Carlos Balladares Castillo
Publicado el 22 de agosto de 2022
La principal actividad de los curas es socavar la
política nacionalsocialista.
(…) Un día de estos llevaré este conflicto, que es tan antiguo como la propia historia de Alemania, a una conclusión abrupta y decisiva. ¡Haré sentir a estos malditos curas el poder del Estado de un modo que nunca hubieran soñado! De momento me dedico a vigilarlos, si tuviera la menor sospecha de que están volviéndose peligrosos, los fusilaría a todos (Adolf Hitler, Hitler's Table Talk, 07 de abril y 11 de agosto de 1942).
El 21 de agosto de 1942 el
sacerdote católico Franz Reinisch, miembro del Movimiento Schoenstatt, fue ejecutado por negarse a realizar el
juramento de obediencia a la persona de Adolf Hitler. Los católicos, pero
también protestantes y ortodoxos, formaron parte de la resistencia alemana
contra el régimen nazi. Al principio eran iniciativas individuales como las del
padre Reinisch, pero poco a poco desarrollaron organizaciones de resistencia
civil. Dos ejemplos son la Rosa Blanca (Weiße Rose), que nace en junio de ese año; y el Círculo Kreisau, que se reunía desde
1940 en la casa del conde Helmuth James von Moltke, planificando la Alemania
posterior a la Segunda Guerra Mundial (SGM) y al Tercer Reich. Tres de los
miembros del Círculo eran sacerdotes
jesuitas (Augustin
Rösch que era el provincial, Lothar Konig y Alfred Delp), pero
también había protestantes, mujeres, entre otros. La principal causa de la
oposición, tanto en Alemania como en la Europa ocupada, fue el rechazo al
genocidio y a las diversas formas de esclavitud del Nuevo Orden. La conciencia
había despertado ante el horror del mal.
La Rosa
Blanca es bastante conocida, existen monumentos y se le han dado los
nombres de sus principales miembros a calles y plazas en toda Alemania. El cine
ha contribuido a su recuerdo con más de tres películas y varios documentales.
De los filmes que conocemos todos son alemanes, el primero es Die Weiße Rose (1982) de Michael
Verhoeven; que se dedica a narrar el desarrollo del movimiento desde sus
inicios en junio de 1942 hasta su final el 22 de febrero de 1943, haciendo
énfasis en los hermanos Scholl: Hans y Sophie, y aunque también aparecen los
otros hermanos, se mantiene la tendencia a considerar que ellos fueron los
líderes. El resto de los miembros aparecen con sus respectivas opiniones, en
especial el debate en torno al carácter no violento de la resistencia. Sophie
es la protagonista, no solo por los méritos que realmente tuvo sino porque hay
una clara influencia del feminismo de los ochenta en esta representación. En lo
que respecta a la fuerte espiritualidad cristiana de la mayoría de sus
miembros; hecho notable en los panfletos, diarios y cartas; percibo que es
tratado de manera muy superficial. Ese mismo año se hizo otra película (Percy
Adlon: Fünf
letzte Tage/ Los últimos cinco días) que no hemos visto, pero que
trata de la perspectiva de la prisionera que acompaña a Sophie en la celda: la
comunista Else Gebel.
La más reciente que se hizo para el cine fue titulada Sophie Scholl. Die letzten Tage (2005) y dirigida por Marc Rothemund; hay otras para la TV: desde la más antigua de 1971: Der pedell y la última en el 2013 junto a un documental en el centenario del natalicio en el 2021). En la del 2005 aunque solo se narran los hechos que van desde el lanzamiento de panfletos en la Universidad de Munich el 18 de febrero de 1943, su captura, los largos interrogatorios de la Gestapo, el juicio el Presidente de la “Corte del Pueblo”: Roland Freisler y la ejecución de los tres primeros el 22 de febrero: Hans y Sophie Scholl, y Christoph Probst; se resalta la profunda piedad cristiana de los Scholl. Dicho factor es probado por las fuentes primarias y la historiografía, entre las cuales nos guiamos por el excelente texto del historiador José María García Pelegrín: La Rosa Blanca: los estudiantes que se alzaron contra Hitler (2006). Sophie al igual que sus hermanos eran luterana; pero en su ciudad (Ulm) como el resto del sur de Alemania la influencia católica era determinante, y muchos párrocos y obispos llevaban a cabo una sistemática oposición al nazismo que despertaba la admiración de todas las denominaciones cristianas.
En la casa de los Scholl desde la década de los treinta se reunían artistas y diversos intelectuales. Se leía a muchos escritores que el Tercer Reich prohibiría como Stefan Zweig, Thomas Mann, Erich Maria Remarque, entre otros. La influencia más importante la recibirán de Otto Aicher (después de la guerra será un famoso diseñador: un ejemplo es el logo de la Lufthansa) que era católico, un compañero de clases de Werner el menor de los hermanos. “Otl”, quien finalmente se casaría con Inge (la hermana mayor), les daría a conocer los grandes filósofos y padres de la Iglesia (leyeron Las confesiones de San Agustín). Werner fue asumiendo el catolicismo y todos en general quedaron fascinados con los autores franceses del personalismo cristiano como Jaques Maritain, Leon Bloy, Ettiene Gilson, etc. De los alemanes que seguían los pasos de los franceses estaban Carl Muth y Theodor Haecker. También leen al cardenal John Henry Newman (hoy beato) y otros conversos. El humanismo cristiano los llevaría al rechazo del mal que significaba el nazismo, y más aún cuando la naturaleza genocida del régimen fue comprobada con la participación en el Frente del Este en el verano del 42 de muchos de los miembros de la Rosa Blanca.
Las otras organizaciones de resistencia
alemana como la que se agrupaba en torno al almirante Wilhelm Canaris (jefe de
la Abwehr, el servicio de
inteligencia militar) y la que llevará al complot del 20 de julio de 1944, serán
analizados cuando nos acerquemos a su ochenta aniversario. Al mismo tiempo nos
falta por explicar las diversas formas de resistencia en toda la Europa ocupada
y también en Alemania, en los cuales muchos católicos o no participaron
escondiendo o ayudando a huir a miles de judíos. Otro hecho que cumplió 80 años
(el 22 de agosto) fue la declaración de guerra del Brasil al Eje, pero lo
trataremos en octubre con la Batalla del Atlántico por estar íntimamente ligado
a la misma.
Por último no podemos dejar de apoyar la denuncia de la Confederación de Asociaciones Israelitas de Venezuela (CAIV) realizada el 22 de agosto de 2022 en torno a las declaraciones negacionistas del Holocausto del empresario Esteban Trapiello, el domingo 21 de agosto pasado en el programa vía podcast “Par de Calvos” que conducen los periodistas Vladimir Villegas y Pedro Carvajalino. En el mismo declaró que Adolf Hitler “No terminó todo lo que quería hacer”, y al preguntarle si se refería al exterminio de los judíos y personas consideradas inferiores desde la perspectiva nazi, respondió: “no puedo creer ese cuento”. El estudio sistemático de la SGM y el totalitarismo que realizamos desde hace varios años, nos exige tomar posición ante toda expresión e ideología de odio que intente negar (o incluso apoyar) la mayor tragedia vivida por la humanidad.
2 comentarios:
Así que Trapielo "no puede creer ese cuento". En fin, conozco a otros que no pueden creer el cuento de que el Hombre pisó la Luna o de que la tierra es redonda. La diferencia es que en este caso se ve que no es ignorancia nada más sino fanatismo mondo y lirondo del bueno.
Gracias por tu serie. Interesantísima, por cierto, por razones obvias, me interesa mucho lo de Brasil.
Tristemente. Gracias por lectura y comentario Don Alí.
Publicar un comentario