Un giro radical en la Campaña de Bombardeo sobre la Europa ocupada
Publicado en El Nacional y Opinión y Noticias.
La anterior frase la
dijo el nuevo Jefe del Mando de Bombarderos británicos después de la llamada
“Operación Millenium”, en la que más de mil bombarderos destruyeron una parte importante
de la ciudad alemana de Colonia dejando 45 mil habitantes sin casa, la noche
del 30 al 31 de mayo de 1942. Asumió la frase bíblica del libro de Oseas (8,
7): “Porque sembraron viento:
torbellino segarán; no tendrán mies, ni su espiga hará harina; y si la
hiciera, extraños la comerán”; cómo una expresión de lo que le esperaba al
Tercer Reich por haber iniciado la Segunda Guerra Mundial (SGM). La Royal
Air Force (RAF), después de dos años de experiencia con pocos resultados
alentadores, comenzaba - ¡por fin! - a contar con los medios aéreos (mayor
número de bombarderos, en especial los cuatrimotores capaces de llevar más de
siete mil toneladas de bombas), tecnológicos (el sistema de radioayuda de
navegación GEE para ubicar objetivos en la noche, entre otros) y la aceptación
definitiva de destruir la moral del enemigo como la prioridad en la ofensiva
aérea.
El 14 de febrero de 1942 el Ministerio
del Aire del gobierno del Reino Unido estableció una nueva Directiva para el
Mando de Bombardeo de la RAF: iniciar la
ofensiva sobre 14 ciudades alemanas, “centrando los ataques en la moral de la
población civil enemiga y en particular la de los trabajadores industriales”,
es lo que se conoce como el “bombardeo de área o zona”. El 30 de marzo siguiente, el
consejero científico del gobierno: Lord Cherwell (Frederick Alexander
Lindemann), le envía al Primer Ministro un informe que será conocido como
“Dehousing paper”. Se basaba en el análisis de los resultados del Blitz (bombardeo
alemán sobre las ciudades de Gran Bretaña), comprobando que por cada tonelada
de bombas quedaban sin hogar entre 100 y 200 personas. De modo que si cada
avión de la RAF en su vida útil podía lanzar 40 toneladas, dejaría entre cuatro
y ocho mil obreros alemanes sin casa, y a ese ritmo con la producción actual de
bombarderos se podía lograr que para finales de 1943 un tercio de la población
del Tercer Reich estaría en la calle y su espíritu de lucha (de trabajo en las
fábricas) se quebraría. A partir de dicho informe el gabinete le dio prioridad
a esta campaña.
En marzo el
comandante Harris empezó a experimentar con nuevas tácticas (saturación, bombardeo
incendiario, etc.) y el uso del GEE. Los pilotos más diestros (después llamados
Pathfinders) liderizaban la formación
y marcaban el objetivo con bombas incendiarias, y los siguiente al ver la
ciudad por los llamas procedían a lanzar su carga explosiva. Primero se atacó
la fábrica Renault en la Francia ocupada (3 de marzo), los días siguientes la
ciudad industrial alemana de Essen y el más importante fue el puerto de Lübeck
el 28 de marzo. En este último se logró la destrucción del 30 % de la ciudad,
incluyendo el 80% de su centro histórico, y 25000 personas se quedaron sin
hogar. El impacto en los líderes tanto aliados como enemigos fue importante, el
mejor ejemplo: el ministro de propaganda nazi: Joseph Goebbels, consideró que
de repetirse ataques similares se generaría un daño moral catastrófico en la
población. En abril, ante el aumento de la confianza, se intentó un bombardeo
de día pero se perdieron siete aviones y de esa forma se confirmó el mantener
la política de protegerse con la noche. La Luftwaffe
respondería a todos estos ataques con acciones de retaliación en ciudades
británicas.
En mayo llegaba el
primer contingente de la Octava Fuerza Aérea de los Estados Unidos pero su
primer bombardeo será combinado con la RAF en julio y en agosto en solitario,
para ese momento esperamos dedicarle un artículo a su aporte y el desarrollo
general de la Campaña de Bombardeo en el resto del año 42. Sin olvidar la
importante respuesta alemana en la defensa de su territorio y la Europa
ocupada. La semana que viene retomamos el Frente del Pacífico y Asia pero a lo
interno de los Estados Unidos, cuando se inicia el confinamiento de sus
ciudadanos de origen japonés.