro "Banderas del Rey" del historiador Ángel Rafael Lombardi Boscán (III)

Autor: Carlos Balladares

(Primera y segunda parte de esta reseña puede leerla los posts anteriores)

La primera parte La Independencia (1810-1823) que comprende hasta la página 181; desarrolla tres hechos históricos (problemas o retos para el partido realista): La junta del 19 de abril de 1810: ¿un Golpe de Estado?, 5 de julio de 1811: Declaración de la Independencia, 1813:”La Guerra muerte”: El horror se abate sobre Venezuela.
Ante el primer acontecimiento el autor explica que la acción autonomista del 19 de abril fue una conspiración cívico/militar de algunos criollos y españoles peninsulares en torno al Cabildo de Caracas, los cuales tomaron la decisión de deponer las autoridades españolas impuestas por la Regencia por considerarlas ilegítimas (no representan auténticamente al pueblo, en el cual había recaído la soberanía por la ausencia del Rey; principio sostenido por los juntistas en España e imitado por los criollos). La versión realista de los hechos, una parte elaborada en 1812 (versión oficial), que toma en cuenta a su vez el testimonio posterior del Capitán General depuesto: Emparan, y otras versiones; señala el hecho como una traición pero que se vio alentada por la situación en la península y por haber enviado las autoridades menos idóneas para le momento que se vivía. En opinión del autor desestima la idea de la traición, al contrario; los criollos actuaban en nombre del Rey y en contra del peligro de invasión francesa; buscaban llenar el vacío de poder que dejaba la situación española, de modo de impedir una posible revolución social (tesis de Miguel Izard), y tenían el deseo de una mayor autonomía pero dentro del Imperio (p.33-34). La reacción española fue lenta, en especial por la dificultad de las comunicaciones; y la actitud del resto del Imperio español en América fue de no intervenir a modo de guardar fuerzas para controlar posibles brotes que imitaran a Caracas. El tema de las relaciones interprovinciales es tratado en detalle, al referirse a la actitud de las capitales de provincias de la Capitanía General que fueron leales al Rey. Estas hicieron planes de contrarrevolución pero no se concretaron por el problema de las distancias, la ausencia de recursos militares suficientes, y la indecisión; hasta que las mismas fueron atacadas por Caracas y reaccionaron.

El análisis del 5 de julio de 1811: Declaración de la Independencia, es visto como la combinación en lo interno de la acción de una minoría radicalizada agrupada en la sociedad patriótica y en lo externo de la situación de una España ocupada (que parecía no tener solución). La reacción realista fue inmediata y más virulenta porque la independencia representaba el rechazo al régimen monárquico, a la religión católica, y sería el predominio criollo. Una triple amenaza que llevó a varios alzamientos, que luego fueron liderizados por Monteverde y el sector de los blancos de orilla los cuales se sentían desplazados por los criollos (p. 116). Resalta el autor el conflicto entre civiles y militares realistas, y como la propia Regencia permitió el dominio de los últimos sobre los primeros aunque esto significara el predominio del personalismo por encima de la legalidad; generando así una anarquía y división entre los leales al Rey, debilitando sus fuerzas.

 
En 1813:”La Guerra muerte”: El horror se abate sobre Venezuela; se analiza la consecuencia de la ausencia de ley e instituciones en medio de una guerra entre ejércitos no regulares, sino formados con los recursos que existían y bajo el mando de caudillos. Eran ejércitos privados sin el aval del Estado español, sin paga ninguna, sin control; es por ello que la consecuencia fue una violencia sin límites y un saqueo permanente (p.147). Si a esto le sumamos que España calificó de rebeldes a los que buscaron la independencia, el resultado fue de parte y parte una guerra de exterminio que sólo se regularizó en 1820. Este tipo de guerra fue llevada a cabo por Boves en 1814, el cual la convirtió en una guerra de castas y social. Con Boves y el nuevo Capitán General: Cajigal, se repetirá la división de los realistas entre autoridades designadas por la Regencia y los liderazgos naturales: los caudillos. Rechaza la idea que Boves haya sido un “reformador social”, al contrario su lucha era una cruzada personal donde odios y resentimientos son dirigidos a los criollos (p. 179).

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